
La respuesta puede ser encontrada en la cultura agrícola que dominaba la nación en el siglo 18.
(POLÍTICA YA). – Ya faltan menos de dos semanas para el día final de las elecciones generales que, como cada cuatro años, se celebran el primer martes del mes de noviembre.
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¿Por qué el día de la votación para las elecciones federales estadounidenses siempre es un martes? ¿Y por qué en noviembre? La respuesta puede ser encontrada en la cultura agrícola que dominaba la nación en el siglo 18.
La costumbre de votar los días de semana comenzó en 1845, cuando el Congreso aprobó una ley federal que designaba el primer martes siguiente al primer lunes de noviembre como Día de Elecciones.
Antes de esa ley, a los estados se les permitía celebrar elecciones en cualquier momento que quisieran dentro de un período de 34 días antes del primer miércoles de diciembre, pero este sistema tenía algunas fallas cruciales.
Eso así, porque los líderes nacionales consideraron que el conocer los resultados de la votación anticipada podría afectar la participación e influir en la opinión en los estados que celebraron elecciones tardías, y esos mismos votantes de último momento podrían decidir el resultado de toda la elección.
Ante estos problemas, el Congreso creó el actual Día de Elecciones con la esperanza de agilizar el proceso de votación.
CULPA DE LOS "BUGGIES"
Pero, en realidad, la designación del Día de Elecciones en un martes tiene que ver con un “buggy”, el transporte usual para dos personas de finales del siglo 18.
Los padres fundadores de Estados Unidos se reunieron durante la Convención Constitucional en el verano de 1787, en el que decidieron que los presidentes fueran elegidos cada 4 años, pero dejaron sin decidir la cuestión de cuándo se deberían celebrar las elecciones federales, por lo que cada estado establecía sus propias fechas de votación, lo que condujo a varias décadas de caos electoral.
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Al proponer una ley que estableciera el Día de Elecciones, los legisladores razonaron que el lunes estaba fuera de consideración porque la gente tendría que viajar a las urnas en sus “buggies” el domingo. En una sociedad mayoritariamente agrícola, el miércoles no funcionaría porque a menudo era día de mercado.
Los fines de semana tampoco eran adecuados, ya que la mayoría de la gente pasaba los domingos en la iglesia. Así que el día más práctico en aquel entonces era el martes.
¿Y por qué en noviembre? También se debe a la cultura agrícola del siglo 18. Las elecciones de primavera y principios de verano interferirían con la temporada de siembra, y las elecciones de finales de verano y principios de otoño coincidían con la cosecha.
Eso dejó al final del mes de otoño de noviembre, después de que se completara la cosecha, pero antes de la llegada del duro clima invernal, como la mejor opción.