Sheinbaum, ¿ante un México movilizado? Varios frentes marchan en el país mientras el Gobierno se defiende de señalamientos

Esta semana, el Palacio Nacional de la Ciudad de México —edificio histórico del país y la residencia oficial de la presidenta de México, Claudia Sheinbaum— ha lucido completamente amurallado. Grandes vallas metálicas lo cubren ante posibles actos vandálicos. La protección no es casualidad: llega en medio de movilizaciones en la capital mexicana y en otras partes del país que exigen, desde sus frentes, soluciones a sus demandas.

Una de estas movilizaciones comenzó este jueves. Maestros y maestras de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) arribaron temprano al Zócalo para exigir, entre otras cosas, una mejora en sus condiciones laborales. Esa exigencia, sin embargo, se tornó violenta en las inmediaciones de Palacio Nacional.

Objetos lanzados al aire. Artefactos en fuego. Gases en las calles. Policías tratando de contener la protesta. Estas fueron algunas de las escenas que dejó la manifestación.

La CNTE, que el jueves comenzó un paro de 48 horas en la Cámara de Diputados, dijo en sus redes sociales que así es “el diálogo del Gobierno federal” y reclamó en un comunicado que se resuelvan las exigencias de los trabajadores de la educación, “o de lo contrario accionaremos en el marco del Mundial de fútbol 2026”.

Mientras policías y manifestantes se enfrentaban a las afueras de Palacio Nacional, Sheinbaum llevaba a cabo su habitual conferencia matutina y habló sobre la situación en curso.

“Ha habido mesas de diálogo en Chiapas, en todos los estados. Entonces, no se entiende cómo (hay protestas), si hay mesas de diálogo. Incluso ha habido muchos apoyos con maestras, maestros, a estudiantes. ¿Qué necesidad hay de esta manifestación?”, dijo la presidenta este jueves ante las movilizaciones convocadas por la CNTE.

Por su parte, el organismo magisterial aseguró que el Gobierno “solo ha ofrecido mesas dilatorias, sus afirmaciones están lejos de la realidad que viven miles y miles de maestros a lo largo y ancho del país, buscan confundir y confrontar a la sociedad, desacreditando el carácter legítimo de la protesta social”.

La mandataria aprovechó la coyuntura con profesores de la CNTE para hablar de otra movilización, programada para este sábado 15 de noviembre: la protesta de la llamada Generación Z (jóvenes generalmente nacidos entre 1997 y 2012).

Sheinbaum calificó esta movilización como una “manifestación de la derecha” y dijo que es “importante” que se sepa cómo surgió el movimiento.

“Nosotros estamos de acuerdo con la libertad de expresión, la libertad de manifestación. Si hay jóvenes que tienen demandas, me parece muy bien que se manifieste. Ahora, el asunto aquí es quién está promoviendo la manifestación. A lo mejor hay personas que vieron en las redes y se suman porque a lo mejor (jóvenes) no están de acuerdo con nosotros, pero es muy importante que se conozca cómo se construyó la convocatoria a esta movilización”, dijo.

La presidenta aseguró que muchos de los que promueven esta marcha “no tienen nada que ver con la Generación Z” y que “es un impulso promovido incluso desde el extranjero”.

El sábado pasado hubo otra marcha de jóvenes en la Ciudad de México. Esa movilización, que se deslindó de la manifestación del 15 de noviembre, contó con unos 300 participantes, quienes protestaron por la violencia en el país y otras causas, como la aprobación de la jornada laboral de 40 horas.

A estas movilizaciones se le suman otras más: campesinos y transportistas convocaron a un paro nacional para el 24 de noviembre. En rueda de prensa, ambos frentes dijeron que bloquearán carreteras, el paso de mercancías y tomarán aduanas.

“La forma de lucha van a volver a ser las carreteras: vamos a tapar el tránsito de las mercancías, no vamos a obstruir el paso de los vehículos privados y de transporte de pasajeros. Además, se va a concretar lo que ya habíamos anunciado anteriormente: la toma de las aduanas como forma de presión máxima para ser atendidos por el Gobierno federal en su máxima representación, esto es, necesitamos la atención de la presidenta”, dijo este jueves Baltazar Valdez, dirigente del Frente Nacional para el Rescate del Campo (FNRC), en la conferencia de prensa.

Eraclio Rodríguez Gómez, también dirigente del FNRC, recordó que no comparten los “supuestos acuerdos que el secretario de Agricultura ha hecho saber”, en referencia a los recientes programas de apoyo al campo dados a conocer por el Gobierno, como el apoyo de 950 pesos por tonelada (unos US$ 48) a los productores de maíz.

El jueves, María Luisa Albores, directora general de Alimentación para el Bienestar del Gobierno mexicano, presentó el Plan Nacional del Maíz Nativo, cuyo objetivo es “impulsar la conservación, la producción, transformación y la comercialización del maíz nativo mexicano, fortaleciendo los sistemas agroalimentarios comunitarios”, dijo la funcionaria en la conferencia de Sheinbaum. No obstante, el paro del 24 de noviembre sigue en pie.

Los transportistas, en palabras de David Estévez Gamboa, presidente de la Asociación Nacional de Transportistas (ANTAC), salen a manifestarse, en parte, por la situación de inseguridad que se vive en las carreteras.

En agosto, la Guardia Nacional informó que el robo en carreteras había disminuido 27 % durante los primeros 330 días del Gobierno de Sheinbaum. Sin embargo, Estévez Gamboa dijo que la situación de inseguridad sigue afectando a su gremio.

