Javier Milei inició su último viaje a Estados Unidos con la valija liviana. En ella dejó espacio para lo que esperaba traerse de vuelta: el apoyo de Donald Trump y un desembolso en dólares que le permitiera frenar la ansiedad de los mercados de cara a las elecciones legislativas de octubre. Consiguió ambos, y en menos de 48 horas logró que cayera la cotización del dólar, que se había disparado, la baja del riesgo país y la recomposición de bonos y acciones argentinas que habían sufrido importantes caídas.
Pero Milei no fue el único que se llevó algo de ese encuentro. Estados Unidos alerta desde hace unos años sobre la creciente influencia económica y estratégica de China en la región y el gobierno de Javier Milei puede funcionar como uno de los principales aliados para frenar el avance del gigante asiático en Latinoamérica. Con el mensaje del Secretario del Tesoro, Scott Bessent, en el que -entre otras acciones- anuncia las negociaciones de un swap con el Banco Central local por US$ 20.000 millones, especialistas coinciden en que Trump busca darle a Argentina una herramienta para cancelar el swap con China y empezar a alejar esta alianza estratégica.
“Entre todo el menú de herramientas que Bessent dice que podrían utilizarse uno espera que en Estados Unidos traten de maximizar la posibilidad de alejar un poco a Argentina de China, y esto se ve reflejado en el swap. No es casualidad que el monto que se menciona coincida más o menos con el monto del swap que tiene actualmente Argentina con China”, explica el analista internacional Gabriel Puricelli en diálogo con CNN.
Por su parte, el economista y director de Latam Advisors, Sebastián Maril, agrega en diálogo con CNN: “Tener un swap chino y un swap norteamericano es una especie de competencia entre las principales economías que están enfrentadas. Si bien no estaría bien visto que Argentina cancele el swap chino con el estadounidense, si es cierto que, si Argentina encuentra otro respaldo económico como para cancelar el swap chino el año que viene y así quedarse con el swap norteamericano, no lo descarto”.
Las otras herramientas que mencionó Bessent incluyen la posibilidad de otorgar un crédito de tipo stand-by y la opción de comprar deuda estatal y bonos en dólares de Argentina. Todas posibilidades que, según se desprende de su posteo en X, se terminarán de definir después de los comicios.
El mensaje de Trump fue claro: “Javier Milei es un muy buen amigo, luchador y ganador, y tiene mi completo y total respaldo para la reelección como presidente”. Es decir, no dejará caer a su principal aliado en la región.
“Trump está viendo que los pocos focos de centro derecha aliados a Estados Unidos son Paraguay, Argentina y El Salvador principalmente, y donde solamente Argentina es un país G20, motivo por el cual con más razones está ayudando a que no vuelva la ideología centro centroizquierda que Argentina”, agrega Maril.
Además de la búsqueda de correr a China del mapa regional, esta estrategia le ofrece a Trump una segunda ventaja, dar un mensaje claro al resto de los presidentes de Latinoamérica: si estás conmigo tenés un aliado asegurado. Algo que otros líderes mundiales podrían poner en duda por el accionar errante de Trump. Sin embargo, con el presidente de Argentina ha demostrado ser un socio leal y lo anunciado estos días lo demuestra. Según los especialistas, el salvataje no responde a un apoyo entre Estados, sino de presidente a presidente.
Si bien todavía faltan precisiones sobre qué tipo de acuerdo se llevará adelante y cuáles serán los puntos que pida Estados Unidos para concretar el salvataje, el mensaje de Bessent dio algunas primeras pistas. “Estamos trabajando con el gobierno argentino para poner fin a las exenciones fiscales para los productores de materias primas que conviertan divisas”, dijo el Secretario del Tesoro.
Esta semana, el gobierno de Javier Milei anunció una suspensión temporal de retenciones al campo que, en menos de cinco días, permitió que el agro liquide el cupo de siete mil millones de dólares. Dato positivo para las cuentas de Milei, pero que los especialistas aseguran que levantó las alertas de Estados Unidos.
“Da la impresión de que el mensaje de Bessent lo que dice es: ahora bajaste las retenciones a cero, pero después de la elección las subís. Eso tiene que ver con la lógica de pensar de que hay un acuerdo con Estados Unidos para defender a los farmers, no al agro argentino”, explica el economista Hernán Letcher, director de CEPA en diálogo con CNN.
Puricelli también menciona intereses más concretos en el país que podría poner sobre la mesa Estados Unidos de concretarse los puntos anunciados tras el encuentro de Milei con Donald Trump. Algunos ejemplos son la Estación del Espacio Lejano en Argentina que administra la Agencia Nacional China de Lanzamiento, Seguimiento y Control General de Satélites; el interés del país asiático en la Hidrovía y las centrales nucleares.
“Nada es gratis políticamente, nada gratis económicamente, nada es gratis. Eventualmente, obviamente, tendremos que de alguna manera apoyar a Estados Unidos en cualquier cosa que Estados Unidos necesite de nosotros”, agrega Maril.
El apoyo público se tradujo en una calma para los mercados y en una ayuda para que el Gobierno argentino llegue mejor parado al 26 de octubre. Un dólar contenido de cara a los comicios, es un dato relevante, no solo para el mercado, sino también para los argentinos que históricamente siguen esta cotización.
Este miedo no es exclusivo de la gestión de Donald Trump, ya se venía advirtiendo en períodos anteriores. Por ejemplo, la generala Laura Richardson, anterior titular del Comando Sur estadounidense, ya en 2022 decía que los proyectos de Latinoamérica con China son “una trampa de deuda espiralada -y que- los préstamos se pagan. O bien con dinero o bien cediendo soberanía”.
Durante esta gestión, precauciones ante el avance chino fue expresado con claridad por el ahora embajador de Estados Unidos en Argentina Peter Lamelas cuando en su audiencia de confirmación aseguró que se mantendría “firme contra la influencia maligna” de potencias como China en la región.
La influencia china empieza a hacerse realidad de a poco en el mapa latinoamericano. Si bien en la foto más amplia Estados Unidos sigue liderando el intercambio comercial en la región, hay datos que preocupan a este país.
Según datos de la CEPAL, en 2024, el volumen comercial entre China y América Latina superó por primera vez los US$ 500.000 millones. Esto coloca al gigante asiático como el segundo socio comercial de la región, detrás de Estados Unidos, pero el principal de países como Argentina, Brasil y Perú, en ambos lados del mostrador.
Al mismo tiempo, el recorte en programas como USAID que brindaba principalmente asistencia en alimentación, derechos de los migrantes, proyectos de ayuda a jóvenes y el orden público, entre otros, dejó el camino libre para el gigante asiático y su política de acercamiento cultural con los países de la región preocupa al gobierno de Trump.
Habrá que ver si el gesto del gobierno de Estados Unidos con el de Argentina ayuda a alejar el fantasma de la influencia China de la región.
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