India ha probado con éxito un misil balístico de alcance intermedio desarrollado localmente, capaz de llevar una ojiva nuclear al interior del territorio de su rival geopolítico, China, justo cuando el primer ministro Narendra Modi se prepara para su primera visita a Beijing en años.
El Agni-5 fue lanzado en el estado de Odisha, en el este de la India, y “validó todos los parámetros operativos y técnicos”, dijo el Ministerio de Defensa del país en un comunicado este miércoles.
El misil tiene un alcance de más de 5.000 kilómetros, según el Proyecto de Defensa de Misiles del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales. Esto sitúa a rivales de la India, como China y Pakistán, dentro del alcance del arma.
India y China se encuentran enfrascados en una feroz batalla por la influencia en la región Asia-Pacífico.
Ambos países han mantenido una relación tensa tras los mortales enfrentamientos en su frontera compartida del Himalaya en 2020, que los distanciaron aún más que en cualquier otro momento en décadas.
India se está recuperando mientras el Ejército Popular de Liberación amplía su arsenal y las tensiones continúan latentes a lo largo de su disputada frontera. Un informe publicado en junio por el Instituto Internacional de Investigación para la Paz de Estocolmo (SIPRI) estima que China posee actualmente alrededor de 600 ojivas nucleares, mientras que India posee 180.
La prueba del Agni-5 se produce poco después de una visita a Nueva Delhi del ministro de Asuntos Exteriores de China, Wang Yi, un viaje que preparó el escenario para la propia visita de Modi al gigante asiático a fines de agosto para una cumbre de la Organización de Cooperación de Shanghái (OCS), un grupo de seguridad que incluye a Rusia y Pakistán.
Los lazos han mostrado señales de calentamiento desde que Modi se reunió con el líder de China, Xi Jinping, en el marco de la cumbre BRICS en Rusia en octubre pasado.
India y China acordaron reanudar los vuelos comerciales directos cancelados en 2020 durante la pandemia de covid-19, Beijing accedió recientemente a reabrir dos lugares de peregrinación en el oeste del Tíbet a los indios por primera vez en cinco años, y ambos comenzaron a volver a emitir visas de turista para los ciudadanos del otro.
“Unas relaciones estables, predecibles y constructivas entre India y China contribuirán significativamente a la paz y la prosperidad regional y mundial”, declaró Modi este martes tras su reunión con Wang. También reconoció su inminente viaje para la cumbre de la OCS en Tianjin.
Mientras tanto, la relación de India con Estados Unidos se ha tensado después de que el presidente Donald Trump amenazara a Nueva Delhi con aranceles del 50 % como castigo por sus compras de petróleo ruso.
Washington, que ha estado cortejando a India como contrapeso estratégico a China, inadvertidamente está acercando a los dos gigantes asiáticos con sus políticas económicas, dicen los analistas.
El misil Agni-5 también es parte de la estrategia de defensa de India contra su rival con armas nucleares, Pakistán.
Los dos vecinos se vieron envueltos en un breve, pero mortífero conflicto a principios de este año —el peor en décadas—, en el que ambos bandos se adentraron en el territorio del otro. El conflicto desencadenó una pugna diplomática internacional para frenar la escalada de las hostilidades entre dos potencias con armas nucleares.
Se espera que el primer ministro de Pakistán, Shehbaz Sharif, también esté en Tianjin para la reunión de la OCS.
China y Pakistán han estrechado lazos en las últimas décadas, con la participación de Islamabad en el emblemático proyecto de infraestructura de Xi, la Iniciativa de la Franja y la Ruta.
China también es un importante proveedor de armas a Pakistán, al que le suministra el 81 % de su arsenal militar, según datos del SIPRI.
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