Trump bloqueó los buques petroleros sancionados de Venezuela. ¿Qué sucederá con la economía del país?

La decisión de Estados Unidos de realizar un “bloqueo total y completo” a los buques petroleros sancionados que lleguen o salgan de Venezuela representa el más reciente paso del presidente Donald Trump para aumentar la presión sobre el Gobierno de Nicolás Maduro. Más aún, de acuerdo con algunos analistas, es una medida que podría tener importantes impactos en la economía del país sudamericano, que principalmente depende del petróleo.

El anuncio de este bloqueo se produjo este martes, menos de una semana después de que EE.UU. incautó un buque petrolero frente a las costas de Venezuela. EE.UU. dijo que el barco supuestamente participaba en una red ilícita de transporte de petróleo que apoya a organizaciones terroristas. Venezuela rechazó entonces la medida y la tachó de “despojo”.

Venezuela también se pronunció en contra del nuevo bloqueo, al que la misma noche del martes se refirió como “una amenaza temeraria y grave” que, según dijo, denunciará ante la ONU.

EE.UU. hasta ahora no ha explicado cómo se llevará a cabo el bloqueo, pero analistas consultados por CNN estiman que, independientemente de sus puntos finos, podría tener consecuencias relevantes en las operaciones petroleras de Venezuela y, por lo tanto, en la economía del país.

Francisco Monaldi, director del Programa Latinoamericano de Energía del Instituto Baker de la Universidad de Rice, dijo que la incautación del jueves pasado ya ha tenido efectos, como hacer que algunos buques petroleros que se dirigían a Venezuela suspendieran sus trayectos. Esta situación se podría agravar con la nueva medida anunciada por EE.UU., agregó.

“El bloqueo puede significar dos cosas: que básicamente obstaculicen el paso de estos barcos o que los incauten como hicieron con el de la semana pasada”, expuso Monaldi.

“En general, no es necesario que lleguen a incautar. En muchos casos, solo con advertirle a los barcos que serán incautados si siguen su curso los pueden hacer no llegar a Venezuela o no salir de Venezuela, así que debería tener unos impactos importantes en los ingresos de Venezuela y producir posiblemente devaluación, mayor inflación y posiblemente, si sigue por mucho tiempo, una contracción económica importante”, detalló.

Imdat Oner, analista de políticas del Instituto Jack D. Gordon y exdiplomático turco basado en Venezuela, coincidió en que el nuevo bloqueo podría significar un duro golpe para la economía venezolana.

“Bloquear los petroleros claramente atacará el corazón del régimen. Gran parte del petróleo de Venezuela quedaría atrapado dentro del país y probablemente se vendería con fuertes descuentos a los comerciantes dispuestos a asumir el riesgo. Esto tiene dos efectos claros: primero, profundizará la crisis económica para los venezolanos comunes; segundo, reducirá el flujo de efectivo que sostiene al círculo cercano de Maduro”, dijo.

El petróleo representa el 87 % de las exportaciones totales de Venezuela, de acuerdo con la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP). Tan solo en 2024, esto significó para Venezuela ingresos por US$ 18.372 millones.

De ese petróleo exportado, según Monaldi, el 80 % se dirige a China —a refinerías privadas, no a instalaciones estatales—, mientras que entre el 15 % y el 16% va hacia EE.UU. —a través de la licencia de la empresa Chevron— y el resto va para Cuba.

La actual producción petrolera de Venezuela, sin embargo, es mucho menor a la que el país tenía en 2013, según los datos de la OPEP.

Ese año —el mismo en el que Maduro llegó a la presidencia tras la muerte del entonces mandatario Hugo Chávez—, Venezuela produjo 2,7 millones de barriles diarios. En 2014 y 2015, fueron 2,6 millones. Para 2016, la cifra bajó a 2,3 millones y a poco más de 2 millones en 2017. El descenso fue mayor en 2018, cuando llegó a 1,5 millones, y tendencia decreciente siguió en 2019 cuando fueron poco más de 1 millón.

Durante los últimos cinco años, la producción se ha ido recuperando después de tocar un mínimo de 569.000 barriles diarios en 2020. El indicador llegó en 2021 a 636.000, en 2022 subió a 716.000, en 2023 alcanzó 783.000 y cerró 2024 en 921.000.

Ramsés Pech, asesor de energía y economía, atribuyó este descenso a una caída de las inversiones en el sector petrolero del país sudamericano derivada de las sanciones impuestas por EE.UU. desde 2019, durante el primer mandato de Trump (2017-2021).

Y estos altibajos en el número de barriles producidos, junto con descensos en el precio del petróleo, no solo han afectado el PIB de Venezuela sino la economía diaria de sus ciudadanos.

Las acciones de EE.UU. contra el sector petrolero de Venezuela son la más reciente maniobra del Gobierno de Trump para presionar a Maduro, un gobernante al que Washington considera ilegítimo e incluso acusa de ser cabeza de una supuesta red criminal dedicada al narcotráfico y el lavado de dinero. De su lado, Caracas defiende la legitimidad de Maduro y tajantemente rechaza todos los señalamientos en su contra.

Antes, la ofensiva de EE.UU. había incluido aumentar a US$ 50 millones la recompensa por información para detener a Maduro, desplegar buques, aviones de guerra y efectivos en el Caribe y, desde principios de septiembre, realizar ataques militares contra embarcaciones que supuestamente llevaban drogas a territorio estadounidense. Hasta la fecha, 95 personas han muerto en esas incursiones contra botes, cuya legalidad ha sido cuestionada por algunos especialistas e instancias de la ONU.

EE.UU. dice que con estas acciones busca combatir a grupos delictivos y evitar la llegada de narcóticos al país. Por su parte, Venezuela señala que en realidad quieren desestabilizar al Gobierno de Maduro y apoderarse del petróleo venezolano.

Diversos analistas dicen que Trump quiere incrementar la presión sobre Maduro para orillarlo, pero se preguntan si esto ocurrirá o cuánto tiempo podría tomar.

Para Oner, la incautación y el bloqueo de buques petroleros son la “presión 2.0” de EE.UU. contra Venezuela, aunque es incierto si podrán darle los resultados que espera.

“Estas medidas tardan en traducirse en un cambio político real, y no está claro que Trump tenga la paciencia para esperar tanto tiempo”, dijo el analista, y estimó que el siguiente paso de EE.UU. podría ser buscar un acuerdo con China para que reduzca o detenga su comercio con Venezuela, una maniobra que presionaría más a Maduro.

“Al mismo tiempo, es probable que Trump mantenga la opción militar en juego de manera retórica —hablando de ataques terrestres o de una intervención inminente— mientras presiona discretamente al Congreso tras bastidores para obtener autorización. Y si nada de esto funciona, un ataque aéreo selectivo sigue siendo una opción para que Trump salve las apariencias”, expuso Oner.

El petróleo es el más reciente eslabón en la cadena de tensiones entre EE.UU. y Venezuela, pero todo apunta a que está lejos de ser el último.

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