Un nuevo estudio de la revista PLOS ONE descubrió que la manera en que alimentamos, guardamos la comida y lavamos el plato donde come nuestra mascota, puede estar directamente relacionado con efectos negativos para la salud de los humanos y/o los animales.
Se ha visto una correlación entre los brotes de enfermedades en humanos luego de la exposición a alimentos para perro contaminados con E. coli- y salmonela- lo que ha sido más común en las dietas de alimentos crudos. Por lo general este tipo de dietas son preparadas en la misma cocina donde los humanos preparan sus alimentos para consumo.
Las autoras del estudio investigaron los hábitos de los dueños de perros y los contrastaron con los protocolos de higiene estipulados por la Administración de Drogas y Alimentos de Estados Unidos (FDA, por sus siglas en inglés) en la contaminación de los platos de comida para perros.
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Emily Luisana, coautora del estudio y nutricionista veterinaria de pequeños animales afirma que se dieron cuenta que las recomendaciones emitidas por la FDA eran poco conocidas incluso entre los profesionales, por lo que se interesaron por saber qué hacían otros dueños de mascotas al respecto.
«Nos dimos cuenta de que, cuando se trataba de nuestras propias mascotas, todos teníamos diferentes prácticas de higiene y almacenamiento de alimentos para mascotas», comentó Luisana.
Caitlyn Getty es la otra coautora del estudio, ambas trabajan para empresas relacionadas a la industria de alimento para mascotas, sin embargo ninguna de las dos compañías financió la investigación. El enfoque del estudio es el manejo de cualquier alimento para perros por parte de los propietarios, no las marcas de alimentos en sí.
Entrevistaron a 417 dueños de perros dentro del estudio y encontraron lo siguiente:
- 4.7% conoce las pautas de la FDA
- 43% ha almacenado comida para perros a menos de 1.5 metros de la comida para consumo humano
- 34% se lava las manos después de comer
- 33% ha preparado la comida para perros en superficies donde prepara comida para consumo humano
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Durante aproximadamente ocho días, 50 propietarios participaron con sus 68 perros en un experimento de contaminación de platos de comida.
Fueron divididos en tres grupos: A, B y C.
- Grupo A
- Debía seguir los consejos de la FDA
- Lavarse las manos antes y después de manipular alimento para mascotas
- No usar el tazón para servir la comida
- Lavar utensilios y recipiente con jabón y agua caliente luego de usarlos
- Desechar las sobras de alimento de la manera designada
- Mantener el alimento seco para mascotas en el empaque original
- Debía seguir los consejos de la FDA
- Grupo B
- Debía seguir los consejos de la FDA tanto para mascotas como para humanos
- Lavarse las manos por al menos 20 segundos con agua tibia y jabón
- Raspar la comida de los platos antes de lavarlos
- Lavar los platos con jabón y agua a más de 71 grados centígrados por al menos 30 segundos
- Secar los platos con una toalla limpia o usar un lavavajillas certificado
- Debía seguir los consejos de la FDA tanto para mascotas como para humanos
- Grupo C
- No se le dio ninguna instrucción específica, solo se le dijo la fecha en que ocurriría el siguiente análisis
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El estudio encontró que las prácticas implementadas por los grupos A y B significaron una reducción de la contaminación de los platos para comida en comparación con el grupo C.
La contaminación de los tazones en el Grupo C aumentó entre los dos análisis. Ninguno de los propietarios había lavado los platos de sus perros en los ocho días desde que se recolectó la primera muestra bacteriana.
«A pesar de que sabían que existían las pautas de la FDA y que se volverían a tomar muestras del tazón. Esto demuestra que dar a conocer las recomendaciones actuales no es suficiente en sí mismo», añadió Luisana.