El veterano senador por Nevada dijo que es a Trump a quien le toca liderar el periodo de sanación del país.
(POLÍTICA PARA MI).- Contrario a otros dirigentes demócratas que se han ofrecido para trabajar con el presidente electo Donald Trump, el saliente líder de la minoría en el Senado, Harry Reid, arremetió este viernes contra el magnate.
Reid llamó a Trump "un depredador sexual que perdió el voto popular y alimentó su campaña con el fanatismo y el odio”.
[ooyala code="JkNzhqNzE6tGkiQ_cVAX4hNUtPi5lTw-" player_id="c0650cd11a074588a639af2797e1a6b5" width="1920" height="1080" auto="true"]
En un severo comunicado sobre el presidente electo que divulgó este viernes, el veterano legislador de Nevada resaltó que la elección de Trump como presidente "ha envalentonado las fuerzas del odio y del fanatismo".
"Si esto va a ser un tiempo de sanación, primero debemos poner la responsabilidad de la sanación donde le toca: a los pies de Donald Trump”, agregó Reid en el comunicado.
"El haber ganado el Colegio Electoral no absuelve a Trump de los graves pecados que cometió contra millones de estadounidenses”, añadió el senador, que en enero próximo se retira del Congreso.
NO NORMALIZAR
El dirigente político pidió a los estadounidenses que no normalicen el miedo y la división que promulgó el magnate durante la campaña electoral.
"Cada pieza noticiosa obsesionada con los preparativos de la inauguración agrava el miedo al normalizar a un hombre que ha amenazado con separar a las familias, que se ha jactado de agredir sexualmente a las mujeres y ha exhortado a miles a que intimiden a los periodistas y asalten a los afroamericanos “.
“Puede ser que Donald Trump no tenga la capacidad de apaciguar esos miedos, pero le debe a esta nación intentarlo”.
Reid, quien ha servido durante tres décadas en el Senado y había ocupado cargos públicos en Nevada, puso como ejemplo del miedo sembrado por Trump durante su campaña, el efecto de la elección del candidato republicano en su propia familia.
"Tengo una gran familia”, dijo Reid. “Tengo una hija y 12 nietas. Los textos, correos electrónicos y llamadas telefónicas que he recibido de ellas han sido llenos de temor: miedo por sí mismos, miedo por sus amigos hispanos y afroamericanos, por sus amigos musulmanes y judíos, por sus amigos LBGT, por sus amigos asiáticos. He sentido sus lágrimas y he sentido su miedo".