Se suponía que el acuerdo iba a remodelar Medio Oriente.
Israel normalizaría relaciones con Arabia Saudita, allanando el camino para extender lazos con el mundo musulmán en general. A cambio, los saudíes recibirían un paquete de seguridad estadounidense que incluye aviones de combate furtivos F-35, aeronaves de quinta generación que consolidarían la relación de Riad con Washington al iniciar un nuevo capítulo con Israel.
Pero, al menos según los comentarios públicos que ha hecho Trump hasta ahora, solo la mitad de ese paquete probablemente se hará realidad. El lunes, el presidente Donald Trump anunció en la Oficina Oval que Arabia Saudita recibiría los aviones de combate que tanto ha codiciado.
“Lo haremos. Venderemos los F-35”, dijo Trump, calificando a Arabia Saudita de “gran aliado”. Completamente ausente de la declaración estuvo cualquier mención a Israel.
Es probable que el acuerdo cambie el equilibrio de poder en la región, fortaleciendo a Arabia Saudita como una potencia de Medio Oriente, ya convertida en la primera nación árabe en recibir los aviones de combate estadounidenses más avanzados. La venta aún requiere la revisión del Gobierno estadounidense y la supervisión del Congreso, pero el Gobierno de Trump puede intentar acelerar esos procesos durante los próximos tres años, alterando potencialmente el equilibrio militar a favor de Riad, sobre todo ante cualquier objeción que Israel pueda tener.
Varias fuentes saudíes dijeron a CNN que Riad pudo separar los dos temas: la venta de los F-35 no requería la normalización con Israel, a pesar de que la administración de Trump ha dicho que ese sigue siendo un objetivo clave de política exterior. Aunque Trump ha anunciado la venta de los aviones, no ha ofrecido detalles, incluyendo qué garantías, si es que hay alguna, le dio a Israel.
Antes de la guerra de Israel en Gaza, el Gobierno de Joe Biden creía que estaba cerca de finalizar un acuerdo de normalización entre Israel y Arabia Saudita. Pero la guerra, junto con el rechazo repetido del primer ministro de Israel Benjamin Netanyahu a un Estado palestino, descarrilaron el acuerdo. Sus socios de la coalición de extrema derecha le impidieron reconocer la posibilidad de cualquier forma de soberanía palestina, incluso en un futuro lejano y bajo restricciones de seguridad israelíes.
En lugar de intentar forzar un tema que estaba estancado, Trump avanzó hasta donde pudo. Arabia Saudita estaba dispuesta a comprar armas estadounidenses, y Trump estaba listo para vender, incluso sin normalización.
“Trump dejó claro que estaba desvinculando los dos temas”, dijo Nawaf Obaid, investigador principal en el Departamento de Estudios de Guerra del King’s College. “No iba a perder el tiempo deteniendo todas estas ventas de armas y artículos solo por Netanyahu”.
Según el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo, Riad ha sido el mayor comprador de armas estadounidenses durante años. Obaid dice que la venta de F-35 era, en última instancia, inevitable, un paso natural en la relación de defensa. Trump simplemente aceleró el proceso.
Los saudíes no descartan la normalización en el futuro, pero no estará vinculada a la venta de los F-35. Y ciertamente no sucederá ahora.
“Se necesita un nuevo Gobierno (en Israel) y un camino irreversible hacia un Estado palestino”, dijo Obaid a CNN.
Una fuente de seguridad israelí dijo que era “muy preocupante” para las fuerzas armadas que Riad adquiriera aviones de combate de quinta generación. “Durante muchos años, fue una regla no escrita que nos aseguramos cuidadosamente de que nadie en el escenario de Medio Oriente tuviera los mismos aviones y las mismas capacidades (que Israel)”, dijo la fuente a CNN, refiriéndose a los F-35. “La gravedad no está exagerada. No es bueno (para Israel)”.
En los últimos meses del primer mandato de Trump, Estados Unidos acordó vender aviones F-35 a los Emiratos Árabes Unidos, un acuerdo que habría convertido al pequeño vecino de Arabia Saudita en el primer Estado árabe en poseer los cazas de quinta generación. A cambio, los EAU se convirtieron en el primer Estado árabe en 26 años en normalizar relaciones con Israel –que había aprobado la venta–, otorgándole a Trump una importante victoria en política exterior.
Pero el acuerdo finalmente se vino abajo durante el Gobierno de Joe Biden debido a preocupaciones sobre la creciente cooperación militar entre los EAU y China. Estados Unidos no iba a arriesgarse a permitir que la tecnología detrás de su avión de combate más avanzado cayera en manos de Beijing, y los EAU no estaban dispuestos a aceptar lo que un funcionario emiratí calificó como “restricciones operativas soberanas” estadounidenses sobre su uso.
Daniel Shapiro, el exembajador estadounidense en Israel que participó en las negociaciones con los EAU, dijo que las mismas inquietudes se aplican también a Riad.
“Se desconoce si Arabia Saudita asumirá esos mismos compromisos sobre limitar su cooperación militar con China. En mi opinión, necesita hacerlo para que un programa de F-35 sea totalmente consistente con los intereses de seguridad de Estados Unidos”, dijo Shapiro a CNN.
Cinzia Bianco, investigadora sobre el Golfo en el Consejo Europeo de Relaciones Exteriores, dijo que los EAU estarían “bastante decepcionados” por el acuerdo saudí de los F-35, pero podrían intentar “aprovechar el impulso” para pedirle a Trump que reconsidere las condiciones establecidas por la administración de Biden para su propio acuerdo.
Estados Unidos también está obligado por ley a mantener la superioridad militar cualitativa (QME, por sus siglas en inglés) de Israel sobre otros países de la región y a determinar si la venta de equipos militares avanzados erosionaría esa ventaja. Shapiro advierte que Trump, en su prisa por cerrar una importante venta de armas a un socio extranjero que ofrece miles de millones de dólares, podría saltarse el proceso de revisión, especialmente para el príncipe heredero saudí Mohammed bin Salman.
“Tiene una afinidad más cercana con los países del Golfo que cualquier presidente anterior y, posiblemente, más que su afinidad por Israel”, dijo Shapiro.
El exjefe militar israelí Gadi Eisenkot criticó duramente el acuerdo y la incapacidad de Netanyahu, quien presume repetidamente de su relación con Trump, para evitar que suceda.
“Netanyahu ha perdido la capacidad de defender los intereses nacionales de Israel”, dijo Eisenkot, quien era legislador en la oposición antes de renunciar a principios de este año.
Pero Trump no ve la venta como el gran movimiento de política exterior que representa, dijo Mark Cancian, experto en seguridad y defensa del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales.
“Trump siempre ha visto las ventas de armas principalmente como un tema de empleo y manufactura, no como un tema de relaciones exteriores”, dijo Cancian a CNN. Eso lo hace más abierto a las ventas de armas que sus predecesores. Aun así, Cancian considera “sorprendente” que Trump avance con la venta sin contar con el apoyo de Israel, “dado que reduciría la superioridad cualitativa de Israel sobre sus vecinos”.
Estados Unidos aún tendrá influencia sobre las armas saudíes debido al importante apoyo de contratistas estadounidenses necesario para operar los sistemas. Eso puede calmar la mayoría de las inquietudes estadounidenses sobre el uso de sistemas avanzados, incluido el F-35, según Cancian, pero probablemente no será suficiente para Israel, el país que durante mucho tiempo ha sido el aliado más cercano de Estados Unidos en Medio Oriente.
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