El Real Madrid gana con presión alta y los goles de Mbappé: ¿le alcanza para ganar LaLiga?

Los grandes equipos parecieran no terminar de engranar en el comienzo de LaLiga. Le pasa al Atlético de Madrid, que empató sus dos partidos. Casi le pasa al FC Barcelona, que el sábado salvó con lo justo los tres puntos ante Levante, tras ir perdiendo 0-2. Y le pasa al Real Madrid, que sacó seis puntos de seis posibles, pero sin grandes luces.

Los “blancos” vencieron 3-0 este domingo al recién ascendido Real Oviedo a domicilio, con otros dos goles de Mbappé (tres tantos en dos partidos jugados) y uno de Vinicius.

De entrada, sorprendió la decisión de Xabi Alonso de sentar en el banco de suplentes al brasileño, ganador del premio The Best en 2024, y de utilizar desde el inicio a Rodrygo y Mastantuono. Es cierto que el delantero de 25 años es uno de los jugadores más desequilibrantes del plantel “merengue”, pero está claro que no pasa por su mejor momento.

El desarrollo del partido le dio la razón al entrenador: parado sobre la banda izquierda, Rodrygo fue el jugador más desequilibrante de un equipo que repitió algunos errores del primer juego.

El Real Madrid lució más movedizo, con más rotación, pero cerca del área volvieron a faltar ideas y precisión. El Oviedo fue uno de esos tantos equipos que se le plantarán a los “blancos” con bloques defensivos muy bajos, plagando la entrada al área con jugadores propios. Así fue también ante Osasuna, otro partido que le costó encarrilar al conjunto madrileño.

El Oviedo pudo ganarlo desde los seis segundos con una jugada preparada que partió desde el saque inicial. Respondió Rodrygo, con un disparo que obligó a la respuesta del arquero Escandell.

Los primeros 35 minutos dejaron claras las dos caras del Real Madrid: presión intensa para recuperar la pelota lo más alto posible en el campo, pero escasa creatividad para crear espacios cuando el rival se cierra atrás.

Apenas hubo un remate lejano de Valverde que vio las manos de Escandell y algún sobresalto con el venezolano Rondón, que dejó solo ante Courtois a Dendoncker, quien definió débil a las manos del portero.

Los 10 minutos finales del partido fueron de lo mejor del Madrid en el partido: primero lo tuvo con un gran pase de Arda Güller que Mastantuono no logró alcanzar con comodidad, y luego lo tuvo Rodrygo gambeteando dentro del área y exigiendo otra vez a Escandell.

El gol llegó en una de las pocas veces que el “Merengue” logró ser vertical: recuperó Tchouaméni, asistió Güller y definió Mbappe: 1-0.

Oviedo salió en la segunda etapa con un esquema menos conservador y pareció por momentos desarmar ese dominio total del partido que tuvo el “Merengue” en el primer tiempo, pero también dejó espacios que le permitieron a los dirigidos por Xabi Alonso ser más directos al recuperar la pelota. Así lo tuvo Valverde, que por los dedos de Escandell no pudo festejar su gol.

Cuando pasaba poco, el Oviedo casi marca el empate: un remate a colocar de Sibo se estrelló contra el palo derecho de un Courtois que solo podía mirar.

Pero esa búsqueda del Oviedo le abrió las puertas al Madrid: cuando faltaban ocho minutos para el final apareció otra recuperación en ataque del “Merengue”, una asistencia de Vinicius (jugó la última media hora) y otro gol de Mbappé.

Pudo descontar el Oviedo sobre el cierre del encuentro, pero Courtois se lo negó, y, ya en tiempo de descuento, llegó el tercer gol, obra de Vinicius, otra vez de contragolpe.

Son dos triunfos en dos partidos para los de Xabi Alonso. Cuatro goles a favor y ninguno en contra. Es cierto que enfrentó a dos equipos que, de no pasar nada extraordinario, estarán en la parte baja de la tabla de posiciones, pero lo visto hasta aquí deja algunas dudas.

Por un lado, hay mucha presión ofensiva, una de las características de los equipos de Xabi Alonso. Así llegaron los primeros dos goles ante Oviedo, recuperando en transición y contragolpeando con maestría. También está claro que hay goleador: Mbappé definió a la red cada oportunidad mano a mano que tuvo en estos dos partidos.

Por otro lado, es evidente que le faltan ideas o precisión para romper los cerrojos defensivos que proponen sus rivales. Eso también explica las pocas situaciones que le crean. Tanto Osasuna como Oviedo se plantaron muy cerca de su propio arco, por lo que al recuperar la pelota había demasiada distancia hasta Courtois. Habrá que ver cómo responde la defensa de los “blancos” ante rivales con propuestas más ofensivas. Con muy poco, Oviedo logró inquietar dos o tres veces.

El Madrid necesita también recuperar la mejor versión de Vinicius. Mastantuono, Rodrygo y Brahim, que también juegan por las bandas, mostraron cosas positivas hasta aquí, pero ninguno logró desarmar rivales como lo ha hecho Vinicius en el pasado. Alonso aspira a tener un equipo de posesión, de pases y triangulaciones, más que uno tan individualista, pero deberá trabajar para aceitar las piezas si quiere soñar en grande.

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