Ester Flores recuerda que hace un año debía ahorrar toda el agua que podía y pedir a sus vecinos que le “prestaran una o dos cubetas para lavar los trastes”. Ahora, la situación es completamente diferente: cada semana recibe agua corriente que le permite a ella y a su familia hacer sus actividades sin preocupaciones.
Flores vive en la alcaldía Tlalpan, en el sur de Ciudad de México. “Todos los lunes escucho cuando llega el agua y aprovechamos para lavar la ropa o el patio y nuestro tinaco se queda lleno”, dice a CNN.
El cambio se explica, en alguna medida, por las “lluvias históricas” registradas en la capital en los últimos meses que han elevado considerablemente los niveles del Sistema Cutzamala —una red de embalses, estaciones de bombeo, canales y túneles— que suministra aproximadamente el 25 % del agua en el Valle de México, que incluye a Ciudad de México.
Aunque las intensas lluvias han dejado vehículos varados, personas atrapadas, inundaciones en vías principales de la capital y caos en el aeropuerto capitalino, también han terminado, al menos temporalmente, con los temores del llamado “día cero” que hace un año resonaban fuerte en la capital.
“Este año nos ha ido mejor con el calor y el agua porque ha llovido mucho, es más, nos sobra el agua. Cada vez que llueve fuerte hay inundaciones por aquí y por allá”, dice Flores.
Las lluvias récord de junio, julio y agosto permitieron que el nivel del agua en el Sistema Cutzamala aumentara como no se veía en los últimos años.
A finales de junio de 2024, el sistema se encontraba en casi 27 % de su almacenamiento; para julio aumentó al 33 % y en agosto casi alcanzó el 45 %, lo que contrasta considerablemente con los niveles registrados en los mismos meses de este 2025: 52,8 %, 61 % y 73 %, respectivamente, según los reportes de la Comisión Nacional del Agua, Conagua.
Los niveles actuales no se veían desde agosto de 2020, cuando se registró un almacenamiento del 66 %.
La jefa de Gobierno de la ciudad, Clara Brugada, ha dicho que se trata de lluvias históricas.
El pasado 11 de agosto, la mandataria señaló que las precipitaciones del día previo superaron los niveles de hace 73 años.
“Ayer tuvimos la lluvia más intensa, cada día rompemos récord. Tuvimos 84,5 milímetros en el pluviómetro del Zócalo, lo que afectó principalmente al centro de Ciudad de México. Desde 1952, la lluvia más grande había sido de 67 milímetros en esta zona”, recordó en conferencia de prensa.
La directora del Organismo de Cuencas del Valle de México (OCAVM), Citlalli Peraza Camacho, dijo el pasado 12 de agosto que además de las lluvias, el incremento de agua en una de las presas del Cutzamala se debió a una inversión de más de US$ 35 millones por parte de Conagua para el reemplazo de válvulas, rotores y equipos de bombeo que ayudaron a mejorar las condiciones del sistema que tiene 40 años trabajando de forma ininterrumpida.
Tras una sequía de tres años, los expertos afirmaban en 2024 que la situación estaba alcanzando niveles tan críticos que Ciudad de México —una urbe con 22 millones de habitantes y una de las mayores urbes del mundo— se acercaría en cuestión de meses al “día cero”, dejando al sistema Cutzamala en niveles tan bajos que sería incapaz de suministrar agua a los habitantes de la ciudad.
La ciudad atravesaba una grave crisis hídrica debido a problemas como la geografía, el desarrollo humano, las fugas en la infraestructura y los efectos del cambio climático.
Raúl Rodríguez Márquez, presidente del Consejo Consultivo del Agua, una organización sin fines de lucro, dijo entonces a CNN que no creía que la ciudad llegaría al “día cero” en 2024, pero, advirtió, que ocurriría si no se hacen cambios.
“Estamos en una situación crítica y podríamos llegar a una situación extrema en los próximos meses”, afirmó entonces.
Pero las precipitaciones de este año parecieron enterrar los temores y advertencias.
Peraza Camacho, de OCAVM, reconoció que, aunque actualmente el sistema Cutzamala está a más del 60 % de su capacidad tras una sequía de tres años con mínimos históricos, es importante mantener acciones concretas para cuidar del agua y garantizar el abasto en el Valle de México.
Los expertos recomiendan soluciones como un mejor tratamiento de las aguas residuales aumentaría la disponibilidad de agua y reduciría la contaminación, mientras que los sistemas de recolección de aguas pluviales podrían capturar y tratar la lluvia, y permitir a los residentes reducir en un 30% su dependencia de la red de suministro o de las pipas de agua.
Las precipitaciones registradas en los últimos meses en todo el país también han cambiado el mapa de la sequía si se compara el mes de agosto de 2024 con el mismo mes de este año.
Hasta el 15 de agosto del año pasado, la Conagua reportó alrededor del 34,7 % del territorio sufría una sequía de moderada a excepcional con mayor afectación en el noroeste del país, mientras que hasta la misma fecha de este 2025, el porcentaje fue de 13,9 %.
“Estaba segura de que este año sería peor, que pasaríamos semanas sin agua otra vez y que tendríamos que dejar de bañarnos diario o comprar trastes desechables, pero no fue así”, dice Ester Flores y agrega que prefiere que sigan las lluvias aunque haya inundaciones.
La temporada de lluvias en México termina en octubre, por lo que aún es posible que las precipitaciones sigan elevando los niveles del sistema Cutzamala.
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