Quienes viajan a casa para el Día de Acción de Gracias este mes tienen su lista de motivos para agradecer: el pavo, el fútbol americano, el tiempo con la familia. Este año, también pueden añadir la HR 5371 a la lista.
Esa es la ley de financiamiento que el presidente Donald Trump promulgó el miércoles para reabrir el Gobierno y poner fin al cierre más largo de la historia de Estados Unidos.
Esta medida supone un paso más hacia la normalidad para los viajeros después de que los recortes impuestos por la Administración Federal de Aviación (FAA) provocaran miles de retrasos y cancelaciones de vuelos en los principales aeropuertos del país.
“Creo que el sistema debería volver a la normalidad para el fin de semana. De verdad lo creo”, manifestó el director ejecutivo de Delta Air Lines, Ed Bastian, en el programa “CBS Mornings” el jueves.
“El Día de Acción de Gracias va a ser un periodo vacacional estupendo para viajar”, añadió.
Pero antes de poder dar las gracias con sus familias, los viajeros rezarán para que la evaluación de Bastian sea correcta, incluso porque aún quedan muchas preguntas sobre la rapidez con que se estabilizará la plantilla de controladores aéreos y cuándo se les pagará a los trabajadores de la Administración de Seguridad en el Transporte.
Esto es lo que sabemos sobre los planes para que más aviones vuelvan a surcar los cielos, y las dudas que aún persisten.
La mañana después de la reapertura del Gobierno federal, el Aeropuerto Internacional Hartsfield-Jackson de Atlanta estaba repleto de viajeros, manteniendo el ritmo frenético típico de la terminal más transitada del mundo.
Pero una mirada más atenta reveló algo nuevo: una palpable sensación de alivio.
“Me alegra que vuelva una cierta normalidad o que al menos mejore un poco antes de las fiestas”, declaró Metreia White antes de abordar un vuelo a Fort Lauderdale, Florida.
El Hartsfield-Jackson es uno de los 40 aeropuertos principales donde las aerolíneas aún tienen la orden de la FAA de reducir el 6 % de sus vuelos, muchos de ellos en rutas regionales cortas.
El secretario de Transporte Sean Duffy afirmó que las cancelaciones han sido necesarias por motivos de seguridad debido a la escasez de controladores aéreos durante el cierre del Gobierno.
Según datos consultados por CNN, los viernes y sábados han sido los días con mayores problemas de personal durante este período.
Los controladores aéreos han dejado de recibir dos sueldos desde que comenzó el cierre el 1 de octubre, y algunos están buscando un segundo trabajo para llegar a fin de mes o llamando para avisar que están enfermos en señal de protesta.
“Todo esto se ha basado en datos”, dijo Duffy, citando ejemplos de accidentes aéreos en una conferencia de prensa en el Aeropuerto Internacional O’Hare de Chicago. “Hemos visto un aumento en las quejas de los pilotos sobre la comunicación con los controladores aéreos”.
Pero “los niveles de personal… mejoraron drásticamente” cuando se hizo evidente que se llegaría a un acuerdo de financiación, dijo Bastian.
“Creo que nuestros controladores aéreos ven que el cierre está llegando a su fin, están más optimistas y están viniendo a trabajar”, manifestó Duffy el martes. El Departamento de Transporte no llegó a aplicar los recortes previstos del 10 % porque más controladores aéreos empezaron a presentarse a trabajar.
Permanecerán congelados en el 6 % hasta que la FAA determine que es seguro reanudar más vuelos.
La logística también puede afectar a los horarios de vuelo, según Airlines for America, una asociación comercial que representa a las principales aerolíneas estadounidenses.
“Las aerolíneas no pueden simplemente pulsar un interruptor y reanudar las operaciones normales inmediatamente después de una crisis. Habrá efectos residuales durante días”, manifestó esta semana en un comunicado el presidente y director ejecutivo del grupo, Chris Sununu.
“La cancelación de un vuelo tiene un efecto dominó. Han tenido que mover diferentes aviones de maneras poco convencionales”, añadió Sununu en una conferencia de prensa el miércoles.
A pesar de las dificultades, las aerolíneas esperan recuperarse rápidamente.
Delta Air Lines afirmó en un comunicado el miércoles que espera volver a operar en su plena capacidad en los próximos días.
Southwest declaró que “están viendo un progreso real y los viajes aéreos parecen estar volviendo a la normalidad. Nuestra operación sigue siendo sólida y los clientes pueden seguir contando con Southwest”.
Los directivos de American Airlines comunicaron a sus empleados en una carta el jueves que son optimistas respecto a la posibilidad de minimizar las cancelaciones a tiempo para las vacaciones.
“Es posible que la reanudación de las operaciones de control con total normalidad tarde algunos días, y puede que tengamos que seguir reduciendo los horarios para cumplir con los requisitos de la orden de emergencia de la FAA”, escribieron el director ejecutivo Robert Ison y el director de operaciones David Seymour. “Pero hemos visto señales prometedoras y confiamos en que, gracias a nuestra planificación estratégica y al trabajo realizado para minimizar el impacto en los clientes durante este período, nos recuperaremos rápidamente y ofreceremos una sólida operación durante el Día de Acción de Gracias”.
La secretaria de Seguridad Nacional, Kristi Noem, declaró el jueves que su equipo finalizó el trabajo administrativo necesario para que los empleados de la TSA pudieran recibir lo antes posible los pagos retroactivos de los salarios que no se les abonaron durante el cierre del Gobierno.
