Desde su llegada a Oslo, donde fue galardonada con el Premio Nobel de la Paz 2025, María Corina Machado insistió en que regresaría “en el momento oportuno” a Venezuela, país que dejó la semana pasada, tras meses de vivir en la clandestinidad, en un viaje arriesgado en el que sufrió una fractura de vertebra.
“Vine a recibir el premio en nombre del pueblo venezolano y lo llevaré de vuelta a Venezuela en el momento oportuno”, dijo Machado en conferencia de prensa desde la capital noruega. “Volveré a Venezuela, no tengo dudas”, agregó.
Ese miércoles se confirmó que Machado había dejado Oslo, sin conocerse aún hacia dónde trasladó la líder opositora.
Sí han trascendido más detalles sobre su salida de Venezuela en una peligrosa misión de extracción que duró casi 16 horas, y que coincidió con su primera aparición pública en 11 meses. La líder opositora, exdiputada y cabeza del movimiento político Vente Venezuela, entró en la clandestinidad en enero de este año, luego de participar brevemente en una protesta contra la investidura de Nicolás Maduro para un nuevo período presidencial.
Se alejó del espacio público en medio de un aumento de la represión gubernamental contra la disidencia tras las disputadas elecciones del año pasado, advirtiendo que temía por su vida, su libertad y sus derechos humanos.
En caso de no poder volver a Venezuela, Machado recorrerá el camino de otros dirigentes políticos venezolanos que tuvieron que dejar su pais sin poder regresar. Muchos de ellos se vieron obligados a abandonar Venezuela para proteger su integridad frente a órdenes de arresto y amenazas del Gobierno.
Mientras permaneció en la clandestinidad, Machado participó de entrevistas y foros de manera virtual. En su reciente aparición en Oslo, explicó que aprovechará el tiempo fuera de Venezuela para estar con su familia y amigos, así como para realizar chequeos médicos.
A pesar de las dificultades, Machado aseguró que su regreso será inevitable: “Cuando vuelva, si el régimen sigue en el poder, lo haré rodeada de mi gente. Y no sabrán dónde estoy. Tenemos formas para lograrlo”, afirmó en entrevista con CNN, confiada en que su movimiento seguirá creciendo dentro del país.
Entre las figuras opositoras venezolanas más visibles que han terminado en el exilio en la última década se encuentran Edmundo González Urrutia, Juan Guaidó, Leopoldo López, Julio Borges y Antonio Ledezma. En mayor o menor medida, todos continúan con las denuncias internacionales del régimen y buscan apoyo diplomático y mediático, aunque su capacidad de movilización dentro de Venezuela cayó y ahora es limitada.
Edmundo González Urrutia salió de Venezuela en septiembre de 2024 rumbo a España, donde recibió asilo político, tras permanecer 32 días refugiado entre la embajada de los Países Bajos y la residencia del representante del Gobierno español en Caracas. Su salida, según contó a CNN desde Madrid, se produjo luego de recibir amenazas y una orden de aprehensión en su contra.
González Urrutia fue el candidato presidencial de la Plataforma Unitaria Democrática tras la inhabilitación de Machado. Aunque las autoridades electorales declararon ganador a Maduro, no han hecho públicas las actas de votación detalladas para verificar el resultado. La oposición denunció fraude, publicó actas de escrutinio y sostuvo que González había ganado la elección.
Desde el exilio, ha centrado su acción política en la arena internacional, con giras y reuniones con líderes extranjeros para buscar reconocimiento y apoyo. En noviembre de 2024, Estados Unidos lo reconoció como presidente electo de Venezuela, lo que fortaleció su respaldo internacional, aunque su influencia directa dentro del país es limitada y su figura ha quedado opacada por la de Machado, especialmentre luego de que la líder opositora ganara el Premio Nobel y asegurara luego que sería vicepresidenta de Venezuela en un eventual gobierno de transición liderado por González Urrutia.
El exdiplomático dijo a CNN que consideraba que era “más útil afuera que adentro”, en libertad y no detenido, para conseguir la solución a la crisis política de Venezuela.
Tras las masivas manifestaciones convocadas por la oposición contra el Gobierno de Maduro, Juan Guaidó asumió la presidencia de la Asamblea Nacional en enero de 2019 y, desde ese cargo, se proclamó presidente interino de Venezuela ese mismo mes. Su figura fue reconocida por Estados Unidos y más de 50 países como autoridad legítima frente a Maduro. Con el paso del tiempo, el llamado interinato perdió respaldo dentro de la propia oposición.
En diciembre de 2022, un grupo de exdiputados de la Asamblea Nacional decidió retirarle el apoyo y eliminar el llamado “Gobierno interino” que lo tenía como líder, al considerar que no se habían cumplido los objetivos planteados. Guaidó rechazó la decisión y advirtió que la división solo beneficiaría al Gobierno.
