Una familia logró intervenir a tiempo para regresar la alegría a su hijo y alejarlo de pensamientos suicidas.
(NOTICIAS YA).- Aunque no muchas veces se mencione, el suicidio es la segunda causa de muerte entre los adolescentes.
5 mil 400 niños de entre los 7 y 12 años intentan suicidarse a diario en diferentes partes del país y por lo menos 4 mil 600 de ellos lo consiguen cada año.
Es por eso que la atención que los padres puedan brindar a su hijo que padece algún trastorno mental, es vital para que pueda ayudarlo a salir adelante y afrontarlo.
El caso de Ángel Gabriel es uno de éxito. La inquietud de sus padres por saber lo que le ocurría a su hijo, así como su proactividad para buscar la ayuda profesional que más le beneficiaría, fue lo que contribuyó a que ahora este adolescente tenga una sonrisa en el rostro.
"Una de las crisis que pudimos observar sobre Ángel fue el aislamiento y estar muy, muy callado; y simplemente diciendo que él no quería vivir", comenta su madre, Gabriela Solis.
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Comenzaron a informarse sobre las posibles causas del problema y buscaron ayuda profesional, lo único con lo que no contaban fue la falta de apoyo en la escuela.
"Nos comunicábamos con la escuela y la escuela nos daba vueltas de que el niño era irrespetuoso. Fui con el director y básicamente me ignoró. Dijo que nosotros los padres eramos también el problema", explicó Solis.
Pero sin quitar el dedo del renglón, los padres de Ángel buscaron ayuda legal y fue un juez quien determinó que abandonara el salón de clases y que el distrito pagara los 33 mil dólares que costaría el plantel especial donde estaría.
"Si me hubiese quedado en esa escuela, mis calificaciones se habrían ido abajo; los maestros y estudiantes hubieran continuado con el acoso y todo habría empeorado", menciona el joven.
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Gracias al apoyo y rápida intervención de su familia -y tras haber intentado quitarse la vida en dos ocasiones- ahora tiene la estabilidad para querer practicar los deportes que más le gustan.
La experiencia de los padres y el consejo que le brindan a otras familias, es el no discutir con su hijo ante un mal comportamiento, sin antes haberse informado apropiadamente y buscado ayuda profesional.
"Los padres no sabemos, no entiendes realmente lo que significa. Entonces si no entiendes, cuando menos lo básico sobre cuál es su condición, no vas a poder ayudarlo", menciona su padre Miguel Solis.