Chiapas, epicentro de la costosa lucha contra el gusano barrenador que enfrenta a México con Estados Unidos

Fidel Gutiérrez aún recuerda cuando su rancho estaba libre de la plaga del gusano barrenador. Fue hace 30 años, cuando él era un joven que trabajaba en la finca de su padre en Chiapas, el tercer estado productor de carne bovina de México.

“No estamos acostumbrados a ver esto… El gusano barrenador ha acabado con todo”, expresa con consternación, mientras recorre el rancho de 40 hectáreas, con pastizales rodeados de montañas, en el municipio de Ángel Albino Corzo.

Es una región indígena que se dedica principalmente al engorde de ganado y sus habitantes dependen de la venta de becerros. Está en el corazón del estado que concentra más de la mitad de las infecciones con gusano barrenador de México, golpeado por pérdidas millonarias luego de que Estados Unidos cerrara la importación de carne bovina para evitar el contagio en mayo pasado.

En junio pasado murió una de las 100 vacas de Fidel Gutiérrez por la infección del gusano barrenador, una pérdida que representa de USD 1000 a USD 2000 para este pequeño productor. Desde junio, cinco becerros se han contagiado, pero ha logrado curarlos, una labor que implica mucho más trabajo en el rancho. A sus 56 años no puede solo y sus dos hijos le ayudan a curar a los animales. Eso es toda una hazaña, que requiere de amarrar al becerro de las cuatro patas para evitar que su madre los ataque para proteger a sus crías.

Luego extraen cientos de larvas del ombligo del becerro, mientras el animal se mueve abruptamente y chilla, colocan un producto veterinario larvicida llamado “Negasunt”, y después un cicatrizante. El proceso se repite de tres a cuatro veces por semana.

“Nacen y a los dos o tres días ya le entra el gusano, y eso complica porque hay que venir y estar curándolo”, detalla Gutiérrez, mientras observa a sus hijos liberar al becerro, con visibles lágrimas. Mareado y confundido, el recién nacido encuentra resguardo junto a su madre.

La mosca que encarna al gusano se llama Cochliomyia hominivorax y es atraída por la sangre de heridas abiertas de los animales. Los becerros son los más vulnerables, ya que después de su nacimiento la herida abierta en su ombligo queda expuesta; precisamente allí anidan las larvas que se alimentan de la carne del animal. Si el gusano no se detecta a tiempo, el becerro muere en cuestión de semanas por la velocidad con la que las larvas se reproducen en el cuerpo del bovino.

La presencia del gusano ha transformado los días de los ganaderos de Chiapas, que se pasan horas identificando manchas de la sangre que gotea del animal, evidencia de que está infectado.

“Todos lo que tenemos ganado tenemos que vigilar diariamente”, apunta Jorge Cruz, presidente del Consejo de Vigilancia de Ángel Albino Corzo.

Además de la vigilancia, también la curación se ha complicado y vuelto más costosa. El producto veterinario triplicó su precio desde la llegada del gusano barrenador a Chiapas; pasó de 50 pesos (USD 2) a 150 pesos (USD 6,5). Ese precio obliga a los ganaderos a dejar de comprar el producto adecuado. Ahora, en cambio, hacen su propia mezcla con materiales corrosivos que incluyen cloro, aceite quemado, gasolina y tiner, un compuesto que causa más dolor al animal.

Los ganaderos no saben cómo salir de la crisis y parecen entrampados en una fórmula perdedora: sus costos crecen y, ante la suspensión de las exportaciones de ganado a Estados Unidos desde mayo pasado, sus becerros ahora valen menos.

“El ganado, cuando no hay problema, se paga bien pero una vez que cierran la frontera ya no pagan bien, baja el precio, asegura Jorge Cruz, presidente del Consejo de Vigilancia de Ángel Albino Corzo, Chiapas.

El primer caso de gusano barrenador de México se detectó en Catazajá, Chiapas en noviembre de 2024. Poco después, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos suspendió las importaciones de bovinos de México para evitar que la plaga entrara al país. Tras una breve reactivación en febrero, en mayo volvió la restricción, aún vigentey con un costo de, por lo menos, USD 1.300 millones para los productores, de acuerdo con estimaciones del Consejo Nacional Agropecuario.

