«No queremos ir a EE.UU.»: caravana de migrantes busca establecerse en México, pero la burocracia le pone otro muro

Vladimir Ortiz Cassola, un cubano de 24 años, se unió a la caravana de más de 580 migrantes que salió este miércoles desde Tapachula, Chiapas, en el sur de México, hasta la Ciudad de México. No buscan cruzar la frontera norte. No quieren llegar a Estados Unidos. Lo que piden, cuenta a CNN, es poder establecerse legalmente en México, trabajar y reconstruir sus vidas.

“Estados Unidos no pasa por mi mente”, dice Ortiz en entrevista telefónica horas antes de partir hacia la capital mexicana. “Nosotros queremos regularizarnos aquí. Es lo que pedimos, nada más que eso para poder trabajar y contribuir a esta nación, que es a lo que vinimos”, agrega.

Vladimir huyó de Cuba, donde dice que sufrió persecución política por participar en protestas y también por ser abiertamente gay. “Allá no respetan los derechos humanos. Decidí venir acá porque tenemos el conocimiento de las leyes que existen, que dan refugio a los inmigrantes que están en esta situación”, dice. CNN contactó al Gobierno de Cuba para pedir comentarios.

A diferencia de otras caravanas migrantes de años anteriores, que avanzaban hacia el norte con la mira puesta en el sueño americano, esta se dirige a la capital mexicana, donde los migrantes esperan que la presidenta Claudia Sheinbaum los escuche para poder completar sus trámites.

Ortiz dice que en el grupo hay personas de distintas nacionalidades: cubanos, venezolanos, haitianos, nicaragüenses, guatemaltecos, hondureños y colombianos. Una de las mujeres originaria de Honduras que se reunió con el grupo en una plaza de Tapachula una noche antes de salir dijo que planean caminar por unas dos horas y tomar descansos pues los acompañan niños, adultos mayores y embarazadas.

Salieron de sus países, muchos de ellos dejando a sus familias atrás, en busca de una mejor vida. Pero su llegada a México no ha sido lo que esperaban pues se toparon, dice el cubano de 24 años, con los retrasos de la burocracia al momento de intentar regularizar su situación migratoria en el país.

CNN solicitó comentarios a la Comisión de Ayuda a Refugiados (Comar) sobre los supuestos retrasos y espera respuesta.

Sheinbaum reiteró esta semana que su Gobierno mantiene una postura de apoyo humanitario hacia las caravanas migrantes. Afirmó que se brindan facilidades tanto para quienes deseen regresar voluntariamente a sus países de origen como para aquellos que busquen establecerse en México.

“Eso nos ha permitido que desde que llegamos no llegue ninguna caravana a la frontera norte y así va a ser ahora”, dijo este lunes durante su conferencia de prensa.

Desde que el presidente Donald Trump ganó las elecciones, la mayoría de las caravanas que buscan cruzar la frontera norte han sido disueltas, convencidas por las autoridades mexicanas para que desistan de continuar hacia Estados Unidos.

Pero desde el terreno, este grupo de migrantes que no busca llegar a Estados Unidos dice no haber recibido ningún acercamiento oficial. “La presidenta dijo que iba a apoyar, pero no nos han contactado”, afirma Ortiz.

El camino hacia la Ciudad de México es largo: más de 1.100 kilómetros a pie, con temperaturas extremas, lluvias, escasez de alimentos y agua, y el riesgo constante de abusos, extorsiones y violencia.

“Estamos decididos a salir para allá, sea lo que Dios quiera, Dios mediante que todo salga bien, ya no le tenemos miedo a nada porque es que nos estamos prácticamente muriendo de hambre acá, entonces ya no hay nada más malo que nos pueda pasar”, dice.

Un día después de llegar a Tapachula hace más de cuatro meses, Ortiz se presentó en la oficina de la Comar para solicitar asilo. Desde entonces, espera. “Aún no tengo ni siquiera mi CURP. No me ha llegado el correo, no me han citado para mi entrevista escrita. Y sin CURP no se puede trabajar. Eso es lo más duro”.

Organizaciones defensoras de los derechos de las personas migrantes han denunciado que la falta de recursos económicos ha forzado a la Comar a reestructurar sus oficinas en Chiapas, uno de los principales puntos de llegada de migrantes en la frontera con Guatemala.

El Colectivo de Monitoreo – Frontera Sur ha documentado que esta reestructuración ha implicado la reducción de personal operativo y traductores, lo que ha generado retrasos significativos en los procesos de admisión, entrevistas de elegibilidad y resolución de solicitudes de asilo.

Según la Comar, el plazo legal para resolver una solicitud de refugio es de hasta 45 días hábiles, aunque en la práctica podría demorarse más por la saturación de las oficinas.

Sheinbaum ha negado previamente que exista una crisis migratoria en México y ha dicho que fortalecerán al INM.

Ortiz —como muchos otros que caminan en la caravana— ya ha esperado más de 120 días. “Uno va a preguntar y solo dicen que hay atraso. Pero si pagas un abogado, el trámite se resuelve en días. Los que no tenemos para pagar somos los que estamos varados”.

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