El Premio Nobel de Química 2025 ha sido otorgado a un trío de investigadores —un japonés, un británico y un jordano— por el desarrollo de “estructuras metalorgánicas”, una forma de arquitectura molecular que concentra grandes cantidades de espacio en estructuras diminutas, que el Comité Nobel comparó con el bolso de Hermione Granger, uno de los personajes de las novelas de Harry Potter.
Susumu Kitagawa, Richard Robson y Omar Yaghi compartirán el premio por sus descubrimientos revolucionarios que podrían ayudar a abordar algunos de los problemas más apremiantes del planeta, como el cambio climático, según anunció este miércoles el Comité Nobel en una ceremonia celebrada en Estocolmo, Suecia.
Al anunciar el premio, Heiner Linke, presidente del Comité Nobel de Química, dijo que los galardonados habían encontrado formas de fabricar materiales completamente nuevos “con grandes cavidades” en su interior que funcionan “como habitaciones de un hotel, de modo que las moléculas huéspedes pueden entrar y salir nuevamente del mismo material”.
Dijo que la química funciona como el bolso de Hermione Granger en los libros de Harry Potter, que parece pequeño por fuera, pero es grande por dentro.
“Puede almacenar enormes cantidades de gas en un volumen diminuto”, explicó Linke. “Las estructuras metalorgánicas tienen un potencial enorme y brindan oportunidades nunca antes previstas para materiales hechos a medida con nuevas funciones”.
El comité elogió a los galardonados por crear construcciones moleculares con grandes espacios a través de los cuales pueden fluir gases y otros productos químicos.
“Estas construcciones, estructuras metalorgánicas, pueden utilizarse para captar agua del aire del desierto, capturar dióxido de carbono, almacenar gases tóxicos o catalizar reacciones químicas”, indicó.
El origen de estos nuevos materiales surgió cuando Robson, profesor de la Universidad de Melbourne (Australia), enseñaba a los estudiantes en 1974 sobre estructuras moleculares convirtiendo bolas de madera en modelos de átomos.
Al decidir dónde perforar las bolas de madera, Robson se dio cuenta de que una gran cantidad de información química dependía de la posición de los agujeros. Se preguntó qué sucedería si uniera diferentes tipos de moléculas en lugar de átomos individuales, y si esto podría crear nuevos tipos de materiales.
Aunque Robson tardó más de una década en comprobar su teoría, sus experimentos de la década de 1980 confirmaron su intuición. Utilizando cobre, demostró que las moléculas se organizaban en una estructura regular, como los átomos de carbono se unen para formar un diamante.
Pero a diferencia de los diamantes, cuya estructura molecular es extremadamente compacta, el material de Robson contenía una enorme cantidad de cavidades grandes, lo que sugiere que esto podría conducir a la creación de nuevos materiales.
Kitagawa, profesor de la Universidad de Kioto en Japón, se basó en los hallazgos de Robson.
Inicialmente, Kitagawa no estaba convencido de los usos prácticos de estos materiales, pero el comité afirmó que la carrera del químico se ha visto impulsada por el descubrimiento de “la utilidad de lo inútil”.
Kitagawa comenzó a investigar el potencial de crear estructuras moleculares porosas, con una primera presentación en 1992. Incluso entonces, los financiadores de la investigación no quedaron muy impresionados.
No fue hasta 1997 que Kitagawa logró su primer gran avance al desarrollar una nueva molécula que podía absorber y liberar metano, nitrógeno y oxígeno.
Mientras tanto, en la Universidad Estatal de Arizona, Yaghi —quien se mudó a Estados Unidos desde Jordania a los 15 años— utilizó la investigación de Kitagawa y Robson para desarrollar una estructura metalorgánica completamente nueva, MOF-5, que, según el comité, se convirtió en un clásico en el campo de la química.
Incluso vacía, esta estructura puede calentarse a 300 grados Celsius (570 grados Fahrenheit) sin colapsar.
“Un par de gramos de MOF-5 cubren un área tan grande como un campo de fútbol”, apuntó el comité.
Estas propiedades permitieron al grupo de investigación de Yaghi extraer agua del aire del desierto de Arizona.
Durante la noche, su material MOF capturó vapor de agua del aire. Al amanecer y al calentarse al sol, pudieron recolectar el agua, declaró el comité.
La investigación de los galardonados tiene una amplia gama de aplicaciones en el mundo real y podría proporcionar una forma de combatir el cambio climático mediante la captura de dióxido de carbono de la atmósfera.
Otros usos incluyen la eliminación de sustancias químicas permanentes del agua y la descomposición de trazas de productos farmacéuticos en el medio ambiente.
El año pasado, el premio se otorgó a tres científicos que utilizaron inteligencia artificial para descifrar el código de casi todas las proteínas conocidas, las “herramientas químicas de la vida”.
Entre ellos se encontraba Demis Hassabis, director ejecutivo de Google DeepMind en Londres, cuyo trabajo contribuyó al desarrollo de un modelo de IA para predecir las complejas estructuras de las proteínas, un problema que llevaba 50 años sin resolverse.
En 2023, el premio fue compartido por tres investigadores que trabajaron para descubrir y desarrollar puntos cuánticos, utilizados en luces LED y pantallas de televisión, así como por cirujanos al extirpar tejido canceroso.
El premio consiste en una dotación en efectivo de 11 millones de coronas suecas (US$ 1 millón).
Esta es una historia en desarrollo y se actualizará.
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