Lo que era un secreto a voces finalmente se confirmó este martes: la escudería estadounidense Cadillac, que debutará en la Fórmula 1 en 2026, optó por una dupla de experiencia para comandar sus bólidos.
La llave Sergio “Checo” Pérez y Valtteri Bottas es la apuesta de un equipo que por primera vez participará en la máxima categoría del automovilismo.
Si bien ninguno de los dos pilotos pudo ganar un Mundial de Pilotos en sus aventuras anteriores, han sido grandes protagonistas con múltiples podios y carreras memorables.
Ahora, ambos a sus 35 años, tendrán el reto de competir en una grilla con pilotos cada vez más jóvenes y en un equipo que prepara a contrarreloj su puesta a punto para entrar a un ambiente totalmente desconocido.
Desde la adquisición de la Fórmula 1 por parte de la estadounidense Liberty Media Group en 2017, la máxima categoría del automovilismo viró con fuerza hacia el mercado de esa parte del mundo.
Se consolidó el Gran Premio de Miami, hoy por hoy el más mediático del circuito, apareció el Gran Premio de Las Vegas y el Gran Premio de México, catalogado como el más colorido del calendario, se afianzó pese a varias idas y vueltas.
Lo único que faltaba era tener un piloto de la región en un equipo de la región, y en ese punto Cadillac eligió a un mexicano (junto a un finlandés) por encima de cualquier estadounidense.
Cadillac tiene al Checo, sin duda, como un plus en el mercado occidental. El mexicano siempre se destacó viniendo de menos a más, a su manera, en cada escudería en la que tuvo la oportunidad de pilotear, y desde sus inicios en Sauber en 2011, siempre logró puntuar en la temporada.
Pérez estará acompañado por el finladés, que hasta hace poco estuvo vinculado con Mercedes. Aunque no está claro cuál de los dos asumirá el rol de piloto principal, la escudería confía en que ambos tienen la experiencia necesaria para construir y aportar como equipo en el debut.
Graeme Lowdon, director del equipo Cadillac y quien tuvo a su cargo Virgin y Marussia, entre 2010 y 2015, aseguró que Bottas y Pérez han sido contratados no solo por la cantidad de carreras que tienen a sus espaldas, sino por ser muy rápidos.
No son pocos los que en los últimos años han reclamado más “sangre nueva” en la F1. Varias escuderías parecieron haber escuchado ese pedido para este 2025: Andrea Kimi Antonelli en Mercedes, Oliver Bearman en Haas, Gabriel Bortoleto en Sauber, Isack Hadjar en Racing Bulls, Liam Lawson en Red Bull (y Racing Bulls), Jack Doohan y Franco Colapinto (ambos en Alpine).
Con las excepciones de Lawson y Doohan, que fueron reemplazados en sus respectivos equipos, el resto de los pilotos “novatos” lo ha hecho muy bien. Solo Doohan y Colapinto no han sumado puntos en lo que va de la temporada, ambos a bordo del mismo problemático Alpine. Antonelli, Bortoleto, Hadjar y Lawson incluso tienen más puntos que Yuki Tsunoda, el compañero de equipo de Max Verstappen.
Sin embargo, Cadillac apuesta por la experiencia y la lógica le da la razón. Se trata de un equipo nuevo, con autos nuevos, y que si bien puede apoyarse en ingenieros conocidos en la categoría, dos pilotos como Pérez y Bottas pueden acompañar el ensamblaje de las piezas dentro de la escudería.
Estar al frente del volante los fines de semana es solo una de las tareas que tienen los pilotos de F1, que se pasan la semana debatiendo y analizando con sus respectivos equipos los fallos, las estrategias y los cambios que deben realizar para el viernes, el sábado y el domingo de cada Gran Premio. Y allí es donde Cadillac puede sacar rédito de su elección.
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