Agentes del FBI —empujados una vez más a un rol para el que no están entrenados— han sido asignados a labores de patrullaje con la policía local como parte de la declaración de emergencia por delitos del presidente Donald Trump en la ciudad de Washington.
En los últimos meses, los miembros de base de la agencia, que se especializan en investigaciones de amenazas complejas, han sido asignados a cumplir una serie de roles fuera de su campo de experiencia, pasando turnos nocturnos y de fin de semana revisando antiguos archivos de Jeffrey Epstein en busca de ediciones necesarias, asistiendo al ICE en la localización y deportación de inmigrantes ilegales y ahora patrullando las calles de la capital del país.
Si bien agencias federales, incluyendo el FBI, a menudo colaboran con Departamentos de Policía locales para ayudar en investigaciones específicas y grupos de trabajo o para desarrollar ciertas herramientas que puedan necesitar, como el rastreo de armas, varios funcionarios federales encargados de hacer cumplir la ley dijeron a CNN que los agentes no están entrenados ni equipados para la vigilancia comunitaria.
El director del FBI, Kash Patel, asumió el cargo con la promesa de “dejar que los policías sean policías”. Pero en los últimos años, el FBI ha destacado que muchos de los nuevos agentes no provienen de antecedentes policiales y en cambio tienen experiencia en tecnología, derecho y otras disciplinas. Una clase de nuevos agentes de 2024 incluía más del 44 % con títulos avanzados, según un boletín interno.
“Los agentes del FBI no son agentes de policía”, dijo el ex subdirector del FBI y analista de Policía de CNN, Andrew McCabe, el martes. “La mayoría no llega al FBI con experiencia como agente de policía. Así que no tienen el entrenamiento, las habilidades y la experiencia para hacer ese trabajo, lo cual puede ser peligroso tanto para ellos como para las personas a las que estarían vigilando”.
Para muchos agentes del FBI, gran parte del trabajo se realiza principalmente en un escritorio, y la capacitación necesaria para desescalar situaciones en el campo, o saber qué buscan los policías de patrulla al tratar de identificar amenazas o posibles situaciones hostiles, no forma parte exhaustiva del entrenamiento de los agentes.
Además, la política de uso de la fuerza del FBI generalmente contempla un umbral mucho menor para que los agentes puedan utilizar sus armas de fuego para protegerse que la mayoría de los Departamentos de Policía. En el caso de la ciudad de Washington, los agentes tienen opciones de usar pistolas eléctricas y gas pimienta antes de recurrir a la fuerza letal, equipamiento no estándar para los agentes.
Los agentes federales también suelen recibir solo una formación mínima en la realización de detenciones vehiculares, que sigue siendo uno de los aspectos más peligrosos del trabajo de un agente de policía. A diferencia de los encuentros rutinarios de la policía con sospechosos, que pueden involucrar solo a uno o dos agentes, cuando agencias como el FBI realizan un arresto, normalmente planifican meticulosamente la operación con antelación y la ejecutan con un grupo que supera ampliamente al sospechoso.
Varios agentes de la ley dijeron a CNN que muchos de los que ahora tienen la tarea de patrullar las calles de la ciudad de Washington junto con el Departamento de Policía Metropolitana se encuentran en una postura de esperar y aguantar, con la esperanza de poder volver a dedicar toda su atención a los casos que investigaban previamente, ya que está previsto que el período que estipula Trump, controlando la Policía de Washington, dure 30 días. “No es complicado: si estamos haciendo [vigilancia], no estamos cubriendo esas otras amenazas”, dijo una persona.
Otras agencias federales involucradas en el aumento de recursos en Washington, como el Servicio Secreto, el Servicio de Alguaciles de EE.UU., el Servicio Federal de Protección, el ICE y la Patrulla Fronteriza, cuentan con agentes con mucha más experiencia arrestando individuos o realizando labores policiales estándar, en el terreno, que el FBI.
La diferencia en la capacitación fue un problema que surgió más recientemente durante las protestas tras el homicidio policial de George Floyd, en 2020.
Agentes sin entrenamiento significativo en control de multitudes fueron enviados a las calles para ayudar a proteger edificios federales y se encontraron superados en número por los manifestantes. Para intentar reducir las tensiones, algunos agentes se arrodillaron en un gesto simbólico que desde entonces se ha convertido en un punto álgido en la represalia de la administración Trump contra las llamadas políticas “woke” asociadas con oponentes políticos. Con Patel, algunos de esos agentes han sido reasignados a trabajos menos prestigiosos e investigados disciplinariamente de manera interna.
