Conclusiones de los correos electrónicos de Epstein recién difundidos que mencionan a Trump

El cierre del Gobierno federal le dio al presidente Donald Trump un respiro de varias semanas ante revelaciones importantes sobre su relación con Jeffrey Epstein.

Pero a medida que el Congreso busca reabrir el Gobierno esta semana, está claro que el problema de Trump con Epstein no ha desaparecido.

La gran noticia del miércoles por la mañana fue que los demócratas de la Comisión de Supervisión de la Cámara publicaron tres correos electrónicos obtenidos de la herencia de Epstein que mencionan a Trump. Esos correos electrónicos llegaron en medio de otra gran publicación de documentos de Epstein por parte de la comisión liderada por los republicanos, que CNN aún está revisando.

En un correo electrónico de 2011, Epstein describe a Trump como “el perro que no ha ladrado”. Escribe que alguien a quien los demócratas identifican como una víctima de Epstein (pero cuyo nombre está editado por protección en el correo publicado) “pasó horas en mi casa con él”, aparentemente refiriéndose a Trump.

Los republicanos de la comisión han dicho desde entonces que la víctima cuyo nombre fue editado por protección, que supuestamente pasó tiempo con Trump, es Virginia Giuffre, una de las sobrevivientes más prominentes de Epstein, quien murió por suicidio en abril. (Giuffre nunca implicó a Trump en ningún delito).

Y en un correo electrónico de 2019, Epstein parece reflexionar sobre Trump pidiéndole a la cómplice de Epstein, Ghislaine Maxwell, que dejara de reclutar empleadas de Mar-a-Lago. En el correo, Epstein dice sobre Trump: “por supuesto que él sabía sobre las chicas ya que le pidió a Ghislaine que parara”.

Y en un correo electrónico de 2015, Epstein le escribe al autor Michael Wolff sobre cómo Trump podría manejar preguntas sobre su relación pasada con Epstein.

(Puede ver los correos electrónicos aquí).

Trump nunca ha sido acusado de ningún delito en el caso Epstein y ha negado cualquier participación en los crímenes de Epstein. La Casa Blanca dijo el miércoles que los correos electrónicos “no prueban absolutamente nada, aparte del hecho de que el presidente Trump no hizo nada malo”.

Pero ¿qué aportan estos correos electrónicos a nuestra comprensión de su relación pasada? Analicémoslo.

Han quedado enormes preguntas sin respuesta sobre qué sabía Trump y cuándo se enteró de las las inclinaciones de Epstein. Eso es especialmente relevante dado que las explicaciones de Trump a menudo han resultado evasivas o falsas.

La Casa Blanca respondió a los tres primeros correos que mencionan a Trump argumentando que los demócratas habían “filtrado selectivamente” los correos para “crear una narrativa falsa para difamar al presidente Trump”.

Pero estos correos ciertamente profundizan la intriga sobre lo que Trump sabía.

Para recapitular lo que ya sabíamos: Trump en 2002 se refirió a cómo a Epstein le gustaban las mujeres “más jóvenes”. Un empresario de Florida dijo en una entrevista de 2019 que le expresó a Trump su preocupación por que Epstein “anduviera tras chicas jóvenes” en un evento de “chicas de calendario” en 1992. El asesor de Trump Roger Stone, en un libro de 2016, citó a Trump hablando sobre cómo la “piscina de Epstein estaba llena de chicas jóvenes hermosas” y bromeando que era amable de parte de Epstein “dejar que las niñas del vecindario usaran su piscina”.

El presidente y sus asesores también han dicho repetidamente que Trump se distanció de Epstein porque Epstein era un “asqueroso”, pero sin detallar por qué, precisamente, Trump lo veía así.

Más allá de eso, este verano Trump reconoció estar al tanto de que Maxwell reclutaba empleadas, incluida Giuffre, en Mar-a-Lago, pero pareció mostrarse bastante reacio a entrar en detalles.

La pregunta a partir de ahí era si Trump tenía una sospecha sobre para qué estaba siendo reclutada Giuffre.

Trump dijo que realmente no “sabía por qué” Maxwell estaba reclutando personas. (Maxwell ha negado haber reclutado personas). Pero Giuffre era menor de edad. En la medida en que Trump estuviera al tanto de los detalles de la situación —y estuviera al tanto del gusto de Epstein por las mujeres jóvenes— eso parecería ser motivo de alarma.

“Nos hace preguntarnos si él era consciente de las acciones criminales de Jeffrey Epstein y Ghislaine Maxwell”, dijeron los dos hermanos y las cuñadas de Giuffre en un comunicado este verano.