“Es muy problemático para nosotros, para el campo, para todo…porque realmente es la única fuente de trabajo que tenemos nosotros. No hay otro más, solamente en la ganadería tenemos ese apoyo y el dinero para mantener a nuestra familia”, lamenta Cruz.

Chiapas concentra el mayor número de animales infectados por gusano barrenador en México, con 1.325 casos en este estado, de los 2.503 reportados a nivel nacional.

Algunos líderes ganaderos como Juan de Dios Lastra apuntan al tráfico de ganado ilegal proveniente de Centroamérica como la causa de ingreso de esta plaga a Chiapas. Tanto que la Confederación Ganadera Nacional, de la que él es parte, urgió a las autoridades a detener el cruce ilegal de bovinos a México.

Cuestionado sobre el tema, Héctor Albores Cruz, subsecretario de Ganadería de Chiapas, afirmó que los contrabandistas cruzan el ganado ilegal es por el municipio de “Benemérito de las Américas”. Una vez en territorio mexicano, ese ganado se vende legalmente, aunque no cuenten con documentación oficial.

Un equipo de CNN viajó hasta este municipio fronterizo. La entrada resguardada por una patrulla de la policía estatal impide el paso. El municipio, con casas pequeñas, cuenta con pocas calles pavimentadas, entre extensos matorrales, habitantes duermen en hamacas, una pequeña construcción es el punto de vigilancia militar.

Al llegar a las orillas del Río Usumacinta, la frontera natural entre México y Guatemala, el lanchero dedicado a cruzar a las personas de un lado a otro por un dólar confirmó que el cruce ilegal de ganado se da todos los días en jaulas sobre dos lanchas por este río.

En seguida, llegó una camioneta y bajó un hombre vigilante, que se paró junto a una roca sólo observándonos. Escuchamos tres disparos del otro lado del río e inmediatamente llegó un militar para advertirnos que habían notado nuestra presencia. Nos dejó proseguir con la grabación.

A lo largo del Río, ubicamos un terreno junto al caudal con unas 30 vacas. Del lado mexicano tres trailers adecuados para transportar ganado esperaban. Detener el tráfico ilegal parece ser tan desafiante que la Presidenta Claudia Sheinbaum tuvo que admitirlo.

“A veces es difícil controlar el paso del ganado que viene de Centroamérica a nuestro país”, dijo la Presidenta Claudia Sheinbaum, Presidenta de México el pasado 2 de septiembre en su conferencia matutina en la Ciudad de México.

En junio pasado, autoridades detuvieron un cargamento con 231 bovinos sin inspección sanitaria que circulaba al sur de Chiapas; los animales no contaban con documentación que acreditara su importación lega. Días antes, se reportó otro caso de un traslado irregular de 13 vacas sin controles sanitarios; el chofer fue puesto a disposición.

Ante la emergencia de la plaga de gusano barrenador, el gobierno federal ordenó el cierre de entradas de ganado de Guatemala a Chiapas y habilitó solo un ingreso, ubicado en Puerto Chiapas, para mayor control.

Ningún control logró evitar, sin embargo, que el gusano llegara al norte de México. EL 21 de septiembre fue confirmado el primer caso de un animal infectado en Nuevo León, uno de los principales estados exportadores de ganado a Estados Unidos.

Autoridades mexicanas informaron al gobierno de Estados Unidos sobre el primer caso de gusano barrenador en el norte de México. Y, a través de un comunicado, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos dio a conocer las acciones que se están llevando a cabo para tratar de erradicar la plaga.

Desde el anuncio del cierre de la frontera a exportaciones de ganado mexicano, ambos gobiernos han buscan acuerdos. Este se materializó en un protocolo conjunto, firmado por los dos gobiernos, para combatir al gusano barrenador. Entre los puntos, se encuentra la construcción de una granja de moscas estériles en Chiapas para 2026.

Esta estrategia fue implementada hace 40 años de manera exitosa. Soltar moscas estériles para reproducirse como la mosca del gusano barrenador, y así, culminar el ciclo reproductor y erradicar la plaga del gusano.

Se proyecta que la granja esté lista el próximo verano y genere 100 millones de moscas estériles diariamente. Mientras la solución está en construcción, ganaderos del norte de México tienen estancadas las exportaciones y los del sur dedican sus días al combate del gusano que infecta a diario sus becerros. Todo con un costo de más de USD 1.000 millones para la economía mexicana.

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