“Ya han perdido periodos de pago y reconocemos las dificultades que esto supone para sus familias”, expresó Noem .“Por eso, anoche hicimos todo el trabajo administrativo necesario para garantizar que la nómina se procesara lo antes posible y que, en los próximos días, reciban el dinero en sus cuentas bancarias”.
Un portavoz del DHS comentó a CNN que la agencia “trabajará para agilizar el pago a todos los empleados que fueron suspendidos temporalmente o que trabajan sin sueldo en una situación excepcional”.
Noem también anunció que algunos empleados de la TSA que “dieron un paso al frente todos los días” y “prestaron un servicio ejemplar” durante el cierre del Gobierno federal recibirían un cheque de bonificación de US$ 10.000.
“Todos ellos fueron ejemplos de lo que necesitamos y continuaremos no solo reconociendo a los empleados de todo el país, sino que también examinaremos a cada uno de los funcionarios de la TSA que ayudaron a prestar servicio durante este cierre del Gobierno y haremos lo posible para reconocer su labor y ayudarlos económicamente con un cheque de bonificación para que ellos y sus familias puedan recuperarse”, manifestó la secretaria.
A principios de esta semana, Duffy afirmó que se esperaba que los controladores de tráfico aéreo recibieran el 70 % de su salario atrasado “entre 24 y 48 horas después de que el Gobierno abra sus puertas”, y el resto llegaría una semana después.
Los técnicos que trabajan en equipos de control de tráfico aéreo también están esperando el pago de sus salarios atrasados, indicó David Spero, presidente nacional de su sindicato, PASS National.
“Creo que esto va a llevar tiempo”, estimó Spero. “Vamos a tener gente con problemas de pago continuos durante un tiempo”.
También indicó que los técnicos que continuaron manteniendo los equipos de control de tráfico aéreo durante el cierre también merecen reconocimiento.
“Estoy investigando el asunto y contactando con la dirección de la FAA”, afirmó Spero este jueves. “Ningún retraso en los últimos 43 días se ha atribuido a una falla del sistema o a un problema con el equipo”.
Las principales aerolíneas han reconocido pérdidas millonarias en ingresos debido a la cancelación de vuelos, y los líderes del sector afirmaron que los viajeros se muestran cada vez más reacios a pagar por un viaje que podría no realizarse.
“El consumidor está reduciendo sus gastos”, dijo Sununu. “Normalmente, las aerolíneas y los hoteles pueden ser un indicador adelantado de dónde gasta la gente su dinero en la economía”.
Se prevé que los vuelos nacionales en Estados Unidos cuesten un 6 % más durante la semana de Acción de Gracias de este año en comparación con el año pasado y que aumenten un 7 % durante el período de vacaciones de fin de año, según el sitio web de viajes aéreos con descuento Going.com, pero no está claro cómo se vieron afectados esos precios por los recortes de vuelos.
El CEO de Delta apunta que un aspecto irónico y afortunado tanto para las aerolíneas como para los pasajeros en medio de esta desgracia es que todas las principales compañías aéreas se vieron afectadas por igual, por lo que la pérdida financiera no debería resultar en precios de boletos más altos.
“Es un mercado competitivo”, dijo Bastian. “Todos pasaron por lo mismo”.
La industria aérea afirma que, en el futuro, el Gobierno debería garantizar la estabilidad del sistema de transporte aéreo, incluso en caso de un cierre.
“El Fondo Fiduciario para Aeropuertos y Vías Aéreas de la FAA cuenta actualmente con US$ 5.000 millones que podrían utilizarse para remunerar a los controladores aéreos durante futuros cierres”, declaró Airlines for America en un comunicado. “Solicitamos al Congreso que considere una legislación que implemente una solución a largo plazo”.
También existen otros impactos que no se solucionarán con la reapertura del Gobierno.
El sistema de control de tráfico aéreo de EE.UU. tiene un déficit de más de 3.000 controladores para completar la plantilla de torres y demás instalaciones que guían los vuelos en todo el país.
La plantilla actual de 14.000 controladores no solo tuvo que lidiar con la escasez habitual de personal, sino también con el absentismo laboral durante el cierre del Gobierno, todo ello sin percibir salario.
Todo esto puso a los controladores jóvenes en una “posición muy difícil” durante el cierre, lo que llevó a algunos a renunciar, según declaró Duffy a los periodistas esta semana, mientras que algunos de mayor edad optaron simplemente por jubilarse.
Según Duffy, cada día se marchan entre quince y veinte controladores en edad de jubilación, frente a los cuatro que se marchaban normalmente.
El acuerdo que Trump convirtió en ley el miércoles por la noche financia la mayor parte del gobierno solo hasta enero.
Eso significa que las aerolíneas y los pasajeros podrían volver a quedarse en tierra en tres meses.
“Este acuerdo no supone una vuelta a la normalidad, porque lo único que hace es aplazar el problema hasta el 30 de enero”, dijo Max Stier, presidente y director ejecutivo de Partnership for Public Service, una organización gubernamental no partidista y sin ánimo de lucro.
Según Stier, “es un poco como si los empleados federales regresaran a sus casas después de un huracán y ya hubiera otra tormenta en el horizonte”.
Geoff Freeman, presidente y CEO de la Asociación de Viajes de Estados Unidos, afirmó que se necesita tiempo para reconstruir, tanto las operaciones como la moral, después de interrupciones como esta en la industria de viajes.
“Estados Unidos no puede permitirse otra crisis autoinfligida que amenace los sistemas de los que millones de personas dependen a diario”, dijo Freeman.
Alexandra Skores, Aaron Cooper, Pete Muntean, Tami Luhby, Chris Boyette y Amanda Musa, de CNN, contribuyeron a este informe.
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