Ecuador vuelve a clases bajo estricto control policial en el marco de la creciente violencia

La emoción del primer día de clases ha tomado un giro no muy alentador en Ecuador debido a la crisis de inseguridad que enfrenta el país sudamericano. Volver a las aulas se está convirtiendo para estudiantes, padres y maestros en un desafío diario ante la necesidad de asegurar la integridad y la paz al interior de los centros educativos.

Esta semana los estudiantes de los colegios y escuelas de las regiones Sierra y Amazonía de Ecuador regresaron a clases tras el verano bajo la atenta mirada de más de 11.000 policías que fueron desplegados por orden del Gobierno para custodiar los centros educativos. La medida está enofcada sobre todo en aquellos considerados por el Ministerio de Educación como “priorizados”, por reportar más hechos de violencia, extorsión, consumo de drogas, porte de armas, secuestros, intimidación, robos y otros delitos. A eso se suma la creciente preocupación por bandas delictivas que constantemente intentan reclutar a los jóvenes en sus filas.

“La inseguridad ahora está en las puertas de los colegios, en las esquinas de los colegios y no podemos dejarlos solos a los chicos porque esa es nuestra responsabilidad como padres”, dijo a CNN Pablo Olmedo, un comerciante y padre de dos hijas que estudian en el colegio público Montúfar, uno de los más grandes de Quito.

Durante el trayecto al colegio para dejar a sus hijas en su primer día de clases, Olmedo dijo a CNN que la presencia policial ayuda parcialmente a contener los episodios de inseguridad, pero no es la solución al problema.

“No queremos chicos en pandillas, que estén en drogas o que manejen armas, sino chicos que den un futuro a nuestro país”, agregó.

La preocupación de los padres aumenta cuando sostienen que la presencia policial no podría asignarse todos los días en los colegios. Por eso, Cecilia Muisaca, una madre de familia, cuenta que los padres van a volver a organizarse este año para designar brigadas que permitan acompañar a los jóvenes.

“Hacemos brigadas para que los niños estén protegidos a la hora de entrada y salida de clases”, señaló. Sin embargo, Muisaca cuenta a CNN que a veces no es posible acudir, porque la mayoría de los padres y madres deben salir a trabajar.

“Es muy importante para la seguridad de los niños y adolescentes. Uno como padre va a estar más seguro”, afirmó.

En eso coincide Luisa Alomoto, una madre que acudió a dejar a su hijo al colegio y que sostiene que las grupos criminales buscan desde afuera reclutar a los adolescentes.

“Tiene que haber más resguardo porque siempre están las pandillas para incluirles a los jóvenes en esto y ahorita con la delincuencia en la que estamos sí les pediría que no sea solo al inicio”, solicitó.

Jacqueline Cofre está empezando el bachillerato y quiere ser criminóloga cuando termine el colegio. Cuenta a CNN que las circunstancias actuales que enfrenta su plantel educativo le han obligado a ser más fuerte y pide al Gobierno mayor atención a la educación.

“Los estudiantes queremos tener una mejor preparación y que la seguridad mejore, tanto internamente como haciendo requisas, teniendo un poquito más de seguridad o cámaras dentro del colegio”, sugirió.

Cofre espera que exista un mayor acompañamiento de la Policía Nacional y que mejoren los canales de comunicación dentro de las escuelas para que “no se aparte” a los alumnos que están siendo afectados por la inseguridad.

“Esa es nuestra misión, nuestro trabajo como Policía es brindar seguridad a los padres y a los estudiantes para que se sientan tranquilos”, enfatizó el jefe del distrito de Policía al sur de Quito, Ramiro Carrillo.

En medio de los esfuerzos por precautelar el bienestar y la integridad de los alumnos de centros educativos públicos, el ministro del Interior, John Reimberg, dijo al medio público EcuadortTV esta misma semana que varios colegios han venido funcionando como “centros de acopio de droga”, una afirmación muy dura que aumenta la preocupación de los padres.

Verónica López, madre de familia, espera que la seguridad no solo permanezca afuera de los colegios sino también dentro de las instituciones como ofreció la ministra de Educación, Alegría Crespo, que adelantó que la Policía podrá ingresar a los planteles cuando exista un “peligro cierto” o flagrante sobre el cometimiento de un delito.

“Le he dicho a mi hija que tiene que aprender a defenderse sola. Cualquier cosa que pase en el colegio, si le quieren intimidar o le hacen bullying, que no se quede callada y que me converse porque quedarse callada no es bueno”, señaló Verónica López, una de las madres que solo por el inicio de clases podrá ir a dejar a su hija, porque luego debe cumplir con su trabajo.

La ministra de Educación, Alegría Crespo, ha reconocido la existencia de más de 170 denuncias de extorsión a maestros dentro de las instituciones educativas, aunque la Unión Nacional de Educadores indicó a CNN que ha registrado alrededor de 700 en lo que va del año a escala nacional y que no todas se reportan a la Fiscalía por temor a represalias.

En las últimas semanas el Gobierno de El Salvador lanzó su programa de disciplina en los colegios tras incorporar como Ministra de Educación a una mujer militar. Esta política social se basa en buenos modales, uso correcto del uniforme y orden personal. Varios kilómetros al sur del continente, padres de familia de Ecuador están empezando a mirar esta medida como una opción si es que la criminalidad sigue ganando terreno en lugares que consideran “deben ser seguros” para sus hijos.

“Los chicos tienen que saber que estar involucrados en actos delictivos, con droga, no está bien y tienen que ser sancionados”, sostiene Pablo Olmedo. Agrega que la disciplina no debería relajarse y que Ecuador debería mirar la experiencia de El Salvador sobre los efectos en el futuro de una educación pública bajo el acecho de la delincuencia.

En el primer día de clases uno de los supervisores del colegio Montúfar solicitaba desde la puerta principal que los alumnos ingresen en orden y les recordaba que “son la imagen de la institución y del país” y pedía a los jóvenes que se acomoden el uniforme.

Algunos padres consideran que la disciplina es importante siempre que se ejerza apegada a los reglamentos y se proteja la integridad de sus hijos.

Aunque Luisa Alomoto es incrédula sobre la posibilidad de pacificar el entorno escolar y sostener que constantemente advierte a su hijo que en el colegio hoy en día es difícil conseguir amigos.

“No hay amigos, lo que hay es compañeros que no se van a jugar por él”, advirtió.

Ecuador es uno de los países más violentos de América Latina y según un reporte de UNICEF de 2024, la tasa de homicidios de niños, niñas y adolescentes en Ecuador aumentó en un 640% en cuatro años; algunos de esos crímenes han ocurrido también en el entorno escolar.

Con este panorama, la vuelta a clases se está tornando en una preocupación más que un alivio para muchas familias.

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