Juan huyó de El Salvador tras recibir agresiones y amenazas
(NOTICIAS YA).-La mañana del 18 de octubre, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE) llegó a un barrio de casas móviles ubicado en Clayton, Carolina del Norte, esperando a que Juan Oliva, de 33 años y originario de El Salvador, saliera a trabajar.
Oliva, como todos los días, salió temprano en dirección a su trabajo en una compañía de pisos. Tras poner el primer paso fuera de su casa, escuchó un grito de su nombre y de inmediato supo que se trataba de ICE.
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Entró a casa, arrojó la llave dentro y le dijo a su esposa, Ana Ruth Cruz Portillo, que ICE estaba afuera. Ella pensó que se trataba de una broma pesada, pero, de acuerdo a lo que comentó para Qué Pasa Noticias, cuando lo vio llamarle al pastor de su iglesia supo que era en serio.
El video de 9 minutos muestra los angustiantes momentos de dolor, incertidumbre y tristeza que siente la familia de 5, mientras un agente de ICE le dice a Juan, a través de la puerta, en español, que salga voluntariamente para evitarles entrar a la fuerza.
"Hablé con mi supervisor y están yendo por una orden para tumbar la puerta. Por ahora la orden que tenemos es la orden de deportación, solamente; no son cargo criminales. Si el fiscal si da la orden para tumbarte la puerta, sí serán cargos criminales. Te vamos a procesar federalmente... te estoy diciendo la verdad", dice el agente de ICE en español.
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Las tres niñas pequeñas, de año y medio, 4 y 7 años cada una, comienzan a llorar inconsolablemente mientras se abrazan, abrazan a su padre y su hermano mayor, de 15 años, intenta llevarlas al cuarto para darles refugio.
De acuerdo a Cruz Portillo, su esposo tiene una orden de deportación desde 2014, luego de que fuera detenido por conducir bajo influencia y, en su tiempo, liberado. Juan no tiene ningún otro cargo en su pasado.
Cruz Portillo comenta que agentes de ICE le indicaron que rastrearon la ubicación de su esposo a través de un dispositivo que "implantaron" en el hijo mayor, quien apenas hace unos meses se integró con ellos, huyendo de El Salvador.
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El hijo mayor, al igual que su padre años atrás, huyó de su país tras recibir amenazas y hostigamiento de parte del crimen organizado, al grado de poner en riesgo su vida. El abuelo del muchacho hipotecó su casa para obtener los recursos y enviarlo a los Estados Unidos.
Cruz Portillo ahora queda desamparada y, sin empleo, al cuidado de 4 menores de edad, con el temor latente de que, de ser enviado de vuelta a El Salvador, su esposo sea asesinado.