
Las personas con hiperacusia tienen una mayor sensibilidad a la entrada auditiva percibiéndola a niveles insoportablemente altos.
(NOTICIAS YA).-En fechas de celebraciones, una de las maneras más populares de acentuar cualquier festejo es con el uso de la pirotecnia. Sin embargo, el ruido súbito e inevitable, sumado a su uso indiscriminado, puede causar daños a la salud de las personas, especialmente en aquellas que padecen estrés postraumático o con trastornos del espectro autista (TEA), mismos que tienden a presentar hipersensibilidad al sonido.
Las personas con autismo y trastorno del procesamiento sensorial no perciben los estímulos auditivos de una manera común; tienden a presentar una reacción muy significativa frente a ruidos de alto impacto, como es el caso de los cohetes, petardos y fuegos pirotécnicos.
Por ello es muy común que las personas con TEA presenten hiperacusia, término utilizado para describir la respuesta negativa y/o exagerada a los estímulos ambientales que ocurren dentro de las vías auditivas.
Las personas con hiperacusia tienen una mayor sensibilidad a la entrada auditiva percibiéndola a niveles insoportablemente altos.
Junto con las dificultades con la activación sensorial, los desafíos con la modulación pueden evitar que el sistema nervioso central identifique de manera apropiada la intensidad, frecuencia, duración y complejidad de los estímulos ambientales, generando problemas al filtrar sonidos significativos del medio ambiente, de acuerdo a información publicada por la Fundación ConecTEA.
Esta incapacidad para filtrar puede conducir a una cantidad abrumadora de estímulos entrantes, lo que resulta en hiperreacciones debido a una sobrecarga sensorial.
Tanto familias como profesionales e incluso las administraciones de gobierno deben ser conscientes de la influencia de los niveles de presión acústica que se producen en el ambiente en donde se mueve una persona con autismo, así como la presencia de las diferentes fuentes de ruido.
Ruidos de 120 decibelios (aproximadamente el nivel de los fuegos artificiales) o superiores son dañinos para toda la población, y aún más para las personas con TEA, quienes no toleran bien los sonidos no habituales, causándoles estrés y ansiedad.
Muchas reacciones incluyen llanto, miedo, ansiedad, menor atención y sensación de querer huir del lugar.

En su caso, los veteranos que luchan con el trastorno de estrés postraumático (TEPT), las celebraciones tradicionales suelen ser también difíciles.
“El sonido de los fuegos artificiales les recuerda a algunos veteranos al sonido de los disparos”, explica el psiquiatra Amit Etkin, exprofesor de la Universidad de Stanford y director ejecutivo de Alto Neuroscience.
En el caso de las personas con TEPT, los recuerdos sensoriales como los sonidos, los olores o incluso los instintos, pueden evocar recuerdos de trauma y causar que surjan síntomas en ciertos momentos.
Por lo tanto, algunos militares que tratan de celebrar la independencia del país pueden sentir pánico extremo cuando se encienden los fuegos artificiales porque les parece revivir un evento traumático.
Las dificultades quizás vayan más allá de los fuegos artificiales. Es posible que las personas con TEPT sientan que aumenta su ansiedad. En cuanto al Día de la Independencia, la expectativa de las grandes multitudes y las celebraciones bulliciosas puede llenar a un veterano de temor antes de que llegue el día de la celebración.

El trastorno de estrés postraumático no se presenta del mismo modo para todos los veteranos. Por eso es importante que entiendan cuáles son sus desencadenantes individuales y cómo manejarlos antes de cualquier evento que tenga el potencial de causar pánico. Trabajar de la mano de un médico como un terapeuta o un psiquiatra, es una parte fundamental del proceso de adaptación, explica Etkin.
Ante tal escenario, es considerable tomar en cuenta una serie de recomendaciones:
Anticipar lo que va a ocurrir: anticipar cuándo y dónde se van a producir estos ruidos con apoyos visuales, con pictogramas o con historias sociales.
Uso de cascos: si se va a acudir a estos eventos, usar protectores auditivos que rebajen el nivel de presión acústica.
Alejamiento: Si sucede de manera no esperada, alejarse de la fuente de ruido.
“Mostrar compasión y comprensión, no obligar a la persona a tomar parte en situaciones en las que pueda sentirse a disgusto y preguntarle si se siente incómoda, todas son medidas fundamentales para salvar la distancia entre el veterano y quienes lo rodean”, explica el especialista.
Si se trata de una zona en la que puede haber explosivos, es importante que la familia hable con la administración local responsable para plantearles la situación. Muchas veces poner en conocimiento las circunstancias de lo que ocurre, se pueden evitar las consecuencias no deseadas.
En el caso de personas con TEPT, es aconsejable emplear técnicas de respiración; inhalar y exhalar de manera lenta y deliberada, sin prestar atención a los pensamientos y concentrándose en la respiración, así como limitar el consumo de alcohol, aconseja Atkin.
En todo caso, se debe reducir la exposición de la persona con TEA o TEPT al ruido y si es posible, generar espacios o refugios frente al ruido para estos eventos aumentando el aislamiento acústico de materiales de la vivienda, colocando elementos absorbedores de ruido en la vivienda.