La visita de estado del rey Carlos III al Vaticano comenzó este jueves. El rey se convertirá en el primer monarca británico en rezar con un papa en 500 años, después de una semana difícil con las continuas consecuencias del escándalo del príncipe Andrés.
El rey Carlos III y la reina Camila se reunieron este jueves por la mañana con el papa León XIV por primera vez desde su elección en mayo, tras su llegada a Roma la tarde anterior para celebrar el año sagrado jubilar, que tiene lugar cada cuarto de siglo.
La pareja aterrizó en el aeropuerto de Ciampino y fue recibida por una delegación que incluía al embajador del Reino Unido ante la Santa Sede.
El jueves, bajo el techo abovedado de la Capilla Sixtina, meticulosamente pintado por Miguel Ángel, Carlos rezará con el pontífice en un servicio ecuménico especial, el primero desde al menos la Reforma.
El servicio se centrará en el cuidado de la creación, una preocupación arraigada del rey y un tema que el papa León ha destacado al inicio de su pontificado. Será presidido por León y el arzobispo de York de la iglesia de Inglaterra, Stephen Cottrell.
La visión de la primera oración conjunta compartida por el rey y el papa señala la profundización de los vínculos entre católicos y anglicanos, un tema de la visita relámpago.
Ambas partes consideran el viaje como un “momento significativo” para reconciliar las divisiones entre la monarquía británica y el papado que se remontan a 1534, cuando Enrique VIII rompió con Roma y creó la Iglesia de Inglaterra.
“Sería difícil sobreestimar la importancia de esta visita en particular”, declaró a CNN el reverendo Martin Browne, funcionario del Vaticano que trabaja en el departamento para la “Promoción de la Unidad Cristiana”.
Añadió que era la primera vez que una visita real tenía una “dimensión ecuménica”, es decir, se centraba en fortalecer la unidad entre Roma, la iglesia de Inglaterra y la comunión anglicana en general.
“Un servicio en el que participan tanto el papa como un soberano británico no se había visto desde mucho antes de la Reforma”, explicó Browne. “Su singularidad se ve subrayada por el hecho de que se celebra en la Capilla Sixtina, dentro del Palacio Apostólico, con la música dirigida por el coro del papa y dos coros del rey”.
Posteriormente, el rey y la reina participarán en un servicio ecuménico en la Basílica de San Pablo Extramuros, que guarda vínculos históricos con la Corona inglesa y alberga la tumba del apóstol San Pablo, cuyo mantenimiento fue costeado por monarcas británicos anteriores. Es una de las cuatro basílicas papales de Roma y también alberga una comunidad de monjes benedictinos.
El papa León XIV aprobó la designación del rey Carlos como “Cofrade Real” de San Pablo, como un gesto de hospitalidad y compañerismo espiritual.
Para celebrar este nuevo vínculo, el lugar de culto encargó una silla especial, similar a un trono, que luce el escudo de armas del rey y el lema en latín Ut unum sint (“Que sean uno”). Permanecerá permanentemente en la basílica para uso de sus sucesores.
El papa también nombra al rey y a la reina caballeros y damas de la Orden de Pío IX. El propio Carlos ha decidido honrar al papa León nombrándolo “Cofrade papal de la Capilla de San Jorge del Castillo de Windsor” y Caballero de la Gran Cruz de la Orden del Baño, un honor que tradicionalmente se otorga a los jefes de Estado.
La visita de Estado concluye con la asistencia del rey Carlos a una recepción en el Pontificio Colegio Beda, seminario que forma sacerdotes de toda la Commonwealth. Mientras tanto, la reina Camila se reunirá con seis hermanas católicas de la Unión Internacional de Superioras Generales, quienes trabajan para apoyar el empoderamiento femenino en todo el mundo, incluyendo la educación de las niñas.
A pesar de las turbulencias del pasado, las relaciones entre el Vaticano y la monarquía británica se caracterizan hoy por la cordialidad y el respeto mutuo. El Reino Unido y la Santa Sede mantienen relaciones diplomáticas plenas desde 1982.
Carlos y Camila debían realizar una visita de Estado al Vaticano a principios de abril, pero el viaje se pospuso debido a la mala salud del papa Francisco. Continuaron con una visita oficial a Italia, visitando Roma y Rávena, en el noreste. Sin embargo, la pareja real pudo visitar en privado al pontífice enfermo dos semanas antes de su fallecimiento.
Como príncipe de Gales, Carlos visitó la Ciudad del Vaticano en cinco ocasiones, mientras que su difunta madre, la reina Isabel II, conoció a cinco papas durante su vida.
“Sí, hay diferencias y divisiones, algunas muy profundas”, dijo Browne. “Pero esta (visita) es un recordatorio para todos de que lo que une es más importante”.
Diarmaid MacCulloch, historiadora de la Iglesia de la Universidad de Oxford, dijo que si bien hubo cierta “publicidad” mal informada en torno a la visita del rey, “hay un significado genuino en que el papado muestre un favor tan formal” a Carlos.
“Es un lindo gesto de buena voluntad por parte del Vaticano, y los gestos de buena voluntad siempre son bienvenidos”, sostuvo MacCulloch.
The-CNN-Wire
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