“Tenemos desgraciadamente un alto índice de inseguridad. No quiero generalizar pero sí quiero puntualizar que hoy somos más afectados por la corrupción”, afirmó.

También desde el tema de la seguridad han surgido otras movilizaciones, como las que se han convocado en últimas semanas por el asesinato del alcalde de Uruapan, Carlos Manzo, en Michoacán, durante la celebración de Día de Muertos.

La convocatoria en redes sociales para la marcha del 15 de noviembre de la Generación Z —que dice no tener líderes ni voceros— también se ha anclado al tema de la inseguridad, aunque también a otras exigencias. Sheinbaum, en tanto, se refirió nuevamente a esa movilización este jueves al comentar una investigación del medio local Milenio, que señala que detrás de la discusión en redes sobre esta protesta hay 8 millones de bots, algo que desde la convocatoria a la manifestación niegan.

Las movilizaciones en el país son “síntomas” de la situación que atraviesa el país en varios frentes, según Roberto Carlos Hernández, doctor en Filosofía Política y académico de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).

“Estas movilizaciones en distintas partes del país, y por diversos motivos, están expresando cierta inconformidad y que las cosas no van bien en ciertas asignaturas”, dijo en entrevista.

Para el experto, la situación más apremiante para el gobierno actual es la inseguridad, sobre todo en estados considerados focos rojos, como Sinaloa, Michoacán, Guerrero o Guanajuato.

Por ello, dijo Hernández, el Gobierno de Sheinbaum se ha hecho “un viraje mayor en la estrategia de seguridad” respecto a la de su antecesor, Andrés Manuel López Obrador, quien sostenía una estrategia de “abrazos, no balazos”.

“Ahora ya no son los abrazos, ahora sí ya son los balazos, es la fuerza letal que trata de combatir a la delincuencia organizada. Se tenía que hacer eso, un ajuste mayúsculo a esa estrategia”, señaló.

Javier Contreras, maestro en Derecho y también académico de la UNAM, coincidió con que el tema de la violencia es la situación más “apremiante” en el país y dijo que se nota que hay un “distanciamiento” en la estrategia de seguridad actual respecto a la de López Obrador.

“No vemos ya replicada esa política que se le llamaba popularmente ‘abrazos, no balazos’, sino que ahora vemos mayor estrategia, uso de inteligencia e incluso vemos una coordinación mucho más cercana” entre la Secretaría de Seguridad federal y las secretarías de Seguridad de los estados, explicó en entrevista.

El maestro en Derecho aseguró que, si bien las protestas son un signo de una “democracia saludable”, también dan cuenta de un “desgaste” en las políticas del movimiento político en el poder (que ya lleva siete años gobernando, seis con López Obrador y uno con Sheinbaum).

“Claudia Sheinbaum carga un poco con los saldos de lo que dejó la presidencia de Andrés Manuel López Obrador (…) Las actuales protestas y manifestaciones son una continuidad de las políticas llevadas a cabo en el sexenio pasado”, agregó.

En cuanto a las protestas de la Generación Z, Contreras dijo que “parecen ser poco orgánicas”; sin embargo, añadió que “tendrían que ver con una expresión de malestar con el Gobierno federal, sin explicar con claridad cuál es el objeto central de la marcha”.

Aunque no está claro el origen y el objeto central de la marcha, Hernández comentó que parece seguir una lógica similar a los movimientos juveniles en otras partes del mundo, que se manifiestan contra la desigualdad económica y piden mejores oportunidades para su generación, con el factor añadido de la inseguridad en el país.

En ese sentido, consideró desafortunados los comentarios de la presidenta que tratan de “descalificar” a esa movilización.

“Que la primera respuesta del Gobierno fuera preguntar quién estaba detrás es muy ofensivo para los movimientos porque los deja en una posición de títeres (…), en un rol de meras marionetas que están al servicio, sin quererlo o sin saberlo, de algunos otros intereses”.

Contreras dijo que es “temprano” para hablar de una erosión en el Gobierno de Sheinbaum. No obstante, Hernández destacó que, si no se apagan los “incendios” en varios frentes, la situación puede salirse de control en el mediano y largo plazo, sobre todo si se toma en cuenta que hay otro frente que está afectando al país, incluso desde el sexenio pasado, según expertos: el bajo crecimiento económico. En el primer trimestre de 2025, la economía mexicana creció solo 0,2 %, en el segundo trimestre creció 0,7 % y en el tercer trimestre (el último hasta ahora) disminuyó 0,3 %.

“Yo no veo que en los próximos dos o tres años la economía mexicana recupere el rumbo. No lo veo porque hay señales que inyectan mucha incertidumbre”, entre ellas, dijo el doctor en Filosofía Política, la carga fiscal que representan los apoyos sociales, que ya están blindados por la Constitución del país.

La carga fiscal de los programas sociales no permite llevar recursos a otras áreas que necesitan ayuda, como la salud o la seguridad, pero, al mismo tiempo, esos programas también representan el mayor apoyo de la presidenta, según Hernández.

“Todos los apoyos, todas las pensiones, todas las becas le dan al Gobierno un margen muy amplio de maniobra (…) porque la gente no olvida quién le da beca a sus hijos, su pensión a los adultos mayores. Ahí todavía tienen una cierta reserva de legitimidad, de capacidad política”, finalizó.

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