Alligator Alcatraz fue el primero. Le siguieron “Speedway Slammer”, “Deportation Depot”, “Cornhusker Clink” y “Camp 57”. Son los apodos —que se vuelven los nombres de facto— de los nuevos centros de detención de inmigrantes que el Gobierno del presidente Donald Trump ha anunciado como parte de su campaña de deportaciones masivas.
Alligator Alcatraz, en Florida, fue llamado así por su ubicación en una pista de aterrizaje en los Everglades, donde viven animales como panteras, cocodrilos y caimanes. “Cornhusker Clink” es un juego de palabras con el apodo de Nebraska, el “estado Cornhusker” y “clink”, un término antiguo para referirse a la cárcel. “Speedway Slammer” hace referencia a la cultura de las carreras en Indiana.
Pero los nombres no solo representan a las características de los lugares donde han sido establecidos, sino que son parte de un “espectáculo” del Gobierno de Trump y buscan “deshumanizar” a las personas que son llevadas ahí, según analistas y críticos.
Estos términos a los centros de detención implican una “espectacularización, una forma de hacer un show que llame la atención más allá de las cifras concretas de deportación”, dijo a CNN la doctora Margarita Núñez Chaim, coordinadora del Programa de Asuntos Migratorios de la Universidad Iberoamericana en Ciudad de México.
Núñez explicó que estos nombres de los nuevos centros de detención, la publicación de un video de inmigrantes que abordaban un vuelo de deportación, con el sonido de sus grilletes, y etiquetado como “ASMR” —un tipo de video popular por emitir sonidos agradables— y otras publicaciones burlonas intentan “desviar la mirada de que no se ha podido cumplir con la promesa de deportaciones”.
Durante los primeros siete meses del Gobierno de Trump, el Servicio de Inmigración y Control de Aduanas (ICE, por sus siglas en inglés) deportó a casi 200.000 personas, según un alto funcionario de Seguridad Nacional. Aunque esta cifra está en camino de ser la más alta de deportaciones en al menos 10 años, está muy por debajo del objetivo de un millón al año, establecido por el presidente.
Si se suman las repatriaciones realizadas por la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de EE.UU. y la Guardia Costera, así como las personas que decidieron autodeportarse, el total es de casi 350.000 deportaciones hasta finales de agosto.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS, por sus siglas en inglés) ha publicado una serie de imágenes —aparentemente creadas por inteligencia artificial— para promocionar los nuevos centros de detención de inmigrantes. En el caso de Alligator Alcatraz mostraba caimanes con gorras de ICE, alrededor de una prisión con alambrado y una torre de vigilancia. Para “Cornhusker Clink”, mazorcas de maíz con gorras de ICE y una torre de control al fondo. Y en el caso de Speedway Slammer, autos estilo IndyCar con inscripciones de la palabra ICE rodeados de alambrada y altos muros.
“Esta es otra de las estrategias a las que se ha recurrido para seguir colocando el tema, ganar popularidad y quedar bien con su base electoral”, dijo Núñez Chaim.
Cuando la secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, anunció a principios de agosto la instalación de “Cornhusker Clink”, en Indiana, Roger Garcia, un demócrata que preside la Junta de Comisionados del Condado de Douglas, Nebraska, escribió en Facebook: “(las autoridades) se inventan nombres graciosos para promover sus agresivos e insensibles esfuerzos. El último es el ‘Cornhusker Clink’, algo para reírse, al igual que ‘Alligator Alcatraz’. Pero ¡ay de ustedes que se ríen ahora y de aquellos que usan su poder para hacer daño en lugar de fomentar la armonía y la compasión en nuestra sociedad”.
Por su parte, la senadora estatal Meghan Hunt, de Omaha, criticó el nombre y dijo que usar “Cornhusker Clink” para nombrar un centro de detención del ICE es “una vergüenza”.
Núñez Chaim, de la Universidad Iberoamericana, dijo que además de estos factores, es necesario ver todo el panorama, ya que no son solo las nuevas prisiones para inmigrantes sino toda la política de línea dura del Gobierno de Trump contra la inmigración que es una estrategia de “deshumanización y tratos cada vez más crueles y degradantes hacia los migrantes”.
Alligator Alcatraz, el primer centro de detención de inmigrantes, ha sido descrito como “un campo de concentración”, donde los detenidos enfrentan condiciones inhumanas. Incluso, defensores de los derechos de inmigrantes señalaron a las autoridades de Florida de construir una instalación “diseñada para infligir sufrimiento”.
Algunos migrantes detenidos ahí han relatado que las luces permanecen encendidas las 24 horas del día, no hay acceso a productos básicos de higiene como champú o pasta de dientes y toman agua del lavabo sin saber si es limpia.
Los funcionarios de Inmigración y Control de Aduanas han defendido la instalación argumentando que ofrece estándares de detención más altos que muchas prisiones de EE.UU.
A finales de agosto, una jueza federal ordenó que Alligator Alcatraz dejara de recibir nuevos detenidos y retirara la infraestructura adicional agregada al sitio, pero el pasado 4 de septiembre bloqueó la medida hasta que un tribunal tome la decisión final del caso.
Núñez Chaim detalló que toda la “espectacularización” de las políticas antiinmigrantes con la mediatización de las cárceles recién anunciadas apunta a normalizar cada vez más el trato cruel e inhumano hacia los migrantes.
“En la medida en la que, como sociedad, vayamos normalizando estas medidas cada vez más crueles, evidentemente se irán profundizando y serán cada vez más violentas y violatorias a los derechos de las personas. Creo que esa es de hecho parte de la intención, ir marcando un camino para que estas políticas sean más aceptables aunque a todas luces atenten contra los derechos y la dignidad de las personas”, indicó.
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