Es uno de los directores de cine más aclamados del momento a nivel internacional. Además, es un fuerte candidato ante las próximas nominaciones al premio Oscar y aunque ya está acumulando otra serie de distinciones, gracias a su más reciente película, “It Was Just An Accident”, Jafar Panahi sabe que en su futuro también se divisa la posibilidad de ir a la cárcel. No sería la primera vez.
Panahi, un abierto opositor del régimen iraní y quien suele rodar sus películas desde la clandestinidad, recibió hace poco una nueva sentencia a un año de prisión, por parte del Tribunal Revolucionario Islámico en Teherán, según una publicación de su abogado, Mostafa Nili, en la red X, fechada el 1 de diciembre.
En el material promocional de “It Was Just An Accident”, Panahi se refiere a su primer arresto, en 2010, “cuando se me prohibió viajar o hacer películas”, y también menciona un periodo de encarcelamiento, entre julio de 2022 y febrero de 2023. Esta nueva condena, que según Nili será apelada, responde a supuestas acusaciones de actividades propagandísticas por parte del cineasta y que también le impediría salir de su país durante dos años.
Esta película, que obtuvo en mayo la Palma de Oro, máxima distinción del festival internacional de cine de Cannes (Francia), acaba de recibir cuatro nominaciones al premio Globo de Oro, incluyendo a mejor película del género drama y a mejor director. Por ser una coproducción con Francia, la película representa a este país europeo en la nueva temporada de premiaciones en Hollywood, que concluye con la entrega del Oscar, en marzo de 2026.
A finales de octubre y como parte de la promoción de la película, que ya está disponible en la plataforma MUBI, Panahi conversó con CNN en Español, contestando a preguntas formuladas en español y que él, a través de una intérprete, contestó en persa.
Pese a las nominaciones que estás recibiendo, ¿se trata o no de una celebración agridulce [debido a tus circunstancias personales]?
Panahi: Para mí, siempre existe lo amargo y lo dulce. Siempre me pregunto: “¿por qué (esta celebración) no ocurre conmigo dentro de mi país? ¿Por qué no puedo ver mi película con mi gente?” Cuando recibí el premio [Palma de Oro] y quise levantarlo, me quedé como paralizado, con la boca tensa. En ese momento pensé: “¡Qué pena que no estoy en mi país!”. Eso es muy, muy amargo. Por otro lado, me alegré mucho. Fue una sensación dulce cuando entendí que todo el mundo iba a poder ver la película, acercarse a la cultura y a la historia de mi país. ¡Qué más dulce para un cineasta que sean más y más los espectadores que puedan ver tu película!
Durante todo este tiempo, en las últimas décadas, has estado en la cárcel, has hecho huelga de hambre, se te ha prohibido salir de tu país y hacer películas por 20 años. Sin embargo, te mantienes fuerte y combativo. En América Latina entendemos este tipo de situaciones cuando hemos atravesado dictaduras. ¿Qué es lo que te mantiene así de fuerte y combativo?
Panahi: La verdad es que cada persona tiene un objetivo para su vida. Para un cineasta, su mejor objetivo es hacer películas.
Puede ser que para mí, como cineasta, la vida tiene significado cuando hago películas. Cuando tengo ese objetivo, yo lo busco de cualquier manera. Esos problemas surgen para hacerme fuerte y no tener que censurar mis películas. En varias partes del mundo han existido problemas por las dictaduras y así podría volver a ocurrir en el futuro. Pero el arte nunca se queda quieto. Así que encuentro el camino, encuentro la solución para resolver mis problemas, para enseñar todas las dificultades que hemos vivido en esta época y también para crear memoria sobre la historia del cine con vista hacia el futuro. Que cuando el futuro mire hacía esta época, pueda recordar lo que ya pasamos. Es decir, una película es un recuerdo de la historia.
Quiero hablar del futuro que ahora mencionas porque viendo la película por segunda vez, en los primeros seis minutos ya nos estás dando claves a través del personaje de la hija y de la madre. Más adelante en la película, vemos nuevamente a la pequeña y yo he sentido que ella puede ser un símbolo de la posibilidad de cambio de un país.
Panahi: Claro, claro que sí. Esta niña demuestra que el futuro continúa. En la escena del inicio, en el automóvil, el padre mata al perro y la madre le dice a la hija que “fue solo un accidente”, que Dios quería que muriera. Pero la niña dice que no, que Dios no lo quiere.
Entonces, durante la película, primero puedes ver a una niña y luego a una mujer que da luz a un hermano de la pequeña. Esto le enseña al espectador que sí tenemos un futuro.
Así que, quieras o no, esto influirá en la mente del espectador de que el futuro es esperanzador.
Esta pregunta tiene que ver con eso que acabas de mencionar y es una pregunta que siempre hago a las personas con las que converso. ¿Qué tan optimista eres tú ante ese futuro? Y lo digo en tu caso, cuando has sufrido la violación de un derecho básico como lo es el de la libertad de expresión. ¿Eres optimista? ¿Por qué?
Panahi: Soy un cineasta social, así que el ambiente de la sociedad influye mi trabajo. Si recuerdas mi película “The Circle” (2000), en esa época –cuando hice la película– parecía que el círculo continuaba, al igual que los problemas uno tras otro. Pero desde esa época hasta ahora, el mundo ha cambiado mucho. Así que yo tengo esperanza y soy positivo ante el ambiente [la vida]. Hace poco tiempo, recordarás, Irán tuvo el movimiento “Mujer, Vida y Libertad”. Este movimiento es histórico para nosotros porque el Gobierno ha sido uno antes y otro después de él. El pueblo ha atravesado las líneas rojas del Gobierno. Las mujeres, en especial, no están aceptando más sus reglas. Eso lo puedes ver en la sociedad iraní. Eso influye mucho en nuestro trabajo, en nuestro cine. El cine social no puede dejar atrás a la sociedad, tienen que caminar juntos. Entonces todos ofrecen esperanza porque uno tiene esperanza y es optimista.
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