
El problema es que, para muchos economistas, un incremento impositivo en un momento tan delicado producto de la pandemia, podría ser contraproducente.
(NOTICIAS YA).- El ambicioso plan de infraestructura de 3,5 billones de dólares lanzado por el presidente Joe Biden depende de una polémica reforma tributaria que eleva los impuestos de los más ricos y echa por tierra los recortes de Trump.
La misma lleva la tasa sobre la renta corporativa al 26,5% y la tasa impositiva para personas físicas al 39,6%, un alza de 5,5 y 2,6 puntos porcentuales, respectivamente, además de un recargo del 3% sobre los ingresos individuales superiores a los 5 millones.
“¿Cómo es posible que los millonarios y multimillonarios puedan pagar una tasa de impuestos más baja que los maestros, bomberos o agentes del orden?", señaló el demócrata, cuyo plan a su vez contempla “un recorte histórico” para 50 millones de familias de clase media, según destacó la Casa Blanca.
El problema es que, para muchos economistas, un incremento impositivo en un momento tan delicado producto de la pandemia, podría ser contraproducente y terminar afectando la recuperación de la actividad económica.
“Lo que suena como un intento para mejorar la redistribución de la riqueza puede generar inconvenientes con el nivel de inversiones. Cualquier cambio en ese sentido puede crear un efecto adverso en términos de creación de empleo y recuperación económica en este contexto pandémico tan incierto”, afirmó a este medio el analista de Wall Street, Francisco Uriburu.
Sin embargo, desde las filas demócratas sostienen que los billonarios estadounidenses ganaron 1,8 billones después del 2020 y que los CEOs de las principales compañías aumentaron la diferencia de ingresos con sus empleados de 20 a 350 veces.
Aún así, el proyecto no convence a la totalidad de los senadores del partido y es por eso que su aprobación está en duda. Uno de los más reticentes es Joe Manchin, con quien Biden se reunió personalmente en los últimos días para intentar convencerlo de apoyar la iniciativa.
No obstante, el oriundo de West Virginia mantiene sus dudas no sólo respecto al aumento impositivo, sino principalmente al denominado “Green New Deal” que se financiará con estos nuevos gravámenes. Sucede que el plan renovable de Biden golpea a las fuentes energéticas tradicionales como el carbón, que en el Estado de Manchin representan una de las industrias más importantes.
Más allá del voto de este senador, está claro que todo el Partido Republicano se pronunciará en contra. Además de que históricamente mantuvieron una posición contraria a la suba de impuestos, los republicanos consideran que los recortes de Trump fueron muy exitosos en impulsar la economía y relocalizar empresas en el territorio.
“Siempre que se suben impuestos de este tipo, los más beneficiados son los países con bajas cargas que reciben con los brazos abiertos la radicación de industrias que huirán de los Estados Unidos. Ya lo vimos cuando lo quiso hacer Francia y fue un fracaso”, coincide Uriburu.