
El oficial pensó que estaba robando las mentas y sacó su pistola, amenazándolo.
(NOTICIAS YA).-Un video muestra el momento en que un policía fuera de servicio acusó a un hombre hispano de robo, mientras apuntaba su arma hacia él, sin averiguar antes la verdad: que había pagado por sus mentas.
Jose Arreola, residente de Bellflower, California, salió con su esposa la noche del viernes 16 de marzo, iban a un club a divertirse, pero antes pararon en una gasolinera Chevron, ubicada en Orange County, para sacar dinero del cajero dentro.
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Al llegar, Jacqueline, la esposa de Jose, le pidió que además del efectivo que sacaría del cajero automático, le comprara un paquete de dulces.
Cámaras de seguridad muestran el momento en que Jose pagó por sus mentas, las cuales tenían un costo de 1 dólar con 19 centavos. Pagó con uno de los billetes de 20 que el cajero le dio después de solicitar 60.
Jose, hispano de 49 años, usa su cabello corto y tiene barba "de chivo", o goatee.
En eso, un sujeto con pantalones cortos y camisa negros, entra al minisuper y hace fila para pagar. Se encuentra parado detrás de Jose, quien en ese momento espera el cambio de su compra, mientras toma las mentas que le pidió su esposa y las mete a su bolsillo.
El hombre detrás de él, identificado más tarde como Mike Lovchik, agente de policía de Buena Park quien se encontraba fuera de servicio en el momento, tomó la escena frente a él como un flagrante crimen, un robo, una estafa maestra por unas mentas de $1.19, así que hizo lo que en su mente era apropiado para la falta: sacó su arma.
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Con su pistola en la mano, le dijo a Arreola que devolviera lo que robó, que él era policía y que devolviera lo que acababa de robar, las mentas que puso en su bolsa.
Arreola subió sus manos y de inmediato trató de explicar la situación, diciendo que había pagado por las mentas. No obstante, el oficial le dijo "toma tu dinero y vete (sin las mentas)".
No fue sino hasta tiempo después que el oficial cuestionó al encargado de la tienda, quien estaba atónito ante lo que ocurría, si Arreola en efecto había pagado.
"Sí pagó", contestó el empleado, "¿seguro?" insiste el oficial.
Cuando quedó claro el misterio, el oficial solamente dijo "mis disculpas" mientras guardaba su arma y hacía como si nada hubiera pasado.
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Para Jose Arreola, las disculpas no son suficientes, y ahora busca una compensación por el injusto trato que recibió, el cual le pareció excesivo, "y eso que crecí en Santa Ana", agregó para OC Registrer, "ya me han disparado antes".
Para expertos en abuso policíaco, como Joe Domanick, director asociado del Center on Media, Crime and Justice, de la universidad de John Jay, además, este es un claro ejemplo de la poca preparación de policías, quienes están fuera de jurisdicción "incluso para estándares de Orange County", dice.
El arma, asegura, debería ser el último recurso.