Trump afirma que Khashoggi, el periodista asesinado, era «extremadamente controvertido» y defiende al príncipe heredero saudí

El presidente Donald Trump rechazó airadamente el martes una pregunta sobre el asesinato de Jamal Khashoggi en 2018, al alegar que el periodista disidente saudita era “extremadamente controvertido” e insistir en que el tema solo se mencionaba durante su reunión con el príncipe heredero saudita Mohammed bin Salman para avergonzar a su visita.

“Estás mencionando a alguien que fue extremadamente polémico. A mucha gente no le caía bien ese señor del que hablas. Te guste o no, las cosas pasan”, dijo Trump en el Despacho Oval mientras presidía una visita llena de pompa para el líder de facto saudí.

Trump insistió en que el príncipe Bin Salman —a quien la CIA consideró el probable autor de la orden de asesinato— no estaba involucrado.

“Él no sabía nada al respecto, y podemos dejarlo así”, dijo Trump, volviéndose hacia el príncipe heredero.

El momento fue la mejor prueba hasta ahora de que el período de aislamiento diplomático que sufrió el príncipe bin Salman tras el asesinato de Khashoggi ha terminado. En su primera visita a la Casa Blanca en más de siete años, el príncipe heredero fue recibido con todos los honores de una visita de Estado, la máxima expresión de una recepción diplomática estadounidense.

Su limusina Mercedes negra fue escoltada hasta el Jardín Sur por un equipo de pilotos de patrulla, mientras una banda militar anunciaba su llegada con trompetas. Un sobrevuelo de aviones de combate, incluidos los F-35 —los mismos que Trump afirma que venderá a Riad—, resonó en el cielo. Más tarde, Trump ofrecerá una cena de gala en el Salón Este.

Sentado en el Despacho Oval, Trump colmó de elogios al príncipe heredero, incluyendo lo que calificó como su “increíble” historial en materia de derechos humanos. El presidente destacó nuevos acuerdos de inversión saudí en Estados Unidos y reafirmó sus planes de vender aviones de fabricación estadounidense, si bien el príncipe heredero evitó comprometerse con algunas de las prioridades de Trump.

Y en lugar de simplemente pasar por alto el asesinato de 2018, que tuvo lugar en el consulado saudí en Estambul, Trump se ofendió porque se mencionara el tema durante lo que él pretendía que fuera una ostentosa muestra de respeto.

“No tiene por qué avergonzar a nuestro invitado con una pregunta como esa”, le dijo Trump a la reportera, Mary Bruce, corresponsal de la Casa Blanca de ABC desde hace mucho tiempo, quien le preguntó sobre el asesinato.

Sentado junto a Trump, el príncipe heredero pareció impasible ante la discusión sobre su presunto papel en el asesinato, cometido por agentes saudíes que posteriormente desmembraron al residente estadounidense y columnista de The Washington Post.

“Es doloroso y es un gran error”, dijo el príncipe Bin Salman, para luego defender la investigación saudí.

“En cuanto al periodista, es realmente doloroso escuchar que alguien haya perdido la vida sin un propósito real o de manera no legal, y ha sido doloroso para nosotros en Arabia Saudita”, dijo.

El príncipe heredero añadió que Arabia Saudí “tomó todas las medidas correctas en la investigación” y dijo que estaban haciendo “todo lo posible para que esto no vuelva a ocurrir”.

Hanan Elatr Khashoggi, viuda de Jamal Khashoggi, respondió a la afirmación de Trump de que su difunto esposo era “extremadamente polémico”, diciendo que esa no era razón suficiente para que lo hubieran asesinado.

“Esto no justifica su asesinato. Jamal era un hombre bueno, transparente y valiente”, declaró a CNN, y añadió que “muchos quizás no compartían sus opiniones ni su defensa de la libertad de prensa. El príncipe heredero expresó sus disculpas, por lo que debería reunirse conmigo, pedirme perdón e indemnizarme por el asesinato de mi esposo”.

En un editorial, The Post escribió que los comentarios de Trump “deshonran el legado de Khashoggi, contradicen los hechos y no son dignos del cargo de presidente”.

La evaluación de la CIA publicada en 2021 concluyó que el príncipe aprobó el asesinato del columnista del Washington Post, aunque él ha negado durante mucho tiempo cualquier implicación.

“Basamos esta evaluación en el control del príncipe heredero sobre la toma de decisiones en el Reino, la participación directa de un asesor clave y miembros del equipo de protección de Muhammad bin Salman en la operación, y el apoyo del príncipe heredero al uso de medidas violentas para silenciar a los disidentes en el extranjero, incluido Khashoggi”, señala el informe.

Durante su primer mandato, Trump restó importancia en gran medida al posible papel del príncipe Bin Salman en el asesinato de Khashoggi, aunque se describió a sí mismo como “extremadamente enojado y muy descontento” por el crimen.

Su sucesor, el presidente Joe Biden, prometió durante su campaña convertir a Arabia Saudita en un “paria”. Pero incluso Biden llegó a reconocer que el reino y su príncipe heredero eran demasiado poderosos e influyentes como para ignorarlos por completo. Viajó al país en 2022 en un intento —en gran medida infructuoso—, de convencer a Arabia Saudita de que aumentara su producción petrolera.

Durante su segundo mandato, Trump ha buscado activamente fortalecer su relación con el reino, y para eso ha visitado Riad en mayo para discutir nuevas inversiones y acuerdos de seguridad. Su interés en el reino ha generado escrutinio debido a los intereses financieros de su familia en el país, aunque el martes desestimó esas preocupaciones. “No tengo nada que ver con los negocios familiares. Me he desvinculado”, declaró el presidente.

La esperanza de Trump es que Arabia Saudita finalmente se una a los Acuerdos de Abraham, su logro diplomático más emblemático, que normalizaría sus relaciones con Israel.

Pero el príncipe bBin Salman dejó claro que eso no ocurriría el martes, ni en ningún otro momento antes de que exista una vía clara para un Estado palestino independiente.

“Queremos formar parte de los Acuerdos de Abraham”, dijo el príncipe heredero. “Pero también queremos asegurarnos de garantizar una ruta clara hacia una solución de dos Estados”.

El príncipe Bin Salman también se mostró indeciso respecto al financiamiento para la reconstrucción de Gaza. Dijo que estaba “discutiendo” el asunto antes de que Trump interviniera para insistir en que “será mucho”.

El príncipe heredero sí afirmó que aumentaría el compromiso de inversión de Arabia Saudí en Estados Unidos de los US$ 600.000 millones anunciados en mayo a un billón de dólares, una cifra enorme que representa casi la totalidad de la producción económica anual del reino.

Mientras tanto, Trump parecía ansioso por brindar nueva ayuda estadounidense a Arabia Saudita, incluyendo un pacto de defensa y un acuerdo que ayudaría al reino a desarrollar un programa nuclear civil.

Sin embargo, parecía tener como principal objetivo honrar al príncipe heredero, quien ha consolidado el poder y ahora es el gobernante cotidiano del reino.

“Solo quiero darles las gracias”, dijo Trump. “Hemos sido muy buenos amigos durante mucho tiempo. Siempre hemos estado del mismo lado en todos los temas”.

Esta noticia ha sido actualizada con información adicional.

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