Un fierro caliente es el que está por agarrar el presidente electo de Bolivia, Rodrigo Paz Pereira, ante la crisis multisectorial que enfrenta el país. El economista asumirá el mandato en noviembre con promesas de corto plazo que generan altas expectativas y con unas elecciones subnacionales en menos de cinco meses, lo que pone prisa a la necesidad de resultados.
“No va a tener una luna de miel, tiene que afrontar los problemas más urgentes”, indicó a CNN el politólogo Marcelo Arequipa, profesor de la Universidad Mayor de San Andrés. “La gente hoy está muy preocupada, esperando con ansias que empiece el 8 de noviembre. El margen es bastante limitado. No existe la varita mágica, especialmente para los temas económicos”, advirtió.
Los bolivianos fueron a votar con una aguda escasez de combustible (que Paz aseguró que solucionará en su primera semana), una inflación interanual de más de 20 % y una economía deficitaria en recesión. El rival de Paz en la segunda vuelta, Jorge “Tuto” Quiroga, prometía un “cambio radical” y muchos optaron por las propuestas del ahora presidente electo, de reformas más graduales.
Analistas consultados por CNN señalan que Paz logró la victoria con muchos votos provenientes del Movimiento al Socialismo (MAS). En la primera vuelta, el expresidente Evo Morales llamó al voto nulo, que alcanzó casi un 20 %, pero esta vez no lo hizo y los votos inválidos están por debajo del 5 %, según el conteo preliminar. El candidato del Partido Demócrata Cristiano además ganó y perdió en los mismos departamentos que el saliente mandatario Luis Arce en 2020.
“Hay un apoyo de base social importante. En el momento que gobierne, va a tener que responder a ese voto”, dijo a CNN el economista Luis Paz Ybarnegaray. “Tiene que gobernar estabilizando la crisis económica, que es evidente, pero sin afectar esas conquistas sociales. Le toca una tarea difícil”. Por ello, el analista advirtió que ajustes cambiarios, reducción de subvenciones o despidos de empleados estatales afectarían su gobernabilidad.
Arequipa subraya que “el escenario de protesta social no está lejano” ante la persistente tensión. “El boliviano ha votado con preocupación, que puede transformarse en molestia”, agregó. Además, apuntó que recientemente las principales organizaciones sociales renovaron sus dirigencias, que ahora están tratando de conectar con sus bases. “Estos dirigentes van a buscar crecer en lo que significa su legitimidad, eso va a ser en base a protestas”, subrayó.
El economista Enrique Ayo ve muy difícil que la escasez de combustible, que afecta el dinamismo de la economía en general, se solucione en los primeros días del mandato. “La única posibilidad es que ya haya tenido un acuerdo cuando fue a Texas para hablar con proveedores, que haya hecho una precompra. De otra forma, no va a lograrlo. Prometieron muchas cosas, pusieron la vara muy alta para captar votos”, comentó.
Por su parte, Paz Ybarnegaray señala que el tema podría afrontarse con créditos internacionales que ya estarían negociados, pero para ello el gobierno debe conseguir la aprobación en la Asamblea Legislativa, donde el oficialismo no tiene mayoría propia.
En la búsqueda de consensos, el politólogo Arequipa cree que la decisión central del armado del gabinete estará puesta en la economía, una cartera para la que es voceado José Luis Lupo, excandidato a vicepresidente de Samuel Doria Medina. “Para la parte del control político, como los ministerios de la Presidencia y de Gobierno, deberá tener a figuras que, más que concertación, operen con fuerza y decisión”, sostuvo. Pero consideró que en la Asamblea “necesita a Tuto Quiroga” y su bancada para lograr una mayoría. “Sí o sí va a tener que conversar”, reiteró.
La campaña de Paz Pereira por momentos fue eclipsada por la figura del candidato a vicepresidente, Edman Lara, un excapitán de la Policía con fuerte arraigo popular, y que no descartó retirarle el apoyo al mandatario si hay grandes desacuerdos en la conducción.
“Esa relación sigue haciendo mucho ruido”, dijo Arequipa, destacando que ambos no recibieron juntos el resultado preliminar y que incluso Lara se adelantó y habló a la prensa antes que Paz. “Hay dudas sobre si realmente son un equipo o si van por separado. Lara va a ser un actor fundamental de control político interno, incluso de veto. No está dispuesto a ser un vicepresidente acompañante, sino uno muy activo. Puede llevar a Rodrigo a tener una gran sombra”.
Por su parte, Ayo considera que fue Lara quien consiguió la mayoría de los votos para la segunda vuelta. “Si bien Paz es el presidente, no va a tener libertad absoluta”, comentó.
Otra sombra que se cierne sobre el Palacio Quemado es la del expresidente Evo Morales, quien aseguró en redes sociales que “Paz y Lara ganaron con el voto evista”.
Morales no pudo participar en los comicios y quedó fuera del MAS, pero está impulsando un nuevo partido para competir en las elecciones subnacionales de marzo. Para Arequipa, el exmandatario “no está dispuesto a ceder su fuerza y va a ser un escenario de tensión”.
En esa búsqueda de gobernabilidad, el politólogo indica que Paz necesita de al menos uno de dos factores: controlar una mayoría legislativa o controlar la calle. “Hoy no los tiene, es un problema. Luis arce por lo menos tenía cierto control de la calle. El escenario es de ingobernabilidad”, analizó.
La gran caída de la renta del gas en Bolivia y el interés mundial por el litio hicieron que muchas esperanzas se depositen en ese metal, teniendo en cuenta que el país tiene cerca de un quinto de las reservas mundiales estimadas. Sin embargo, los proyectos todavía son limitados, con falta de inversión. El presidente electo adelantó su oposición a dos contratos firmados con empresas de Rusia y China que no fueron aprobados por los diputados y que podrían ser renegociados.
“El litio es un tema muy de bandera, pero en el fondo hay que trabajar mucho, desarrollarlo, invertir. Ahora no hay tiempo que perder. (Paz) se va a enfocar en sectores que generen recursos mucho más rápido”, comentó Ayo. “Si bien es estratégico, lo urgente es lo otro. El litio va a estar en stand by”, agregó.
En tanto, Paz Ybarnegaray comentó que “tarde o temprano” se va a tocar el tema y señaló la necesidad de una planificación estratégica. “Tendrá que retomar y volver a negociar con todos los actores que implican la exportación de este mineral. El litio es fundamental, pero también el gas, la generación de energía, el hierro”, dijo.
Los analistas consultados coincidieron en otro punto y en un camino clave para Paz: la necesidad de un rescate institucional y la búsqueda de comunicar adecuadamente sus medidas para lograr que la poca paciencia que queda en la población no se agote.
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