El correo electrónico de Epstein de 2019 publicado por la comisión dice sobre Trump: “por supuesto que él sabía sobre las chicas ya que le pidió a Ghislaine que parara”.

Eso no prueba que Trump supiera para qué Maxwell y Epstein estaban reclutando a las chicas. Pero sugiere que Trump estuvo involucrado en decirle a Maxwell que dejara de hacerlo y aparentemente estaba familiarizado con los detalles de la situación.

El correo electrónico de Epstein de 2011 que sugiere que Giuffre “pasó horas” en su casa con Trump también añade hechos relevantes aquí.

Cuando Trump reconoció que tenía conocimiento del reclutamiento de Maxwell en Mar-a-Lago, inicialmente dijo que no sabía si era Giuffre quien había sido reclutada. Pero luego rápidamente dijo que sí era ella.

Si Trump realmente pasó tiempo con Giuffre, como parece indicar el correo de Epstein, no solo plantearía preguntas sobre por qué. También haría que la manera en que Trump manejó la situación pareciera aún más extraña.

Y está claro por las propias memorias de Giuffre que se conocían y habían tenido conversaciones sobre que ella trabajara para sus amigos. “Trump no pudo ser más amable, diciéndome que era fantástico que estuviera allí”, escribe Giuffre sobre la vez que su padre la llevó a conocer a Trump en su oficina. Ella continúa relatando que Trump le preguntó si le gustaban los niños y le explicó que tenía amigos en casas “al lado del resort” que necesitaban niñeras para sus hijos.

El Departamento de Justicia de Trump decidió entrevistar a Maxwell, una delincuente sexual condenada, este verano mientras sus apelaciones estaban en curso. Lo hizo a pesar de sus problemas de credibilidad ya conocidos y de sus motivaciones para decir lo que el Gobierno quería.

(En ese momento, Trump no había descartado la posibilidad de indultar a Maxwell. Y por esa época, también supimos que Maxwell había sido trasladada a un campo de prisión de menor seguridad para el que no parecía ser elegible como delincuente sexual. El Gobierno aún no ha explicado cómo sucedió esto, meses después).

Y, efectivamente, Maxwell dijo cosas que eran útiles para el presidente. Básicamente dijo que no tenía conocimiento de ninguna mala conducta de Trump y minimizó su relación con Epstein.

Pero los nuevos correos electrónicos ponen en duda sus afirmaciones.

Hablando de la relación entre Trump y Epstein, Maxwell dijo en su testimonio, cuya transcripción se publicó en agosto: “No creo que fueran amigos cercanos, o ciertamente nunca presencié al presidente en ninguna de… no recuerdo haberlo visto nunca en su casa, por ejemplo”.

Pero los correos electrónicos recién publicados sugieren que Maxwell sabía que Trump estaba en la casa de Epstein, al menos en 2011.

Después de que Epstein, en el correo, hiciera referencia a alguien que pasó “horas en mi casa” con Trump, Maxwell responde: “He estado pensando en eso”.

El abogado de Maxwell no respondió de inmediato a una solicitud de comentarios el miércoles.

Esta no es la primera afirmación de Maxwell de esa entrevista que ha sido puesta en duda.

Seguramente necesitamos saber más sobre el contexto de estos correos. Pero una de las conclusiones más importantes es que sugieren que Epstein y Maxwell parecían considerar que esta información sobre Trump era importante. Incluso hay una insinuación de que sugirieron que esa información podría usarse como palanca.

La cronología es importante aquí.

El correo electrónico de 2011 llegó cuando explotaban las noticias sobre los vínculos de Epstein con el príncipe Andrés, como se le conocía entonces. (Recientemente le fue retirado su título nobiliario). Como informó CNN, por esa época Epstein parecía estar entrando en modo de ataque legal.

La acusadora más destacada del príncipe Andrés era Giuffre.

Fue en este contexto que Epstein y Maxwell conversaron sobre que Trump había pasado tiempo en la casa de Epstein con alguien que, según los republicanos, es identificada en el correo como Giuffre.

Y, notablemente, Epstein describió a Trump como el “perro que no ha ladrado”. Esta es una expresión que proviene de los misterios de Sherlock Holmes; básicamente significa la ausencia de un evento esperado.

Lo que lleva a la pregunta obvia: ¿por qué podrían Epstein y Maxwell haber esperado que salieran noticias sobre Trump?

La cronología del correo electrónico de 2019 también es relevante. Eso se debe a que ocurrió durante el primer mandato de Trump, mientras su Gobierno estaba considerando tomar medidas significativas con respecto a Epstein.

