Los niños venían principalmente de hogares pobres y familias rotas.
(NOTICIAS YA).-En el cementerio de Santa María, a unas millas del orfanato Smyllum Park, en Escocia, se estima que yacen los restos de unos 400 niños que fallecieron a manos del cuidado de las Hijas de la Caridad de San Vicente DePaul, una congregación católica de monjas.
En ese cementerio, las lápidas de sacerdotes y monjas llevan sus nombres y frases en recuerdo de quienes ahora dejan su cuerpo en la tierra. Sin embargo, los cientos de niños permanecen en el anonimato, sin ninguna muestra que dé razón de sus nombres, su edad, su motivo de muerte o algo de su vida.
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El orfanato funcionó por más de 100 años, desde 1864 hasta 1981. Se piensa que albergó a más de 11 mil niños a lo largo de ese tiempo, niños que formaban parte, en su mayoría, de familias pobres, hogares rotos y ambientes de maltrato. Llegaron al cuidado de las hermanas de la Caridad solo para ser maltratados más, abusados y humillados física y sexualmente, y, de acuerdo a recientes investigaciones por la BBC y por medios locales de Escocia, algunos presuntamente asesinados de manera violenta y brutal.
Del orfanato quedan vivos, a lo mucho, un par de docenas de personas. A lo largo de los años, las historias que relataban los antiguos residentes son escalofriantes y reflejan situaciones que otros países también sufrieron a manos de monjas y dirigentes de la iglesia católica.
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Uno de ellos, Frank Docherty, quien falleció en abril pasado, fundó una organización que busca justicia para los menores que sufrieron abuso en el orfanato. En su investigación, lograron hacer que la organización de las Hijas de la Caridad admitiera, en 2003, que unos 158 niños estaban enterrados en el cementerio de Santa María, pero Docherty sabía que los números no eran ni remotamente cercanos a la realidad.
La BBC y el diario local Sunday Post de Escocia encontraron registros de defunción de 402 niños. Algunos de causa natural como enfermedades propias de la época, principalmente tuberculosis; otros casos están envueltos en misterios y señales de negligencia y maltrato, como el de Francis McColl, un niño de 13 años que perdió su vida en 1961, la causa: hemorragia cerebral. Su hermano, que le sobrevive, pasó décadas preguntándose qué le había ocurrido a Francis. Se sospecha, hoy, que recibió un golpe contundente en la cabeza con un palo de golf.
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Así como este hay casos de muerte que pudieron ser prevenidos fácilmente, al ser provocados por infecciones tratables y enfermedades no graves. Sin embargo, el maltrato, el hambre y la negligencia, fueron los verdugos de cientos de menores inocentes de quienes se desconoce la ubicación exacta de sus restos.
Ante los resultados de esta investigación, la congregación de las Hijas de la Caridad se ha negado a hacer cualquier declaración.