A pesar de sus múltiples intentos para ser candidato a la presidencia en las próximas elecciones de Bolivia, Evo Morales quedó fuera de los comicios tras ser inhabilitado por una decisión del Tribunal Constitucional del país.
La candidatura del exmandatario era constitucionalmente inviable desde el inicio.
A finales de 2024, el Tribunal Constitucional Plurinacional de Bolivia (TCP) ratificó que un funcionario no puede buscar una segunda reelección en el país, ya sea que haya ostentado el cargo de forma consecutiva o discontinua, cerrando el camino para su postulación a las elecciones.
Morales sobrepasó ese tope ampliamente. Fue presidente durante casi 14 años, entre 2006 y 2019. Su primer mandato fue con una Constitución y los dos siguientes con una reforma a la carta magna actual, luego de que un fallo del TCP interpretara que el primer período no contaba para el cómputo de los dos periodos consecutivos al corresponder a diferentes constituciones. También se presentó para un cuarto mandato en 2019.
A pesar del fallo, Morales anunció en febrero un acuerdo con el partido Frente para la Victoria (FPV) para ser postulado como su candidato presidencial, luego de confirmar que no había posibilidad de ser el abanderado del Movimiento al Socialismo (MAS), que lo postuló antes. Sin embargo, el partido rompió el acuerdo en abril luego de que el ex jefe de Estado dijera que otros partidos ofrecieron promover su postulación.
En mayo, el Tribunal Constitucional ratificó el fallo que impedía al expresidente competir nuevamente por la Presidencia, pero Morales defendió su aspiración y sus simpatizantes convocaron a manifestaciones para exigir su candidatura.
En mayo, las protestas en La Paz, sede de Gobierno, se tornaron violentas. Los manifestantes lanzaron y quemaron objetos y se registraron enfrentamientos con la policía, dejando al menos cinco muertos. Morales señaló al Gobierno de abuso de poder, de no respetar la voluntad del pueblo y de reprimi la protesta.
El exmandatario también ha acusado al presidente Luis Arce —quien fue ministro de Economía en dos periodos bajo mandatos de Morales— de querer cerrarle el paso a los comicios y reprimir las protestas sociales contra sus aspiraciones políticas, señalamientos que Arce niega.
En medio de las protestas, el Partido Acción Nacional Boliviano (PAN-Bol) buscaba registrar a Morales como candidato presidencial, pero el Tribunal Constitucional de Bolivia canceló en junio su personería jurídica al no cumplir con el requisito de tener al menos el 3 % de los votos en las elecciones previas en las que participó, por lo que no se aceptó su postulación a presidente.
Finalmente, el Tribunal Supremo Electoral (TSE) presentó ese mes la lista de candidatos habilitados para los comicios, que no incluía a Morales.
La decisión fue ratificada en julio, cuando el presidente interino del TSE, Óscar Hassenteufel, confirmó que el expresidente no se presentó de manera oficial y legal la candidatura de Morales, por lo que el tribunal no emitió ninguna resolución al respecto.
Morales reaccionó en sus cuentas de redes sociales convocando al TSE a “recuperar su dignidad e independencia”. “Aún están a tiempo de frenar este retroceso democrático”, añadió en ese momento.
Mientras tanto, el TSE ha llamado a la ciudadanía a cuidar la democracia y mantener un ánimo de paz para las elecciones de este domingo, en las que ocho candidatos competirán por la presidencia del país andino, en medio de una crisis económica y conmoción social.
Dos candidatos son punteros en las preferencias: Samuel Doria Medina, de Alianza Unidad, y el expresidente Jorge “Tuto” Quiroga, candidato de centro-derecha postulado por Libertad y Democracia. Aun así, los sondeos auguran una segunda vuelta electoral en octubre.
The-CNN-Wire
™ & © 2025 Cable News Network, Inc., a Warner Bros. Discovery Company. All rights reserved.