«Atacan a los suyos»: demócratas molestos por el auge de rivales de izquierda con la mayoría de la Cámara en juego

Cuando el representante Dan Goldman se postuló por primera vez al Congreso en 2022, fue aplaudido por la izquierda como el principal abogado del partido durante el primer juicio político al presidente Donald Trump.

Tres años después, el demócrata de Manhattan libra la batalla política más dura de su carrera frente al contralor de la ciudad de Nueva York, Brad Lander, un aspirante liberal respaldado por figuras prominentes de la izquierda como Zohran Mamdani y Bernie Sanders. En el lanzamiento de su campaña a principios de este mes, Lander declaró: “Necesitamos líderes que peleen, no que cedan”.

“Me postulo al Congreso porque enfrentamos un incendio de cinco alarmas para nuestra democracia”, afirmó Lander en su video de lanzamiento a mediados de diciembre.

Goldman es uno de más de dos decenas de demócratas en el Congreso que enfrentan primarias competitivas este año, un aumento que dirigentes del partido atribuyen a una ola de progresistas envalentonados en todo el país, inspirados por el ascenso improbable de Mamdani y frustrados por lo que consideran la incapacidad del partido para hacer frente a Trump.

En Washington, los demócratas dicen que las primarias son parte natural de un partido amplio. Pero en privado, muchos ven el auge de aspirantes de la izquierda dura como un dolor de cabeza costoso que distrae del objetivo de recuperar el control del Congreso en noviembre próximo. Y ha enfurecido a algunos demócratas —incluidos varios de los más vulnerables— que temen que el partido tenga que desviar recursos de la lucha principal contra el Partido Republicano para proteger a incumbentes en distritos seguros.

“Creo que hay personas que se están dejando llevar por el momento, por internet”, dijo el representante Greg Meeks, demócrata de Nueva York, que ha visto cómo aspirantes progresistas se alinean contra varios miembros de la delegación de su estado. “Para mí, están perdiendo el foco, porque de lo que están molestos y enojados es del presidente de Estados Unidos, y lo que deberíamos hacer es unirnos detrás de Grace [Meng], Adriano [Espaillat] y [Ritchie] Torres”.

El representante Juan Vargas, de California, fue aún más directo: “El problema es que se están atacando entre ellos. Es como: ataquen a los otros. (…) Vamos a haber gastado energía y dinero peleando entre nosotros. Y es realmente absurdo”.

Los principales líderes demócratas creen que la mayoría de sus miembros actuales terminarán imponiéndose. Pero reconocen que los numerosos choques entre incumbentes y aspirantes liberales en todo el país son otra prueba de cómo candidatos más jóvenes y progresistas buscan empujar al partido hacia la izquierda, en medio de una crisis más amplia de identidad sobre su rumbo.

El representante Jimmy Gomez, demócrata de California que también enfrenta una primaria competitiva, recordó haber enviado recientemente un memorando a sus colegas en el que anticipaba que la elección de 2026 girará en torno a una sola pregunta: “¿Peleaste o no peleaste?”.

“Si haces lo mismo una y otra vez, vas a perder. Se trata de plantarse frente a Trump, de dar resultados, de ofrecer una agenda positiva. Pero no se puede dar nada por sentado”, dijo Gomez a CNN.

En la disputada contienda por el escaño de Goldman en el bajo Manhattan, el líder de la minoría demócrata en la Cámara, Hakeem Jeffries, dijo a CNN que respalda plenamente a su colega y expresó su confianza en que cada uno de sus miembros logrará frenar a sus rivales este ciclo.

“Las primarias son parte de la vida en la Cámara de Representantes. (…) Nuestros miembros van a pelear, presentar su caso ante los votantes y regresar a sus cargos”, afirmó Jeffries, quien este año enfrentó un breve desafío de primaria por parte de un concejal socialista democrático de Nueva York. Su número dos en la Cámara, la representante Katherine Clark, también enfrenta una primaria, contra un exconcejal que ha criticado que los actuales líderes “no están frenando a Trump”.

Goldman, por su parte, dijo a CNN que espera “hacer campaña sobre mi historial progresista”.

“Creo que cuando la gente mire mi historial y conozca mejor el trabajo que he hecho estos últimos tres años (…) se dará cuenta de que tiene a alguien que representa sus intereses”, dijo.

