Felicitaciones: llegaste al final de casi 5 horas de visualización en Netflix y estás actualizado (por ahora) con la temporada final del cuento de terror retro de los 80 favorito de todos, “Stranger Things”.
Si no es así, huye, porque estás a punto leer spoilers
Si bien la historia definitivamente terminó con un gran broche de oro al cierre del episodio 4 (hablaremos más sobre eso a continuación), hubo algunos otros momentos verdaderamente destacados de este primero de los tres volúmenes que conformarán la temporada final.
Desde lo extremadamente aterrador hasta lo extremadamente satisfactorio, hablemos de ello:
En el final del episodio 1 y el comienzo del episodio 2 de esta temporada se muestra una de las secuencias más horribles y violentas de la serie hasta el momento, cuando la pequeña Holly Wheeler (interpretada por Nell Fisher, una nueva incorporación estelar al elenco después de que el personaje creciera esta temporada), hermana de Nancy (Natalia Dyer) y Mike (Finn Wolfhard), es sacada de su casa por un Demogorgon después de que los padres de Wheeler fueran brutalmente atacados y dados por muertos.
Las secuencias a cámara lenta de la madre Karen Wheeler (Cara Buono) siendo arañada por el demonio mientras Holly, horrorizada y salpicada de sangre, observa, son casi insoportables. Solo se ven atenuadas por el momento ligeramente disfrutable justo antes, cuando Karen, como tantos padres desafortunados en títulos sobrenaturales de los 80 que inspiraron “Stranger Things”, como “Poltergeist” y “ET”, finalmente descubre que sus promesas a su hija de que “los monstruos no existen” son total y evidentemente falsas.
Aunque Karen y su famoso y taciturno esposo Ted (Joe Chrest) sobreviven, nadie está a salvo. Al final de esta tanda de episodios, la pareja sigue hospitalizada y Holly sigue desaparecida, perdida en un paisaje onírico decididamente inquietante.
Claro, esto lo podíamos ver venir, pero igualmente es satisfactorio ver a los creadores de “Stranger Things”, Matt y Ross Duffer, tomar prestado de otro título brillante del pasado cuando se trata del amigo no tan imaginario de Holly, el Sr. Whatsit.
Tras la desaparición de Holly y con la ayuda de su madre Karen, Mike y Nancy hacen la conexión de que el Sr. Whatsit, vagamente relacionado con la obra de ciencia ficción de Madeleine L’Engle, “A Wrinkle in Time”, que Holly lee en el programa, es, de hecho, Henry Creel/el archienemigo de la serie, Vecna (Jamie Campbell Bower).
Si llevamos la cuenta, esta está lejos de ser la última referencia que tendremos a “A Wrinkle in Time”, ya que ahora sabemos muy bien a qué se refiere Camazotz.
Puede que esta temporada apenas esté a mitad de camino, pero sin duda es hora de coronar a Erica Sinclair (Priah Ferguson) como la mejor sorpresa de todos los tiempos de “Stranger Things”. La hermana pequeña de Lucas (Caleb McLaughlin), sin complejos, ha sido un deleite desde su aparición en la segunda temporada, pero en esta ocasión, se convierte en una auténtica jefa cuando se presenta en los Turnbows con un pastel con benzodiazepinas para noquearlos y así tenderle la trampa al Demogorgon.
Cuando su amienemiga Tina (Caroline Elle Abrams) se niega a comerse el pastel, la toma de Erica sacando una aguja y diciendo: “¡Y yo te dije que comieras tu maldito pastel!” es demasiado buena y está a años luz de la joven actriz bien educada que habla sobre su miedo de herir los sentimientos de sus coprotagonistas en la repetición de la temporada 2 de Netflix.
También cabe mencionar una peculiar nueva incorporación, Derek Turnbow (Jake Connelly), un matón al principio muy antipático que da un giro radical en el episodio 4 y se convierte en un activo vital para nuestro tenaz equipo de héroes de Hawkins. Pasa de ser un “Derek patán” a un “Derek encantador” en un giro sorprendente, incluso dirigiendo una meditación guiada muy efectiva.
Si bien (al menos hasta ahora) nada puede acercarse al modo en el que apareció el atemporal “Running Up that Hill” de Kate Bush en la temporada 4, el éxito pop de los 80 “I Think We’re Alone Now” se muestra espectacularmente en el episodio 3 de esta temporada, cuando Holly recibe un casete de Tiffany de su extraña nueva amiga junto con un estéreo Sidestep totalmente tubular.
La secuencia que la muestra bailando y dando vueltas mientras hornea pasteles de chocolate con chispas y se prueba vestidos bonitos es suficiente para que cualquiera quiera volver a ser niño. Claro que, como suele suceder con tanto arte en la serie, la nostalgia pronto da paso a una sensación amenazante subyacente, cuando Holly es interrumpida por un insistente golpe a la puerta y la instrucción de ir al bosque.
Los Duffer dijeron que diseñaron cada tanda de episodios de esta temporada para que culminara en su propio clímax, y sí que acertaron en lo que respecta al volumen 1. Al final del episodio 4, titulado “Sorcerer” (Hechicero, en español), Will (Noah Schnapp) finalmente toma la ofensiva contra los Demogorgones, y se convierte en una especie de Vecna en el proceso. Sin palabras se queda corto.
Aún quedan preguntas importantes y urgentes: ¿su hemorragia nasal significa que ahora se ha convertido en Eleven (Millie Bobby Brown)? ¿O esos ojos indican que se está convirtiendo en el mismísimo Vecna?
Independientemente de esas respuestas, ver a este personaje pasar de ser prácticamente la víctima perpetua durante cuatro temporadas a esta nueva versión es emocionante y abre muchísimas posibilidades. Lo más difícil ahora es esperar hasta Navidad, cuando se estrena el Volumen 2, para ver cómo se desarrolla todo.
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