Honduras celebra elecciones generales este domingo en una votación marcada por denuncias anticipadas de fraude por parte de los tres principales candidatos, bajo la atenta mirada de Estados Unidos, que tiene intereses en juego y cuyo presidente, Donald Trump, incluso irrumpió esta semana en la campaña. Los indecisos tendrán un rol clave en unos comicios de vuelta única y que, como gran parte de la región, expone un escenario de alta polarización.
“Estamos en unas elecciones con una profunda fractura política, económica”, dijo a CNN el politólogo Héctor Soto Caballero. “Pone en evidencia la disputa de dos proyectos de país totalmente diferentes”, agregó.
El escenario tiene algo de inédito para los más de seis millones de votantes habilitados: será la primera vez que la izquierda termina un mandato en el país, ya que la única vez que gobernó, cuando el expresidente Manuel Zelaya dio un giro político, fue derrocado en 2009.
La mandataria Xiomara Castro, esposa de Zelaya, apoya a la candidata del partido gobernante Libertad y Refundación (LIBRE), la abogada Rixi Moncada. Sus principales rivales son el populista liberal Salvador Nasralla, estrella de la televisión y exaliado de Castro, y el empresario y exalcalde derechista Nasry Asfura, candidatos del Partido Liberal y el Partido Nacional, respectivamente; dos movimientos que alternaron en el poder durante buena parte del siglo pasado. También compite el socialdemócrata Jorge Ávila, mientras que Mario Rivera, de la Democracia Cristiana, anunció esta semana su respaldo a Nasralla.
La economía de Honduras muestra un crecimiento moderado, con mejoras en varios indicadores, y la presidenta, a la par de su enfoque social, mantuvo el programa del Fondo Monetario Internacional. Sin embargo, la campaña ha puesto el foco en otros debates. “El escenario económico es más alentador que en años anteriores, aunque Honduras sigue siendo un país pobre. Lo que está en disputa no es la típica promesa de campaña, con problemas de salud, educación, de seguridad. LIBRE vino y propuso una discusión que toca los cimientos del sistema mismo: democratizar la economía. Pero no lo propone desde un diálogo con los sectores empresariales, sino que confronta. Eso ha polarizado a la sociedad”, dijo el analista Soto.
La politóloga Jessica Sánchez celebra avances de la gestión de Castro en el sector de salud, pero también pone en relieve las sombras del mandato. “Ha sido un gobierno de corte bastante populista, con bolsas solidarias, pero ha habido muchísimas denuncias de corrupción”, afirmó a CNN. Uno de los casos más resonantes llevó a la suspensión en julio de la vicepresidenta del Congreso de su cargo y del partido LIBRE por presunto desvío de fondos públicos con fines proselitistas. En ese entonces, Castro pidió que las autoridades encargadas investiguen el caso y aseguró que ni la Presidencia ni la candidata Moncada habían sido informados “de ninguna transacción de esa naturaleza”.
Para el balance de la primera presidenta mujer en la historia del país, Sánchez, activista feminista, rescató logros a través de políticas públicas municipales, pero lamentó faltas de avances en equidad de género. “En relación a las mujeres, nos ha quedado debiendo. En la campaña dijo que no nos iba a fallar. Solo se aprobó la ley de casas refugio, pero no salió el reglamente, ni la ley integral de violencia hacia las mujeres, como tienen muchos países, ni la ley de personas desaparecidas”, lamentó.
El país, con una de las tasas de homicidio más altas de la región, mantiene un estado de excepción parcial que rige desde finales de 2022 en 226 de los 298 municipios.
Para Soto, el “voto castigo” que benefició a Castro en las elecciones de 2021 puede esta vez jugarle en contra a Moncada. “Es posible que el escenario sea el mismo. El Partido Nacional arrastra mucha desconfianza por el tema de la corrupción”, comentó, en referencia a la caída en desgracia del exmandatario Juan Orlando Hernández, quien se reeligió en 2017 violentando la Constitución y tras dejar el poder fue detenido, extraditado a EE.UU. y condenado por cargos de narcotráfico.
