“Nosotros damos la cara, porque defendemos inocentes y no delincuentes”, gritaba este lunes un grupo de madres con carteles en sus manos, las primeras en llegar a la marcha crítica de la gestión del presidente Nayib Bukele en San Salvador, al tiempo que pedían la derogación del régimen de excepción, vigente desde 2022.
Un grupo de críticos del mandatario marcharon este lunes por la capital para denunciar lo que llaman “detenciones arbitrarias” durante el régimen -la política de mano dura del presidente contra las pandillas-, la falta de transparencia y rechazar las reformas que permiten la reelección presidencial indefinida, mientras que, de manera simultánea, una multitud asistía a la celebración de los 204 años de independencia con un desfile cívico y militar, organizado por el Gobierno.
La petición contra la medida ha sido solicitada por organismos locales e internacionales de derechos humanos, que señalan denuncian que ha permitido que los cuerpos de seguridad violen derechos humanos y lleven a cabo detenciones arbitrarias. El régimen suspende garantías constitucionales como la ampliación del plazo de detención provisional de 72 horas a 15 días, así como la intervención de las telecomunicaciones sin previa autorización de un juez.
El gobierno de Bukele ha ignorado las críticas bajo el argumento que las más de 88.000 detenciones que ha admitido que se han realizado con base en esta política habrían convertido al país en uno de los más seguros del hemisferio, tras ser, hace unos años, uno de los más peligrosos por el accionar de las pandillas.
Teresa Quijano, una de las asistentes a la marcha, dijo a CNN que tres de sus siete hijos están en prisión mientras sostenía con sus manos un cartel con las fotografías de los tres encarcelados. Ella pidió al gobierno que “deje en libertad a sus hijos”, a quienes catalogó como personas trabajadoras y que no tienen vínculos con las pandillas.
Las organizaciones sociales y sindicales también critican la detención de activistas de derechos humanos como Ruth Eleonora López, miembro de la organización Cristosal y del abogado Constitucionalista, Enrique Anaya. Ambos han criticado abiertamente la gestión de Bukele en el pasado.
López, acusada de presunto enriquecimiento ilícito, ha rechazado los cargos y pedido un juicio público. Anaya, por su parte, fue acusado por su presunta participación en el delito de lavado de dinero y activos, y ha negado los cargos.
Además, los críticos de Bukele rechazaron las reformas constitucionales aprobadas este año por la Asamblea -de mayoría oficialista- que permiten la reelección indefinida. “No se podía que un presidente consecutivamente esté en el poder, por lo tanto, nosotros condenamos esas reformas”, dice a CNN Sonia Urrutia, vocera del Bloque de Resistencia Popular, que también participó en la marcha.
La protesta de este lunes es una de las que ha tenido más baja convocatoria y los dirigentes lo atribuyen al temor a posibles represalias que tienen muchos salvadoreños.
Franklin Martínez, excandidato a diputado por el departamento de La Libertad por el partido FMLN en las elecciones de 2024, atribuye el fenómeno a varias razones, pero todas tienen al “miedo” como denominador común.
“El miedo a que tengas sanciones laborales, presiones, a que tengas arrestos como lo hemos visto, a que te señalen de algo, a que te desprestigien públicamente. Todo ese miedo sicológico es el que hace que la gente no salga a las calles a expresar su descontento”, sostiene Martínez.
Por su parte, Sonia Urrutia, dirigente del Bloque de Resistencia Popular dijo en entrevista a CNN que el temor de muchos es ser encarcelados ya que el régimen de excepción sigue vigente. “No hay ninguna garantía y si alguien es detenido puede pasar varios años en prisión mientras investigan si es culpable o inocente”.
Mientras que Amnistía Internacional ha dicho recientemente que “El Salvador ha experimentado un alarmante incremento de hostigamiento, persecución y criminalización de personas defensoras de derechos humanos, periodistas, activistas, voces críticas y organizaciones de la sociedad civil”.
El presidente Bukele no ha opinado sobre el temor que dicen sentir sus críticos. CNN solicitó comentarios y está a la espera de una respuesta.
Bukele -autodenominado un “dictador cool”- despierta críticas, pero también suma mucho respaldo y amasa una alta popularidad, según expertos, por las medidas implementadas en seguridad.
Dora López es una de miles de salvadoreños que abarrotaron las calles de la capital para presenciar el desfile cívico y militar organizado por el Ejecutivo para festejar los 204 años de independencia. Ella aplaude las medidas de seguridad implementadas.
“Mi esposo murió por la delincuencia y con esto que ha estado hacienda -combate a las pandillas- yo le agradezco bastante y por mi puede seguir los años que pueda”, dice a CNN, ante la posibilidad de que el mandatario pueda presentarse como candidato a un tercer mandato.
Bukele, aunque defendió las reformas a la Constitución, aún no ha dicho si ha tomado la decisión de inscribirse como candidato a la presidencia en 2027.
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