Advertencia: El siguiente video contiene imágenes fuertes. Recomendamos discreción.
El presidente Donald Trump respondió de manera rápida y decidida al espantoso ataque con armas químicas lanzado por aviones sirios en contra de la población de Khan Sheikhoun.
Muchos en Estados Unidos han aplaudido la decisión de Trump, de lanzar cerca de 60 misiles de crucero Tomahawk, contra posiciones del ejército sirio del presidente Bachar el Asad.
Pero otros igualmente han señalado al presidente que el ataque constituye una acción de guerra, para la que el mandatario debió buscar primero la aprobación del Congreso.
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En su editorial de esta semana, Luisa Collins, vicepresidenta de Noticias, resalta que la opinión generalizada es que ya era hora de que Estados Unidos reaccionara con firmeza a las deplorables acciones del gobierno sirio, que, para lanzar sus armas químicas contra la población, ni siquiera tomó en cuenta que entre las víctimas habían niños.
RESPUESTA CONTUNDENTE
Igual se ha visto que la contundente respuesta, es el fin de lo que se consideró como una posición ambigua del expresidente Barack Obama, frente a la despiadada conducta de Asad.
Ahora Trump tiene la oportunidad de definir su política frente a esta crisis humanitaria internacional. En seis años de guerra, cientos de miles de sirios han sido asesinados, y más de la mitad de la población, unas 11 millones de personas, han sido desplazadas.
Se entiende que un presidente puede responder militarmente a una crisis sin la aprobación del Poder Legislativo. Sin embargo, expertos constitucionales creen que eso sólo se aplica si el propio Estados Unidos es atacado.
Por eso lo adecuado es que Trump elabore una política, clara y concisa, sobre lo que hará en lo adelante respecto a Siria, y que cualquier otra futura agresión cuente con el debido aval del Congreso.