La Copa Confederaciones fue un éxito de organización y deportivo que augura un gran Mundial dentro de un año
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Moscú, Rusia. (ICITUS). ¡Adiós Rusia! La Copa Confederaciones fue un éxito de organización y deportivo. El país que será la sede del próximo Mundial mostró al mundo un a cara muy alejada del estereotipo al que nos han acostumbrado las películas de Hollywood. Los rusos son amables y divertidos, y con unas ganas enormes de ayudar al visitante.
Queda también claro que este país tiene aún pendientes algunos puntos importantes para conseguir dar movilidad a los cientos de miles de aficionados que los visitarán dentro de un año. Los trayectos son muy largo y su red ferroviaria, aunque muy eficiente, es lenta según los estándares occidentales.
Por ejemplo, el trayecto de un tren de Kazan a Sochi o de esta última a Moscú, dura ¡Tres días! Y muchos carros no tienen vagón restaurante. Los rusos están acostumbrados a ese tipo de viajes, pero no los visitantes que tendrán.
Pero los pocos inconvenientes se compensan con creces por la amabilidad de las personas que nunca escatimaron sonrisas y ayuda. Eso sí, no hablan muchos idiomas. Pero la mayoría de los visitantes han resuelto el problema con la tecnología. El traductor de los teléfonos celulares ha sido el gran aliado.
Dentro de un año, las sedes se van a multiplicar. Se agregarán sedes tan distantes como Kaliningrado y Ekaterinburgo, mientras que Moscú estrenará un nuevo y gran estadio para albergar la Final.
Sin embargo, esta Copa Confederaciones ha sido un éxito y un gran aperitivo para lo que viviremos dentro de un año, cuando los rusos celebren su Copa del Mundo.
José Antonio García