El Miami Herald había publicado a finales de 2018 un importante reportaje sobre el trato favorable que recibió Epstein por parte del secretario de Justicia Alexander Acosta, quien luego se convirtió en secretario de Trabajo de Trump. A principios de 2019, una gran pregunta era si el Departamento de Justicia (DOJ, por sus siglas en inglés) investigaría ese acuerdo.

El inspector general del DOJ dijo el 30 de enero de ese año que no tenía el poder para examinar la situación. Pero para el 6 de febrero, la Oficina de Responsabilidad Profesional del DOJ indicó que había abierto una investigación.

CNN informó en ese momento que varias autoridades estaban revisando las acusaciones sobre Epstein y menores desde principios de ese año.

Fue en este contexto, el 31 de enero, que Epstein le envió un correo electrónico a Wolff sobre que Trump “por supuesto” estaba al tanto del reclutamiento de Maxwell en Mar-a-Lago.

Los correos electrónicos recién publicados también incluyen un intercambio de 2015 entre Epstein y Wolff en el que ambos elaboran una estrategia sobre cómo el entonces candidato Trump debería manejar las preguntas sobre sus vínculos con Epstein. Wolff dijo que había escuchado que CNN iba a preguntarle a Trump sobre eso en el debate, ya sea al aire o después. (No hay mención de Epstein en la transcripción del debate).

En ese correo, Wolff sugiere que lo mejor sería “dejar que se ahorque solo” negando haber estado en el avión de Epstein o en su casa.

Los documentos recién publicados no proporcionan pruebas concluyentes de irregularidades por parte de Trump. Pero hay sugerencias a lo largo de ellos de que Epstein sabía cosas sobre Trump que podrían perjudicarlo.

En un correo electrónico de 2018, Epstein comentó en medio de una discusión sobre el posible juicio político a Trump: “ves, yo sé lo sucio que es Donald. Mi suposición es que los empresarios de NY que no son abogados no tienen idea. Lo que significa que tu ‘fixer’ se vuelva en tu contra”. (Esa última parte aparentemente era una referencia a Michael Cohen, quien se volvió en contra de Trump).

Después de que Trump ganara las primarias de Nueva Hampshire en 2016, un corresponsal le preguntó a Epstein sobre “las historias que podrías contar”, según uno de los intercambios de correos publicados. Después de que el corresponsal apostó que tal información quizá no perjudicaría realmente a Trump, Epstein pareció hacer referencia a cómo Trump era “un falso rico”.

Epstein le dijo a la misma persona meses antes que podía mostrar fotos “de Donald y chicas en bikini en mi cocina”.

También le dijo a esa persona que en un momento “le dio” su novia de 20 años a Trump, a mediados de los años noventa.

En otros puntos de la correspondencia de Epstein, Wolff parece intentar convencer a Epstein de salir a hablar y decir algo sobre Trump.

“Hay una oportunidad de salir esta semana y hablar sobre Trump de una manera que podría ganarte gran simpatía y ayudar a acabar con él”, le dijo Wolff a Epstein días antes de las elecciones de 2016. “¿Interesado?”

Las reacciones de la Casa Blanca a los nuevos documentos el miércoles no van a hacer nada para calmar las percepciones de que Trump está intentando mantener ocultas cosas como esta.

CNN informó en exclusiva que la Casa Blanca celebró el miércoles una reunión en la Sala de Crisis con un legislador clave del Partido Republicano que se ha sumado a un esfuerzo para forzar una votación en la Cámara para publicar los archivos completos de Epstein, utilizando lo que se conoce como una petición de descarga, algo que la Casa Blanca quiere detener.

Esa petición obtuvo la decisiva firma número 218 el miércoles de parte de un nuevo miembro demócrata del Congreso.

La legisladora republicana, la representante de Colorado Lauren Boebert, luego agradeció a los funcionarios de la Casa Blanca por reunirse con ella en una publicación en X, en la que dijo: “Juntos, seguimos comprometidos a garantizar la transparencia para el pueblo estadounidense”.

CNN también informa que Trump ha hablado con otra de las cuatro firmantes republicanas, la representante Nancy Mace de Carolina del Sur. (Ella luego dijo en un comunicado: “NUNCA abandonaré a otras sobrevivientes”).

Pero la respuesta de Trump a que los demócratas de Supervisión publicaran correos electrónicos que lo mencionan fue presionar públicamente a los republicanos.

“Solo un republicano muy malo, o estúpido, caería en esa trampa” sobre Epstein, escribió Trump en Truth Social, y agregó: “No debería haber desvíos hacia Epstein ni hacia nada más…”

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