Las cifras son reveladoras y dejan en evidencia el costo de las restricciones en las visitas
(NOTICIAS YA).- Casi 87 mil ancianos han muerto en hogares de asistencia de Inglaterra en medio de la pandemia por coronavirus y sin poder recibir un último abrazo de su familia por las estrictas restricciones del gobierno.
El Daily Mail reveló la devastadora situación a la que se han enfrentado miles de ancianos en sus últimos días de vida.
El mismo medio expone la situación como un llamado urgente a las autoridades británicas para realizar pruebas COVID-19 a los familiares de los residentes de hogares para ancianos, con el objetivo de que les permitan reunirse aunque sea por última vez.
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Entre el 20 de marzo, tres días antes del cierre de actividades, y el 30 de octubre, se han registrado al menos 86 mil 566 muertes en hogares de ancianos. De esas muertes, solo 15 mil 415 fueron causadas por el nuevo coronavirus, de acuerdo con cifras del Public Health England, citadas por el Daily.
Sin embargo, esos casi 87 mil ancianos murieron solos y la mayoría sin entender porque no podían ver a su familia.
Las cifras son reveladoras y dejan en evidencia el costo de las restricciones en las visitas.
Tras el urgente llamado, el secretario de Salud, Matt Hancock, prometió una campaña para aumentar las pruebas en todo el país en unas semanas.
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Implementar las pruebas rápidas en los hogares para ancianos podría significar una oportunidad de que puedan recibir un abrazo o tomarse de las manos de sus familiares, siempre y cuando resulten negativos al virus.
Pero, con la muerte de casi 400 ancianos por día en las residencias, activistas han destacado que no hay tiempo que perder para terminar con la desgarradora situación de las familias.
Nancy Waine, de 85 años, no pudo visitar a su esposo Ken durante las seis semanas previas a su muerte el 24 de abril. Ella no pudo consolar a su esposo antes de perderlo, por eso ahora le suplica al gobierno que agilicen las acciones para que nadie más sufra lo que ella.
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Otro caso es el de Jim Pass, un veterano que murió recientemente en un hogar de ancianos a la edad de 102 años y sin poder abrazar a su familia desde julio, en especial a su esposa Rita, de 94 años.
Los adultos mayores que están conscientes pueden entender las razones, pero aun así sufren su muerte solos. Sin embargo, quienes padecen algún tipo de demencia no llegan a entender porque no ven a ningún ser amado.
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