Los señalamientos de posible fraude parten tanto desde el oficialismo como de la oposición. El clima tenso y de fragilidad institucional impacta en el Consejo Nacional Electoral (CNE) y otros actores del proceso, como las Fuerzas Armadas, encargadas del traslado del material y que fueron criticadas por incumplimiento de sus tareas en las elecciones de marzo.
El CNE es independiente y está liderado por tres consejeros, uno por cada gran partido del país. La actual consejera presidenta, Ana Paola Hall (del Partido Liberal), calificó en X de “injerencia” la petición del jefe del Estado Mayor Conjunto, Roosevelt Hernández, quien solicitó que el día de las elecciones le entreguen una copia de las actas de la fórmula presidencial, algo que no está estipulado en la ley.
“Las Fuerzas Armadas están desobedeciendo al CNE”, dijo la politóloga Sánchez, quien expresó que hay temores de que usen la fuerza si no reconocen el resultado. En ese sentido, dijo que el clima tiene “el mismo guion de Nicaragua y Venezuela”, dos países con procesos electorales denunciados y no reconocidos por numerosos países de la región. También denunció que hay una escalada de violencia contra defensores de derechos civiles. Esta semana, Castro dijo en X que su Gobierno “cumple y honra” los principios de libertad personal, democracia y rendición de cuentas, entre otros.
La organización Human Rights Watch advirtió que “las denuncias de posible fraude, las actuaciones agresivas de la fiscalía y de las Fuerzas Armadas y la parálisis dentro del CNE ponen en riesgo el derecho de los hondureños a participar en elecciones libres y justas”, según dijo en un comunicado la directora de la División de las Américas, Juanita Goebertus. También la OEA y la Unión Europea han reclamado a las autoridades que garanticen la independencia del ente electoral.
Eduardo Fuentes, codirector del CNE, reconoció a CNN que “hubo circunstancias atípicas, posiciones muy encontradas”, pero aseguró que la institución ha cumplido con la mayoría de plazos. “Tenemos la certeza de que (el proceso) se va a llevar a cabo según lo previsto y garantizar que desde el organismo se emita una declaratoria de resultados que sea reflejo de la voluntad popular”, expresó. Frente a las dudas y cuestionamientos, afirmó que el CNE está trabajando en fortalecer la institucionalidad.
El funcionario explicó que la ley electoral obliga a emitir un primer boletín tres horas después del cierre de mesas (aproximadamente a las 8 p.m., hora local, 9 p.m. de Miami), sin importar cuánto haya avanzado el conteo. Ello puede hacer que se divulgue un escrutinio poco representativo que no necesariamente se corresponda con el resultado final.
Para Soto, la clave entre los tres partidos grandes estará en la capacidad de influenciar el voto cruzado, para atraer a los independientes. “El voto indeciso genera bastante incertidumbre”, apuntó.
“Tito (Asfura) y yo podemos trabajar juntos para combatir a los narcocomunistas y brindar la ayuda necesaria al pueblo hondureño”, dijo Trump el miércoles en una publicación en Truth Social, y agregó que Asfura “defiende la democracia y lucha contra Maduro”, el presidente de Venezuela con quien EE.UU. mantiene una tensión que escala desde hace meses.
El martes el Gobierno de Estados Unidos ya había advertido que sigue de cerca la situación y exhortó a las autoridades a respetar las leyes. “Responderemos con rapidez y firmeza a cualquier atentando contra la integridad del proceso democrático en Honduras”, dijo en X el subsecretario de Estado, Christopher Landau.
Castro mantuvo una relación pragmática con Washington en temas de seguridad y migración, sin llegar a una confrontación directa. El país depende fuertemente de las medidas migratorias (como el fin del TPS que afectó a decenas de miles de hondureños en EE.UU.) y de las remesas, que representan cerca del 25 % del PIB, según datos del Banco Mundial.
