Un hombre que fingió su muerte para evadir cargos de abuso sexual en contra de su hijastra y dejarla embarazada cuando ella tenía 14 años y él 40, fue declarado culpable y recibió una condena de 85 años de cárcel por un jurado de Moss Point, Mississipi, este jueves.
Jacob Blair Scott, un hombre retirado del ejército norteamericano, fue declarado culpable de nueve cargos de agresión sexual, cuatro cargos de tocar indebidamente a una menor de edad, un cargo de explotación infantil, además de recibir una orden de pagar 10 mil dólares en multas.
Se suponía que Scott se entregaría para enfrentar los cargos de agredir a la niña, pero fingió su muerte en julio de 2018 al dejar un pequeño bote con una pistola y una nota de suicidio en Orange Beach, Alabama, informó un diario local.
Las autoridades encontraron poca evidencia de un suicidio, pero buscaron un cuerpo durante más de una semana en el Golfo de México. Posteriormente, tras una intensa búsqueda, Scott fue capturado a principios de 2020 en un parque de casas rodantes en Oklahoma, donde vivía bajo el nombre de otra persona.
Las autoridades encontraron a Scott en el área de Antlers, después de que alguien reportara a la Oficina del Alguacil del Condado de Pushmataha que un individuo con su descripción vivía allí en un remolque.
Inicialmente, Scott se rehusó a cooperar y negó su identidad. No fue hasta que las autoridades verificaron sus tatuajes que admitió ser el hombre que estaban buscando.
Durante el juicio, la víctima testificó que Scott la agredió sexualmente al menos 30 veces desde 2016 hasta 2017 cuando se enteró de que estaba embarazada y tiempo después dio a luz al bebé.
Antes de la sentencia, Scott culpó a sus problemas mentales, estrés postraumático y otros trastornos por afectar su estado mental cuando cometió los crímenes. Le suplicó al juez que mirara su historial médico y que estaba fuertemente medicado y sufría de depresión y problemas de relación que, según dijo, nublaban su juicio.
«Yo era un buen hombre», dijo Scott. «Esto no es lo que soy».
El jurado calificó la defensa de Scott como una táctica para tratar de obtener clemencia, pero incluso antes de dictar sentencia, la jueza enfatizó que no le creía una palabra.