La era de Osorio, herida de muerte en el Tricolor

José de Jesús Corona durante el duelo de México ante Jamaica, en la Copa de Oro de la Concacaf 2017. FOTO: CORTESÍA DE LA FEMEXFUT

El arquero mexicano queda congelado en un tiro libre de Lawrence que fue suficiente para echar al Tri en las semifinales de la Copa de Oro 2017

Pasadena, CA. (ICITUS). Si el Tri Copa de Oro es el reflejo de la Liga MX, pues a taparse con una mano atrás y otra adelante, porque la eliminación ante Jamaica en las Semifinales del torneo fue simple consecuencia de lo mostrado ante Honduras, Curazao, El Salvador y cuanto rival se le complicó a una Selección Mexicana sin imaginación, ideas y recursos.

Ya ni siquiera vale hablar de las rotaciones. Para el cotejo que Jamaica ganó 1-0 (golde Lawrence a tres minutos del final), Juan Carlos Osorio apenas y tocó el cuadro que eliminó a Honduras y ni así funcionó. Los verdes demostraron que ante un rival con un poquito más de pegada no podría reaccionar.

¿Corona es el culpable? Es cierto que a José de Jesús le duelen los tiros libres; no es la primera vez que el cancerbero parece tenerle miedo al poste contrario y se queda congelado ante un lanzamiento, pero no hay que olvidar que antes también se vistió de héroe, incluso sin él, muy probablemente el Tri habría fracasado antes en su camino a la final.

Al final todo se conjugó. Osorio en la tribuna, imposibilitado de estar en la franja del medio campo para dirigir a sus hombres en un banquillo, donde su auxiliar, Pompilio, lucía desesperado, suplicando a sus huestes ir al frente. Aunque sin ningún sentido, porque en este Tri los goles vaya que escasean, si no, preguntarle al Cubo Torres y sus terribles remates de cabeza.

México se va del torneo por la puerta de atrás, incapaz de imponer jerarquía, con un cuadro endeble, con el grito homofóbico contra el arquero rival retumbando en el Rose Bowl, con Osorio castigado: con un triste nivel, fiel reflejo de la Liga MX, claro, sin esas estrellas extranjeras que presumen Tigres, Monterrey, Xolos, Pachuca y compañía; por lo demás, es para lo que alcanza; semifinales y nada más.

Y con este resultado, el proceso del entrenador colombiano está herido de muerte porque su credibilidad ha caído por los suelos. A partir de ahora, la cuenta regresiva por el futuro de Osorio comenzó.

El colombiano seguramente seguirá al frente del equipo en lo que resta de la eliminatoria, que se reanuda en menos de dos meses, y conseguirá la calificación al Mundial. Pero, en estos momentos, el rostro del técnico del tricolor en Rusia 2018 tiene más bien bigote, acento brasileño y trabajo dirigiendo a los Tigres.

Arturo Salgado Gudiño



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