Las amenazas vacías de Trump sobre las sanciones a Rusia

Durante años, Donald Trump criticó a los presidentes por hacer amenazas vacías.

A menudo señalaba al expresidente Barack Obama por no haber cumplido su “línea roja” sobre el uso de armas químicas en Siria. Durante su primer mandato en 2017, Trump lo calificó como una “amenaza flagrante” que nos costó caro “en muchas otras partes del mundo”.

Cuando Trump retiró a Estados Unidos del acuerdo nuclear con Irán en 2018, declaró: “La acción de hoy envía un mensaje crucial: Estados Unidos ya no hace amenazas vacías. Cuando hago promesas, las cumplo”.

Cuando Rusia invadió Ucrania en 2022, Trump criticó a la administración Biden por dejar libre a Vladimir Putin “sin repercusiones de ningún tipo”.

Pero este lunes, mientras Trump se preparaba para reunirse con el presidente de Ucrania, Volodymyr Zelensky, y una serie de líderes europeos, sus propias amenazas de sanciones a Rusia parecían bastante vacías.

El mes pasado, Trump impuso un nuevo y estricto plazo para que Rusia aceptara un acuerdo de paz o se enfrentara a un supuesto castigo económico devastador. Ese plazo venció hace 10 días sin nuevas sanciones contra Moscú, aunque sí anunció aranceles más altos para la India por la compra de petróleo ruso, que entrarán en vigor a finales de este mes.

Y el día de la fecha límite para imponer las sanciones, Trump anunció que se reuniría con Putin, lo que hizo el viernes en Alaska.

Pero según lo que sabemos de esa cumbre, parece ser que Trump no solo ha dado marcha atrás en su amenaza de sanciones, al menos por ahora, sino que también ha dado marcha atrás en su impulso a un alto el fuego en Ucrania.

En cambio, quiere un acuerdo de paz completo ya, que podría tardar mucho más en concretarse y podría ganar tiempo para Putin, con poca o ninguna evidencia pública de que el presidente de Rusia se tome en serio la paz.

Sabemos lo importante que es la agilidad en la política exterior y ajustarse a nuevas circunstancias. Pero también sabemos sobre el valor de hacer amenazas que uno tiene la intención de respaldar.

Y los comentarios de Trump aquí han sido claros.

El mandatario viene diciendo desde hace meses que las sanciones están a la vuelta de la esquina.

“Si no llegamos a un ‘trato’ pronto, no tendré otra opción que imponer altos niveles de impuestos, aranceles y sanciones a todo lo que Rusia venda a Estados Unidos y a varios otros países participantes”, dijo Trump en las redes sociales el 22 de enero.

Casi siete meses después, “pronto” aparentemente aún no ha llegado.

Cuando en mayo le preguntaron sobre un paquete de sanciones contra Rusia que cuenta con un amplio apoyo en el Senado, Trump le dijo a Fox News que era “la hora de la verdad”.

“Eso sería devastador para Rusia, porque ahora está atravesando un momento difícil con la economía”, apuntó.

La “hora de la verdad” fue hace tres meses. Rusia aún no ha sido aplastada.

Para julio, Trump fue más explícito con su plazo. Inicialmente, dijo que Rusia tenía 50 días para llegar a un acuerdo o se enfrentaría a sanciones y aranceles secundarios. Dos semanas después, lo redujo a 10-12 días y luego a 10 días, con fecha límite el 8 de agosto.

“Lo que estoy haciendo es aplicar sanciones secundarias a menos que lleguemos a un acuerdo”, dijo Trump.

La reunión planeada con Putin pareció posponer ese plazo, al menos temporalmente. Pero Trump aseguró que era una nueva fecha límite.

Cuando se le preguntó el miércoles pasado qué sucedería si Putin no aceptaba detener la guerra después de la reunión de Alaska, Trump dijo: “Habrá consecuencias muy severas”.

El líder de Rusia no ha aceptado detener la guerra y las consecuencias más graves aún no han llegado.

La situación es dinámica, especialmente con las reuniones de este lunes en la Casa Blanca. Pero la administración parece estar retrocediendo en sus amenazas.

Cuando le preguntaron sobre las sanciones este viernes por la noche en Fox News, Trump respondió: “No tenemos que pensar en eso ahora”.

El domingo, el secretario de Estado Marco Rubio presentó las sanciones como un impedimento para un posible acuerdo de paz. Sugirió en múltiples programas que el Gobierno esperaría hasta que no hubiera esperanza de paz.

“En cuanto se impongan nuevas sanciones… nuestra capacidad para lograr que se aprueben se verá gravemente disminuida”, dijo Rubio sobre Rusia en el programa “Meet the Press” de la NBC.

En el programa “Face the Nation” de la CBS añadió: “Básicamente significaría al menos otro año o año y medio de guerra, muerte y destrucción. Puede que, lamentablemente, terminemos allí, pero no queremos terminar allí”.

Aunque Trump ha calificado el castigo económico de “muy devastador”, su administración recientemente también se ha centrado, de manera bastante curiosa, en la idea de que las sanciones a Rusia podrían no ser tan efectivas, señalando que Putin ha lidiado con ellas durante años.

En otras palabras, parece como si estuviera sentando las bases para no llevar a cabo estas amenazas en el futuro cercano.

Si ese es el caso, no sería la mayor sorpresa. Trump tiende a fijarse plazos que finalmente se quedan en el olvido. “Dos semanas” se ha convertido en una broma interna en los círculos políticos de Washington, debido a las numerosas veces que el presidente ha prometido una decisión o anuncio y nunca lo ha cumplido. Incluso cuando Trump anunció el plazo de 10 días para Rusia, escribí sobre cómo probablemente no deberíamos tomarlo al pie de la letra.

Pero como parecería estar de acuerdo una versión anterior de Trump, las amenazas importantes de política exterior están en una categoría diferente a prometer una política o decisión de personal. Trump obtuvo un gran rédito político al criticar duramente a Obama por su línea roja sobre Siria, porque había mucho en juego. Presentó al expresidente demócrata como demasiado tímido para cumplir la amenaza.

La pregunta ahora es si Trump está haciendo lo mismo con Putin. Quizás tenga razones para creer que existen serias perspectivas de un acuerdo de paz que justifiquen esta pausa, pero Trump ciertamente ha mostrado reticencia a ser realmente duro con el líder ruso anteriormente.

Y algunos republicanos más agresivos están instando a Trump a mantener la presión.

El senador Lindsey Graham declaró en el programa “Sunday Morning Futures” de Fox News que Trump puede poner fin a la guerra, a la vez que recalca la importancia de la amenaza de las sanciones. Y, quizás de forma reveladora, afirmó que esto requiere una postura firme.

“Soy cautelosamente optimista de que lo lograremos, si somos duros”, dijo el republicano de Carolina del Sur.

El ex vicepresidente de Trump, Mike Pence, dijo que era hora de que el Senado aprobara el proyecto de ley de sanciones de Graham.

“Conozco su estilo para tratar con estos dictadores; es un guante de seda”, dijo Pence a Jake Tapper de CNN en “State of the Union”.

“Pero creo que el martillo tiene que caer, y tiene que caer de inmediato”.

Parece que el martillo está enfundado por ahora. Y es comprensible que a estos republicanos les preocupe que la línea más dura de Trump hacia Putin también lo esté.

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