Soto considera que los candidatos de la oposición han apelado a una relación geopolítica, con nexos de afinidad ideológica e identitaria, mientras que el oficialismo apuesta por mantener una relación transaccional que atienda las demandas de Washington en temas migratorios.
“Si gana Nasralla, se ha mostrado abiertamente complaciente al liderazgo estadounidense. En el caso de Asfura, no habría mayor oposición (a la Casa Blanca), sería una influencia cercana”, analizó.
En la relación bilateral es un pilar fundamental la presencia militar estadounidense en la base Soto Cano, conocida como La Palmerola, que da a Washington una significativa influencia y es tema de debate en la política local sobre la soberanía del país.
Por su parte, Sánchez apuntó que la relación “puede cambiar de manera drástica si gana la oposición”, y comentó que Trump no estaría satisfecho si gana el oficialismo. Al respecto, subrayó que Honduras tiene menos herramientas que otros países para enfrentar ese vínculo asimétrico con la Casa Blanca. “Nosotros dependemos más de Estados Unidos y de las relaciones en Centroamérica”, dijo y recordó que Trump ya amenazó con imponer impuestos a las remesas y que el secretario de Estado de EE.UU., Marco Rubio, no incluyó a Honduras en su gira por Centroamérica y el Caribe. “Son puntos diplomáticos que no llegan a ser sanciones, pero son alertas”, comentó. Washington no cuenta con un embajador designado en el país desde abril, cuando Laura Dogu terminó su misión de tres años.
Otro aspecto clave de la política exterior de Tegucigalpa es el vínculo con Venezuela, un vínculo importante para LIBRE, ya que el chavismo apoyó de manera decidida a Zelaya tras el golpe de Estado. “Eso construyó relaciones de largo aliento. El Gobierno definitivamente es un actor cercano, pero ha entendido que es una relación compleja, incómoda. En este escenario, el interés de visibilizarla es de la oposición”, dijo Soto.
Castro fue una de las pocas líderes de la región que reconoció en 2024 la proclamación del triunfo de Nicolás Maduro por las autoridades venezolanas sin el desglose de resultados. En los últimos días la líder opositora venezolana María Corina Machado invocó a los hondureños en un video a “abrir un nuevo capítulo” y los instó a no abandonar los centros de votación hasta que cada voto sea contado.
Moncada evitó pronunciarse sobre Venezuela durante la campaña, mientras que los candidatos de oposición aseguraron que romperían relaciones con Caracas en caso de llegar a la presidencia.
Para Soto, en caso de que la escalada de tensiones entre EE.UU. y Venezuela desemboque en un conflicto militar, eso llevaría a un aumento de presencia estadounidense en Honduras, por la base de La Palmerola. “En una lógica hemisférica sí impactaría, al menos en la logística. Si hubiera un gobierno más afín a Washington, sería un ofrecimiento para generar esas cercanías”, consideró.
Pero la Casa Blanca tiene también otra confrontación en Honduras, una que se repite en varios escenarios de la región.
“Los resultados electorales podrían consolidar la presencia de Beijing o reorientar su postura hacia posiciones alineadas con Estados Unidos”, dijo en un informe el Miami Strategic Intelligence Institute (MSII), think tank conservador con sede en Florida.
Honduras estableció lazos diplomáticos con China en 2023 y rompió las relaciones con Taiwán, persuadida por el enorme mercado del gigante asiático y por afinidades ideológicas. Sin embargo, Soto señala que desde entonces hubo “una apertura estancada”, sin avances significativos para un tratado de libre comercio.
“Si el Gobierno postelectoral se siente aislado de Washington, especialmente ante las deportaciones masivas, la expiración del TPS o un aparente desinterés por parte de Estados Unidos, Beijing estará en condiciones de llenar el vacío con incentivos financieros y respaldo político. Esto podría inclinar a Honduras más firmemente hacia la órbita china”, remarcó el informe del MSII.
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