Consultado sobre las críticas de otros demócratas del Capitolio, un portavoz de Lander dijo que él ha sido claro sobre por qué desafía a un demócrata en funciones en esta segunda era de Trump, y apuntó al argumento central de su video de lanzamiento, en el que pidió una lucha más urgente por la democracia.

El video incluyó imágenes de su arresto por ICE cuando intentaba escoltar a un migrante fuera de una corte de inmigración en junio. “Los problemas que enfrentamos no se pueden resolver con cartas de tono fuerte y recaudaciones millonarias”, afirma el video.

Otro demócrata que enfrenta una primaria disputada, el representante Ritchie Torres, de Nueva York, dijo a CNN que no cree que el respaldo a Mamdani se traduzca necesariamente en apoyo a otros candidatos en la boleta.

“Mamdani es excepcional. No todos los que dicen seguir su molde son auténticos”, dijo Torres, y añadió sobre sus propios rivales: “Tengo cinco. Mientras más, mejor”.

Las primarias demócratas no suelen absorber recursos oficiales del partido: los brazos de campaña demócratas de la Cámara y el Senado generalmente no gastan en contiendas internas. Pero los líderes del partido a menudo utilizan su tiempo personal para viajar y apoyar a los incumbentes.

El verdadero golpe, según los legisladores, es que quienes enfrentan primarias no pueden donar dinero a los grupos del partido ni usar su tiempo y recursos para ayudar en distritos vulnerables.

La representante Suzan DelBene, quien encabeza el brazo de campaña de los demócratas en la Cámara, reconoció que proteger a los incumbentes “consume algunos recursos”. Pero dejó claro que su prioridad son los distritos disputados necesarios para recuperar la mayoría.

“Lo más importante que podemos hacer para marcar la diferencia, para poner un freno a esta administración y tener un Congreso funcional, es recuperar la mayoría en la Cámara”, dijo.

Aun así, un demócrata de la Cámara que habló bajo condición de anonimato para referirse con franqueza a su primaria se quejó de que el dinero que ahora recauda podría ir directamente a esos distritos en disputa en lugar de a su propia carrera.

“¿Podría estar haciendo otras cosas para otros miembros? Absolutamente”, dijo este legislador.

El auge de aspirantes de la izquierda dura también ha exasperado a demócratas como el representante Vicente Gonzalez, quien ahora debe buscar la reelección en uno de los distritos más difíciles para el partido tras la redistribución del mapa electoral en Texas.

“Lo veo en Nueva York: creo que todos en Nueva York tienen un aspirante socialista”, dijo Gonzalez a CNN. “Es realmente malo para el Partido Demócrata tener que lidiar con esto y gastar recursos, en lugar de usar todos esos recursos para el desafío de noviembre”.

Gonzalez enfrenta a su propio rival, apodado “el Mamdani del sur de Texas”. Pero cuestionó si su oponente tiene la capacidad de recaudación necesaria para despegar: “Creo que los donantes son más inteligentes que eso. No lo veo recaudando mucho dinero. Pienso que eso es probablemente lo que ocurre en todo el país”.

No es así en todas partes.

El representante John Larson recaudó US$ 800.000 en un distrito profundamente demócrata de Connecticut para enfrentar a un rival que también fue alcalde de la capital estatal, Hartford. El representante Mike Thompson, de California, recaudó más de US$ 600.000 en el mismo trimestre. Un tercer demócrata, el representante Brad Sherman, también de California, recaudó US$ 322.000. En los tres casos, sin embargo, fueron superados en recaudación por sus rivales demócratas en el último trimestre.

En esas tres contiendas, el debate es menos ideológico y más sobre impulsar a una nueva generación en la política. Larson, Thompson y Sherman tienen más de 70 años. (En California, eso también podría ser un problema en noviembre, ya que las reglas de “primaria abierta” permiten que los dos más votados avancen a la elección general, sin importar el partido).

“Siempre hay vientos de cambio”, dijo Larson a CNN al explicar por qué cree que tantos colegas enfrentan desafíos internos este ciclo. Descartó que Mamdani o la izquierda insurgente tengan relación directa con el fenómeno.

Y dijo sentirse confiado sobre sus propias posibilidades: “Si has hecho un buen trabajo, la gente lo respeta”.

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