
(ENTRAVISION).- El sentimiento de la ira es una de las emociones más destructivas que invade al ser humano y no tener un dominio de esta puede afectar la salud física, mental y las relaciones sociales, algo así como lo que le está pasando Miguel “El Piojo” Herrera, exdirector técnico de la Selección Mexicana de Futbol. […]
(ENTRAVISION).- El sentimiento de la ira es una de las emociones más destructivas que invade al ser humano y no tener un dominio de esta puede afectar la salud física, mental y las relaciones sociales, algo así como lo que le está pasando Miguel “El Piojo” Herrera, exdirector técnico de la Selección Mexicana de Futbol.
Aunque “El Piojo” ha sido traicionado por su carácter a lo largo de su carrera en el futbol, desde el pasado fin de semana acaparó los titulares por la agresión en contra del comentarista mexicano, Christian Martinoli, lo cual incluso le constó su salida como entrenador del Tricolor.
El experto Ismael Cala brinda cinco consejos para el manejo adecuado de la ira, lo cual se debe de trabajar individualmente, antes de que las consecuencias sean devastadoras.
En primer lugar, la meditación y relajación, son útiles para ayudar a manejar la mente pues la ira desmedida se puede dominar si controlamos lo que pensamos.
En segundo lugar, contar hasta diez, aunque son escasos segundos poner en practica esta medida puede funcionar para interponer una barrera entre la cordura y una acción o frase de consecuencias negativas incalculables.
En tercer lugar, si tenemos la oportunidad, es recomendable tomar un baño con agua caliente cuando estamos muy irritados, una ducha es desestresante, desintoxica el cuerpo y combate el insomnio.
En cuarto lugar, en caso de que el disgusto sea en contra directa de una persona lo ideal es hablar con ella y tratar de llegar a un acuerdo sin maldecir, insultar o llegar a una agresión, como en el caso de Miguel Herrera, en caso contrario es mejor alejarse y guardar distancia.
Y por último, es importante expresar correctamente las causas del enfado y no reprimir el motivo que provoca esa emoción. No hacerlo puede convertirnos en personas ansiosas y volubles.