Colabora con apoyo económico a proyectos sociales en Nicaragua, El Salvador y Guatemala.
(NOTICIAS YA).- A nivel nacional más de 34% de las mujeres hispanas son víctimas de violencia doméstica.Pero esta mujer hispana, decidió no convertirse en una cifra más y cambiar su futuro y el destino de las personas que ayuda. Una sobreviviente de violencia doméstica no deja que las ataduras de una relación abusiva le impidiera salir adelante.Después de haber alcanzado el triunfo. Evelyn Wettsen nunca olvidará que no pudo seguir aguantando más años de abuso de su pareja.
“ El día que él tuvo puertas me tumbó delante de mis hijos y, habló de mí en la escuela de ellos", recordó.
Explica que a veces cuando las mujeres viven violencia doméstica el miedo a estar solas o quedar desempleadas les impide romper el ciclo de maltrato. Al igual que ella una de cada cuatro mujeres ha sufrido violencia física de una pareja íntima.
La difícil situación doméstica empezó a desgastar todos los aspectos de su vida. Confesó que desde pequeña le gustaba ser negociante y tener una actitud alegre. Habilidades que heredó de su mamá, quien siempre se dedicó a esta profesión. Sin embargo, su pareja no estaba de acuerdo. Ejercía un control sobre sus actividades que ocasionó severas secuelas sobre su salud.
“ Entré en una depresión, y vamos a las citas, el habla inglés, él hablaba por mí y le decía a la doctora que me diera pastillas para la depresión, entonces yo siempre andaba como muy ida no era yo realmente”, comentó Evelyn. Sus hijos la ayudaron a salir de la angustiante situación, ya que no podían presenciar más como su madre sufría, al presenciar los golpes que su pareja le daba llamaron a la escuela.
Cuando los trabajadores sociales llegaron a la casa, me dieron dos opciones: Se quedaba en esta relación y vivienda, pero los niños serían llevados a un albergue, o se iba con ellos. La elección era entre mi esposo o mis hijos.
" Ahí fue cuando dije no, yo no voy a perder a mis hijos”, citó orgullosamente.
Inmediatamente tomó cartas en el asunto, vendió varias posesiones para su primer hogar como madre soltera y puso en práctica sus habilidades en los negocios.
“Atrás de la casa que alquilaba, tenía un cuarto muy viejito y yo lo pinté y lo decoré. Ahí también la gente me siguió por los pantalones colombianos", afirmó. Conforme su sueño de emprendimiento creció, tuvo la necesidad de un espacio más grande, sus amistades le inculcan miedo para que no diera el gran paso. Sin embargo, decidió entregarle las dudas a Dios. Las oportunidades se concretaron, logró cambiar de vivienda y ampliar el espacio para su negocio. Esto le permitió mejorar la calidad de vida de su familia.
“ Yo vengo de no tener nada, entonces en mi mente y mi corazón siempre está poder ayudar a las personas", contó. Actualmente, Evelyn ayuda solidariamente a organizaciones en 3 países de Centroamérica. En El Salvador apoya la misión de 2 congregaciones, visión profética y visión del reino, para brindar recursos a las personas en la calle.
En Nicaragua colabora con un albergue de más de 200 niños, ahí se alimentan y reciben clases. En las aldeas de Guatemala contribuye con el Ministerio Maná del Cielo, donde se dedican a ayudar a niños, ancianos, y viudas con canastas de víveres. El pastor en la zona se da a la tarea de adquirir lo que necesita y llevarlo a las comunidades remotas. Evelyn, quiere que su triunfo de abrir su tercer local este 30 de julio, sirva de ejemplo de inspiración para las personas que dudan si pueden dar el primer paso a una vida de cero abusos, “que nosotros activemos y no nos dejemos pisotear por nada ni por nadie”, indica la empresaria.