
(ENTRAVISIÓN).- Una embarazada y su abuela murieron en Chicago cuando regresaban de una excursión familiar tras recibieron disparos desde un automóvil que pasaba por el lugar. Los hechos ocurrieron cerca de la 19:30, cuando Patricia Chew, de 24 años, su hijo de 11 meses Chew Princeton y su abuela Lolita Wells, bajaban de su auto al […]
(ENTRAVISIÓN).- Una embarazada y su abuela murieron en Chicago cuando regresaban de una excursión familiar tras recibieron disparos desde un automóvil que pasaba por el lugar.
Los hechos ocurrieron cerca de la 19:30, cuando Patricia Chew, de 24 años, su hijo de 11 meses Chew Princeton y su abuela Lolita Wells, bajaban de su auto al regresar de una excursión cuando un vehículo pasó cerca y les comenzó a disparar a quemarropas.
Otros dos hombres que acompañaban a las mujeres también recibieron impactos de bala.
Persha Chew, la hermana de Patricia, comentó a medios locales que ella se encontraba en el patio de su casa cuando escuchó los disparos, corrió a ver que sucedía y encontró la terrible escena, sus familiares estaban en el suelo cubiertos de sangre.
Chew corrió a abrazar a su sobrino, que recibió un disparo en la cara. La mujer relató que le decía "Está bien, está bien, estoy aquí”.
A la llegada de la policía local, uno de los oficiales al ver el estado del niño, lo tomó en brazos y se lo llevó rápidamente a un hospital cercano. Gracias a la rápida atención que recibió el pequeño de 11 meses ahora se encuentra en condición estable.
Patricia Chew, Lolita Wells y los dos hombres que las acompañaban fueron trasladados al hospital, sin embargo, una hora después de su arribo los médicos confirmaron que las dos mujeres habían perdido la vida.
Los hombres se encuentran en condición crítica. Uno recibió el impacto de una bala en el abdomen y el otro en las piernas.
Persha Chew dijo a medios locales que su hermana tenía dos meses de embarazo y que no sabía que alguien tuviera motivos para asesinarla a ella o a su abuela. También agradeció la acción del policía que actuó rápidamente para llevarse a su sobrino al hospital.
Por su parte, el subjefe de Chicago, Eugene Roy dijo que fue un hecho lamentable. “En unos segundos, dos generaciones de la familia de ese niño de 11 meses fueron exterminadas”, expresó.