La mayoría de los aranceles generalizados que el presidente de EE.UU., Donald Trump, ha impuesto durante su segundo mandato enfrentan una última prueba decisiva que determinará si puede seguir aplicándolos o si las empresas son elegibles para recibir reembolsos masivos.
Ese giro potencialmente dramático en la saga de los aranceles se produce después de que un tribunal federal de apelaciones dictaminara el viernes que Trump recurrió ilegalmente a la Ley de Poderes Económicos de Emergencia Internacional (IEEPA, por sus siglas en inglés) para imponer aranceles generales a países. Trump había utilizado esos poderes para aumentar las tasas de impuestos a la importación de la India y de Brasil hasta un 50 %, y hasta un 145 % para las importaciones de China, a principios de este año.
Las empresas estadounidenses han pagado más de US$ 210.000 millones hasta el 24 de agosto, para cubrir los aranceles que los tribunales estadounidenses ahora dicen que son ilegales. El martes, Trump reconoció que la decisión del tribunal, si es confirmada por la Corte Suprema, podría resultar en que el Departamento del Tesoro de EE.UU. tenga que “devolver” los ingresos recaudados.
Trump dijo a los periodistas el martes que su Gobierno está preparando una apelación ante la Corte Suprema, que quizás sea presentada este miércoles. La misma insta a una acción rápida que mantenga sus aranceles vigentes más allá de la fecha límite del 14 de octubre que el tribunal de apelaciones fijó para la entrada en vigor de su fallo.
“Es una decisión muy importante y, francamente, si toman la decisión equivocada, sería devastador para nuestro país”, dijo Trump.
El máximo tribunal del país podría decidir que no está dispuesto a escuchar la apelación del Gobierno de Trump y, en su lugar, dejar en pie la decisión del tribunal inferior. Si ese es el caso, las empresas estadounidenses podrían recuperar ese dinero. Pero no será necesariamente un proceso fácil ni rápido.
La Corte Suprema probablemente asuma el caso durante el próximo periodo que comienza el mes que viene. Es probable que los aranceles en cuestión permanezcan vigentes mientras se escucha la apelación, dijo Ted Murphy, abogado de comercio internacional en Sidley Austin.
Si la Corte Suprema también determina que Trump no tenía la autoridad legal para imponer aranceles bajo la IEEPA, el Gobierno tendrá que cesar inmediatamente esas recaudaciones. Sin embargo, aún está por verse cómo se manejarían los posibles reembolsos, dijo Murphy.
Es posible que el Gobierno decida reembolsar los aranceles inválidados a todos los importadores que los pagaron, señaló. Otra posibilidad: “El Gobierno también podría sostener que la decisión judicial solo aplica a los demandantes nombrados, lo que requeriría que los importadores presenten su propia demanda”.
O, lo que Murphy considera más probable: “El Gobierno también podría intentar que el tribunal apruebe un proceso administrativo de reembolso, en el que los importadores tengan que solicitar activamente el dinero”.
Representantes del Departamento del Tesoro, la agencia gubernamental encargada de retener los ingresos por aranceles hasta que se designe su uso, declinaron hacer comentarios sobre cómo se administrarían los posibles reembolsos de aranceles.
Cuando un panel de tres jueces del Tribunal de Comercio Internacional de EE.UU. dictaminó inicialmente en mayo que el uso de la IEEPA por parte de Trump para imponer aranceles era ilegal, Thomas Beline, abogado de comercio y socio de Cassidy Levy Kent, dijo que inmediatamente comenzó a recibir llamadas de clientes que le preguntaban: “¿Cuándo puedo recuperar mi dinero?”. Su respuesta fue: No contengas la respiración.
En cambio, ha estado trabajando con sus clientes antes del veredicto final para seguir presentando protestas administrativas ante la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. por los pagos de aranceles. Esto, esencialmente, evita que las entradas se liquiden completamente y podría facilitar en el futuro la posibilidad de obtener un reembolso, dijo.
Muchos de sus clientes han sido contactados por firmas de inversión que intentan comprar su participación en los posibles reembolsos.
Es una especie de apuesta porque, por un lado, muchas empresas que realizan pagos elevados de aranceles siguen ansiosas por obtener liquidez inmediata. No quieren esperar un reembolso que puede que nunca llegue. Por otro lado, eso significaría que no podrían recuperar la totalidad de su pago de aranceles.
Si bien las empresas estarán encantadas ante la perspectiva de un reembolso por aranceles, no necesariamente será una situación en la que todos ganen para la economía.
Los cientos de miles de millones de dólares de ingresos por aranceles que el Tesoro ha conservado en su fondo general significan que el Gobierno ha pedido prestado menos dinero de lo que de otro modo habría pedido. Revertir los aranceles requerirá más endeudamiento para pagar sus facturas.
Eso podría significar la venta de más bonos del Tesoro, lo que podría impulsar los rendimientos —y los costos de endeudamiento en toda la economía— al alza.
Un aumento en la oferta de bonos para cubrir el déficit inesperado en los ingresos por aranceles significa que el Gobierno podría tener que ofrecer rendimientos más altos para atraer a los inversionistas.
El rendimiento del bono del Tesoro a 30 años alcanzó brevemente el 5 % este miércoles, su nivel más alto desde julio, ya que los inversionistas exigieron más compensación para mantener la deuda estadounidense.
“Si se confirma este fallo, los reembolsos de aranceles existentes están sobre la mesa, lo que podría causar un aumento en la emisión de bonos del Tesoro y en los rendimientos”, dijo Ed Mills, analista de Políticas en Washington de Raymond James, en una nota.
Los reembolsos también podrían generar preocupaciones sobre una inflación descontrolada, dijo Gary Hufbauer, investigador principal no residente del Instituto Peterson de Economía Internacional, a CNN.
“Durante el Gobierno de Biden, los enormes déficits presupuestarios junto con políticas monetarias laxas desataron el genio de la inflación”, dijo.
Bajo el Gobierno de Trump, el déficit presupuestario de la nación ha seguido creciendo, incluso con el ingreso adicional por aranceles. La estrategia de Trump para bajar las tasas de interés ha sido atacar a la Reserva Federal, especialmente al presidente Jerome Powell, y poner a la Junta en su punto de mira intentando destituir a la gobernadora de la Fed, Lisa Cook, y reemplazarla por una persona leal a Trump que pudiera influir en el comité encargado de fijar las tasas para reducir los costos de endeudamiento.
Si tiene éxito en lograr que el banco central baje las tasas de interés mientras posiblemente se distribuyen enormes reembolsos de aranceles, “eso refrescaría la memoria de los inversionistas sobre los años de Biden”, dijo Hufbauer, en referencia a una mayor inflación.
John Towfighi, de CNN, contribuyó con este informe.
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