“Es lo correcto. Necesita hacerse”, exclamó el mandatario al hacer el anuncio.
(POLÍTICA PARA MI).- El presidente Donald Trump anunció este miércoles que Estados Unidos reconoce a Jerusalén como la capital de Israel.
“Hoy finalmente reconocemos lo obvio: que Jerusalén es la capital de Israel”, exclamó el mandatario al hacer el anuncio.
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“Esto no es más ni menos que un reconocimiento de la realidad. También es lo correcto. Es algo que hay que hacer”, agregó Trump.
Con la insólita pero histórica medida, altera la política exterior estadounidense de casi siete décadas y pone en marcha un plan para trasladar la embajada de Estados Unidos desde Tel Aviv a la Ciudad Santa, ferozmente disputada entre israelíes y musulmanes.
Además, la medida, que ha sido criticada por líderes mundiales incluyendo al Papa Francisco, de seguro desatará la ira en el Medio Oriente.
Como era de esperar, el primer ministro de Israel, Bejamín Netanyahu, calificó de “hito histórico” la decisión de Trump.
Sin embargo, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, afirmó que "Jerusalén es la eterna capital del Estado de Palestina", y el movimiento Hamás, declaró que la decisión abre las puertas del “infierno” y es una "agresión flagrante contra el pueblo palestino".
EL PROCESO DE PAZ
Pero Trump afirmó que los enfoques de gobiernos anteriores al conflicto, como retrasar el reconocimiento de Jerusalén como capital israelí, no habían impulsado el proceso de paz.
"Este es un paso muy esperado para avanzar en el proceso de paz y trabajar hacia un acuerdo duradero", agregó.
El reconocimiento del presidente de Jerusalén aísla a EE.UU. de uno de los asuntos diplomáticos más delicados del mundo.
Además, el mandatario ha provocado una tormenta de críticas de líderes árabes y europeos, que aumentaron abrumadoramente el martes por la noche después de que la Casa Blanca confirmara los planes de Trump.
En una aparente contradicción, Trump también dijo que EE.UU. aún desea ver un acuerdo de paz y no tomaría una posición sobre “los límites específicos de la soberanía israelí en Jerusalén o la resolución de las fronteras en disputa”.