El FBI declinó comentar sobre varias preguntas de CNN para esta historia.
Desde el fin de semana, agentes del FBI se han integrado con agentes de la Policía Metropolitana y, según Patel, participaron en 10 de los 23 arrestos que ocurrieron en la capital la noche del lunes. No está claro en qué medida participaron los agentes del FBI en los arrestos.
Esas detenciones incluyeron tenencias ilegales de armas de fuego, órdenes de arresto por conducir bajo la influencia de alcohol o drogas, una por una orden de registro relacionada con un cargo previo de asesinato y más, según Patel, quien lo informó en redes sociales.
“Cuando permites que buenos policías hagan su trabajo, pueden limpiar nuestras calles y hacerlo rápido”, escribió Patel en X. “Habrá más. La capital de tu nación VOLVERÁ a ser segura”.
En 2025, cientos de agentes del FBI fueron reasignados a funciones relacionadas con inmigración, lo que generó en ese momento preocupación entre algunos agentes de que el cambio pudiera dificultar importantes investigaciones de seguridad nacional, incluyendo espionaje de países extranjeros y amenazas terroristas.
En el momento del impulso para que más agentes federales ayudaran con la aplicación de leyes inmigratorias, los supervisores les indicaron que no dejaran constancia de la reasignación de recursos fuera de los casos de alta prioridad.
Detrás de escena, algunos agentes del FBI chocaron con sus contrapartes en la aplicación de leyes inmigratorias, con desencadenantes importantes como la negativa de estos agentes a involucrarse en lo que consideraban perfiles raciales y otras tácticas que podrían violar la Constitución, según fuentes de las fuerzas del orden. Si bien los líderes de las agencias han destacado públicamente una relación de trabajo muy estrecha y cooperativa entre las organizaciones, la situación en ocasiones ha sido muy diferente en terreno, según las fuentes.
Luego, se presentaron los archivos de Jeffrey Epstein, el delincuente sexual y presunto traficante de personas que se suicidó en prisión, en 2019, antes de que pudiera celebrarse el juicio en su contra.
En marzo, agentes del FBI trabajaron incansablemente, a veces en turnos de 12 horas, revisando documentos y pruebas contra Epstein para realizar narrativas en el intento fallido del Departamento de Justicia de eliminar teorías conspirativas y acusaciones sobre que continuaban ocultando crímenes imaginados contra los ricos y poderosos. Gran parte de ello provenía de aliados de Trump, incluidos aquellos en posiciones clave de liderazgo.
Se ordenó a los agentes que dejaran de lado investigaciones relacionadas con amenazas de China e Irán, así como otros casos, para completar el trabajo sobre Epstein, algo para lo que se ordenó a cada división del Buró que proporcionara agentes.
“No hay otra entidad que realice esa tarea si el FBI no lo hace”, dijo McCabe. “Y ese es un trabajo realmente importante que necesita hacerse todos los días en este país por un recurso limitado de agentes del FBI. Así que cada vez que los distraes para hacer algo así, haces menos de eso”.
Patel y su subdirector, Dan Bongino, suelen destacar el trabajo del FBI en línea, resaltando recientemente el desmantelamiento de una supuesta operación de tráfico humano en Nebraska, incautaciones de fentanilo y otros éxitos del FBI.
Las nuevas reasignaciones para ayudar a patrullar la ciudad de Washington llegan días después de que dos altos funcionarios del FBI, incluido el director interino antes que Patel fuera designado por Trump para dirigir la agencia, junto con otros agentes, fueran despedidos sumariamente tras la percepción de oposición a la administración.
Los despidos, incluido el del ex director interino Brian Driscoll después de que se opusiera a los planes de la administración para separar rápidamente a más de 100 empleados de nivel medio y alto, en los primeros días del segundo Gobierno de Trump, también han generado un ambiente de preocupación entre los agentes sobre quién podría ser el próximo objetivo o qué acciones pasadas podrían causarles problemas con la dirección designada por Trump.
Fuentes policiales temen que este período volátil dentro del FBI podría provocar una fuga de cerebros en medio de amenazas en constante evolución, ya que numerosos agentes, analistas y personal profesional consideran marcharse a otras agencias o al sector privado, donde sus habilidades en seguridad nacional e investigación siguen siendo muy solicitadas.
“La moral es la peor que he visto”, dijo una fuente policial. “La agencia se está volviendo irreconocible. Mucha gente está sopesando decisiones realmente difíciles en este momento.”
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