A medida que el ataque del ejército estadounidense en septiembre a un barco presuntamente cargado con drogas en el Caribe ha sido objeto de un mayor escrutinio por parte de legisladores de ambos partidos y expertos legales militares, la explicación de la administración Trump ha ido cambiando.
CNN y otros medios informaron que, tras un ataque inicial contra un barco que causó la muerte de algunos tripulantes y aparentemente inutilizó el buque, el ejército determinó que había sobrevivientes y ordenó al menos un ataque adicional, según fuentes. En total, 11 personas murieron, según el Pentágono.
Aunque el presidente Donald Trump anunció el bombardeo el 2 de septiembre, los detalles, incluido un ataque posterior, no fueron revelados inicialmente por la administración.
Al día siguiente de la operación, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, afirmó haberla presenciado en directo, destacando el nivel de planificación del ataque.
Sin embargo, el martes, afirmó haber visto solo el primer ataque en directo y haber tenido que asistir a otras reuniones, tras lo cual se enteró del resto de la operación horas después.
Hegseth, su equipo en el Pentágono y la Casa Blanca han comenzado a señalar repetidamente al almirante Frank “Mitch” Bradley, comandante del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU., como el funcionario que finalmente tomó la decisión del siguiente disparo que mató a sobrevivientes.
A continuación se presenta una cronología de la explicación que dio la administración sobre la operación.
En una publicación en Truth Social el presidente Donald Trump el 2 de septiembre de 2025 anuncia el primer caso en el que Estados Unidos lleva a cabo un ataque contra un presunto barco de tráfico de drogas.
Temprano en la mañana del 2 de septiembre, el presidente Donald Trump anunció en una publicación en las redes sociales que el ejército estadounidense había “realizado un ataque cinético contra narcoterroristas del Tren de Aragua identificados positivamente” en el área de responsabilidad del Comando Sur de Estados Unidos.
La operación cobró la vida de 11 personas e inició una serie de 21 ataques que, hasta la fecha, han matado a más de 80 individuos. Si bien las autoridades vincularon el primero específicamente con la pandilla Tren de Aragua, los más recientes no han sido identificados como pertenecientes a ninguna organización específica.
El secretario de Estado Marco Rubio declaró a la prensa itinerante en Florida que las presuntas drogas que fueron blanco del ataque del 2 de septiembre “probablemente se dirigían a Trinidad o a algún otro país del Caribe”.
“En cuanto a los detalles y las operaciones futuras, debo remitirlos al Pentágono”, indicó. “Esta es una operación del Departamento de Defensa”.
El destino de la droga sería un punto clave para la justificación legal que ha empleado el Pentágono para defender los ataques, ya que la administración Trump ha argumentado que las drogas constituyen un arma dirigida hacia Estados Unidos.
Los expertos han dicho que las rutas de la droga en esa zona del Caribe suelen usarse para transportar cocaína a Europa, en lugar de a Estados Unidos.
Al día siguiente, Rubio comentó a los periodistas en una conferencia de prensa que el barco “se dirigía hacia Estados Unidos para inundar nuestro país con veneno”.
Al día siguiente del ataque, el secretario de Defensa, Pete Hegseth, dijo a “Fox & Friends” que lo había visto en directo y que los militares estadounidenses “sabían exactamente quién estaba en el barco, sabíamos exactamente lo que estaban haciendo y sabíamos exactamente a quién representaban”.
Los legisladores revelaron más tarde que los informantes de la administración Trump les avisaron que no sabían las identidades de todos los individuos involucrados en los ataques.
En declaraciones a la prensa durante una visita a Fort Benning, Georgia, Hegseth afirmó que el ejército tiene “autoridad absoluta y completa” para llevar a cabo el ataque, pero se negó repetidamente a proporcionar más información cuando se le solicitó.
Afirmó que “no tenía ninguna razón para dar al público ni a los adversarios más información” que la de que el Pentágono tiene la autoridad correspondiente.
Cuando un periodista le presionó para que dijera cómo el Departamento de Defensa sabía que los 11 miembros de la tripulación del supuesto barco con drogas eran “narcoterroristas” o adónde se dirigían, Hegseth bromeó: “¿Por qué debería decirle eso?”.
A raíz de los informes de The Washington Post y CNN sobre un segundo ataque de seguimiento ordenado después de que las personas sobrevivieron al golpe inicial el 2 de septiembre, Trump comentó a los periodistas que viajaban en el Air Force One que Hegseth le dijo que “no quería que quedara ninguno” y que él mismo no habría apoyado un segundo ataque.
Cuando se le preguntó si creía que no hubo un segundo ataque, Trump respondió: “No lo sé, voy a averiguarlo. Pero Pete dijo que no ordenó la muerte de esos dos hombres”.
El mismo día que Trump dijo a los periodistas que Hegseth no ordenó la muerte de los tripulantes sobrevivientes, el secretario de Defensa publicó una imagen de su cuenta X de una ilustración editada de la popular serie de libros infantiles “Franklin la Tortuga”, que mostraba a la tortuga parada en la puerta de un helicóptero disparando lo que parecía ser un lanzagranadas contra un barco, titulada “Franklin apunta a narcoterroristas”.
“Para su lista de deseos de Navidad…”, comentó Hegseth en la publicación, en la que también etiquetó al Comando Sur de EE.UU.
El editor de la serie de libros “Franklin la Tortuga” publicó más tarde una declaración diciendo que “condena enérgicamente cualquier uso denigrante, violento o no autorizado del nombre o la imagen de Franklin”.
En una nueva publicación en redes sociales el lunes por la noche, Hegseth pareció atribuir la responsabilidad del ataque al comandante del Comando de Operaciones Especiales de EE.UU., el almirante Frank “Mitch” Bradley, quien, según él, lo ordenó.
Su comentario se produjo pocas horas después de que la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt, hiciera lo mismo, afirmando que Bradley estaba “plenamente dentro de sus facultades” para emitir la orden.
“Dejemos algo meridianamente claro: el almirante Mitch Bradley es un héroe estadounidense, un verdadero profesional, y cuenta con mi apoyo incondicional. Lo apoyo a él y a las decisiones de combate que ha tomado, tanto en la misión del 2 de septiembre como en todas las posteriores”, declaró.
Se espera que Bradley se reúna con senadores de comisiones clave esta semana.
Durante una reunión del gabinete en la Casa Blanca el martes, Hegseth se retractó nuevamente, diciendo que vio el primer ataque en vivo, pero luego “pasé a mi siguiente reunión” y se enteró “un par de horas después” de que Bradley había tomado la decisión de atacar el barco una segunda vez.
“Y, por cierto, el almirante Bradley tomó la decisión correcta de hundir el barco y eliminar la amenaza”, subrayó Hegseth.
Trump, después de haberse distanciado aparentemente de la idea de un segundo ataque en sus comentarios a los periodistas el 30 de noviembre, no repitió sus reservas en la reunión del gabinete, pero sí enfatizó que no fue parte de la decisión.
“No sabía nada del segundo ataque”, manifestó. “No sabía nada de la gente. No estuve involucrado. Sabía que habían hundido un barco, pero lo que sí puedo decir es que llevaron a cabo un ataque”.
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