Guaidó salió de Venezuela en abril de 2023 y se estableció en Miami, donde recibió asilo político, según dijo a CNN un portavoz del exlíder de la oposición. Hoy trabaja como investigador en la Universidad Internacional de Florida. En octubre de ese año, la Fiscalía venezolana anunció una orden de aprehensión en su contra y lo acusó de haberse financiado con recursos de la petrolera estatal PDVSA, señalamientos que el dirigente opositor ha negado.
Guaidó ya no es la figura política dominante que fue en 2019–2020, aunque sigue activo desde el exilio en el debate internacional sobre Venezuela. Desde Estados Unidos habló sobre la crisis democrática y la necesidad de alianzas internacionales por la transición.
Pero lejos ha quedado su influencia, al punto de no haber, debido a su exilio, participado de las elecciones de 2024, en las que Edmundo González Urrutia fue el candidato. Guaidó tampoco fue una pieza clave en los Acuerdos de Barbados, por los cuales oposición y Gobierno acordaron una hoja de ruta hacia las elecciones.
Leopoldo López, fundador del partido Voluntad Popular y uno de las figuras opositoras más visibles de Venezuela, se exilió en España en 2020 tras años de prisión y arresto domiciliario.
Llegó a Madrid después de abandonar la residencia del embajador español en Caracas, donde se encontraba refugiado tras su participación en el fallido levantamiento cívico-militar de 2019 junto a Juan Guaidó.
El líder de Voluntad Popular había sido arrestado en 2014 y sentenciado a casi 14 años de prisión en relación a los hechos de violencia derivados de las manifestaciones opositoras ese año, en un proceso judicial que su defensa y organismos internacionales consideraron cuestionable. Mientras estuvo en la prisión de Ramo Verde, López denunció el aislamiento al que fue sometido. Desde 2017 cumplió arresto domiciliario hasta que buscó refugio en a la embajada española.
En entrevista con CNN, ya en el exilio, López explicó que decidió abandonar Venezuela tras años de restricciones y aseguró que la dictadura había limitado su capacidad de operar y que podía hacer más desde el exterior.
En 2024, el fiscal general de Venezuela solicitó una orden de captura y extradición contra López y Julio Borges por presuntos beneficios económicos. López se declaró inocente y sigue denunciando la represión desde España. Desde Madrid, ha apoyado a otros líderes opositores y, aunque su influencia dentro del país ha disminuido, continúa siendo una voz simbólica de la oposición.
Recientemente, López se pronunció sobre el despliegue militar de Estados Unidos en el Caribe, supuestamente para combatir el narcotráfico pero visto por muchos como una medida de presión para obligar a Maduro a dejar el poder. “Hay una necesidad de ejercer presión por la fuerza”, dijo López en entrevista con CNN.
Como ocurrió con Guaidó, desde el exilio no tuvo un rol en las elecciones presidenciales de 2024, en las que oposición representada por González y Machado pasó a primera plana, ni tampoco participó de las negociaciones con el Gobierno de Venezuela.
Julio Borges, político, abogado y fundador del partido Primero Justicia, fue presidente de la Asamblea Nacional (2017–2018) y embajador de Relaciones Exteriores del gobierno interino de Juan Guaidó.
Recibió asilo político en Colombia en 2018 y actualmente reside en España. La Fiscalía General de Venezuela ha emitido varias órdenes de captura en su contra, incluyendo una en 2023 por supuesta traición a la patria, conspiración y asociación por su presunta participación en un conato de levantamiento militar en abril de 2019, y en 2024 se solicitó su extradición junto a Leopoldo López por presuntos beneficios económicos.
Hoy su rol se centra en la defensa internacional de la causa democrática, con menor liderazgo directo dentro de Venezuela y menor visibilidad mediática en comparación con otros líderes históricos de la oposición.
Antonio Ledezma, exalcalde de Caracas y líder opositor histórico, se exilió en Madrid en noviembre de 2017 tras escapar de su arresto domiciliario en Venezuela. Había sido detenido en febrero de 2015 acusado de conspiración y asociación para delinquir, luego de su participación en las protestas opositoras de 2014 conocidas como “La Salida”, que dejaron decenas de muertos y centenares de heridos.
Desde España, Ledezma mantiene su activismo político. Tras su salida de Venezuela, el dirigente aseguró que continuaría la lucha por Venezuela desde el exterior y envió mensajes de resistencia al pueblo venezolano.
Les digo a los venezolanos que esta es una hora de templanza, no hay que doblegarse, no hay que perder el ánimo. Hay que mantener arriba las banderas que simbolizan la dignidad de un pueblo”, dijo durante una entrevista con Caracol Radio.
En 2023, la Fiscalía General de Venezuela solicitó una nueva orden de aprehensión y la extradición del dirigente opositor desde España.
Ledezma ha descrito su exilio como “forzoso”, pero ha reiterado la necesidad de mantener la dignidad y la esperanza de los venezolanos a pesar de la represión.
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