(CNN en Español) — El Gobierno de México se prepara para inaugurar una “megafarmacia” que, según el presidente Andrés Manuel López Obrador, contará con todos los medicamentos existentes y podrá surtir en 24 horas a las instituciones públicas de salud que lo requieran. Sin embargo, el plan genera dudas entre especialistas consultados por CNN, que cuestionan que vaya a funcionar como el Ejecutivo promete.
López Obrador habló de la megafarmacia durante sus conferencias diarias de las últimas semanas. En la del 27 de noviembre dijo que para ponerla en marcha su administración compró almacenes de las tiendas departamentales Liverpool —ubicados en el municipio de Huehuetoca del central Estado de México— por los que, dice, pagó alrededor de 2.000 millones de pesos, unos US$ 117,6 millones.
“Estamos hablando de como cinco zócalos techados, imaginen, para tener todos los medicamentos —expuso el presidente—. Ya nos entregaron las instalaciones, ya se acordó que se paga totalmente en febrero, pero que desde ahora ya se está trabajando para adaptarlo”.
La creación de la megafarmacia es el plan más reciente del Gobierno de López Obrador para combatir el desabasto de fármacos, un problema histórico del sistema público de salud público en México.
De acuerdo con el colectivo Cero Desabasto, un grupo de organizaciones no gubernamentales que desde 2017 recaba información sobre el abastecimiento de medicinas en el país, el porcentaje de recetas médicas surtidas varía de una institución a otra. En 2022, ese porcentaje alcanzó, según ellos, el 94,7% en el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), que atiende a los trabajadores del sector privado y sus familiares; el 97,6% en el Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), que atiende a los funcionarios públicos y, en contraste, fue de 74,4% en los hospitales de Petróleos Mexicanos (Pemex), que atienden a los empleados de la petrolera estatal.
El Gobierno planea inaugurar la megafarmacia el viernes 29 de diciembre —aunque el presidente ha dicho que la fecha podría cambiar— y que el lugar sea administrado por la empresa estatal Laboratorios de Biológicos y Reactivos de México (Birmex), un primer aspecto que provoca cuestionamientos por parte de especialistas en políticas de salud.
Frida Romay, coordinadora del colectivo Cero Desabasto, dijo que la agrupación está preocupada porque, a su juicio, Birmex carece de la experiencia suficiente en la distribución de medicinas.
Birmex se creó en 1999 con el objetivo de producir vacunas e insumos médicos. El reparto de medicamentos es una labor que le fue asignada apenas en este sexenio y, hasta ahora, el Gobierno no ha dado información sobre cómo se plantea hacer la distribución.
CNN solicitó una entrevista con un representante de la institución para hablar de la megafarmacia y de cómo será su participación en ella, pero aún se espera respuesta. También pidió una entrevista con la Secretaría de Salud y aguarda contestación.
Romay dijo que otra preocupación de Cero Desabasto es que, contrario a lo prometido por el presidente, no sería posible importar inmediatamente todos los medicamentos existentes, puesto que la aprobación sanitaria para su uso en México requeriría un proceso que toma desde meses hasta años, un punto sobre el cual el Gobierno aún no ha dado detalles.
CNN consultó al órgano regulador, la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris), y está en espera de respuesta.
A esto se suma que la distribución de medicinas es una tarea compleja y hay puntos del territorio a los que no se puede llegar en un día, añadió la especialista.
“Pareciera que va a ser un tipo de farmacia a domicilio porque él (López Obrador) dice: ‘No, si no tienen medicamento, en 24 horas va a llegar hasta el pueblo más alejado lo que requieren’, lo cual también me sorprende que lo diga porque si alguien conoce el país es él”, dijo Romay.
En esto coincide el analista Xavier Tello, médico cirujano y especialista en políticas de salud, quien a mediados de diciembre, en una entrevista con la periodista Carmen Aristegui para CNN, señaló que el almacenamiento y la distribución de medicinas necesitan condiciones y logísticas distintas a las de otros productos.
Mencionó como ejemplo que hay sustancias que necesitan mantenerse en refrigeración a temperaturas específicas, lo que implica un desafío tanto para quienes las almacenan como para quienes las distribuyen.
“Los medicamentos deben almacenarse con una logística completamente distinta a la que el presidente está planteando (tenerlos almacenados para llevarlos donde sean solicitados).
Los medicamentos no se almacenan en grandes lugares, no los puedes tener como si fueran latas de atún en una miscelánea. Los medicamentos, primero que nada, no están a la disposición de quien los vaya a comprar en las bodegas de los fabricantes.
Los medicamentos se fabrican mediante lotes que son específicamente mandados a hacer de acuerdo a contratos preestablecidos o al pronóstico de ventas que vaya a tener cada uno de los laboratorios farmacéuticos”, dijo Tello.
“El hecho de que tú almacenes cosas no significa que al paciente final, a quien realmente debería estar dirigida esta política, le vayan a llegar los medicamentos”, añadió el especialista, autor del libro La tragedia del desabasto.
Judith Méndez, integrante del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria (CIEP), consideró también que un plan como la creación de la megafarmacia debería pasar por el análisis de diversos rubros antes de ponerse en marcha.
“El tema de la megafarmacia, y en general del sistema de salud, pasa por varios retos que no solamente son financieros. Está el tema de logística, el tema de gobernanza, el tema de mayor eficiencia”, dijo.
López Obrador afirma —sin presentar prueba alguna— que las principales críticas hacia sus políticas de salud y de compra y reparto de medicinas provienen de quienes antes tenían contratos de distribución con el Gobierno.
El mandatario asegura que, con las nuevas medidas, su administración hará las compras que se necesiten y garantizará el reparto. Desde que el sexenio comenzó en 2018, las protestas sociales por la falta de medicinas para algunas enfermedades —como el cáncer— han sido constantes a lo largo del sexenio.
Una de las más recientes ocurrió el 16 de noviembre, cuando un grupo de pacientes y sus familiares bloquearon temporalmente uno de los accesos del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México para exigir que se garantice el acceso a quimioterapias y radioterapias. Los manifestantes dijeron entonces que los fármacos no estaban disponibles en los hospitales donde se atendían, una situación que los ponía en riesgo.
La apertura de la megafarmacia se sumará a las obras inauguradas durante las últimas semanas por López Obrador, quien está a menos de 10 meses de concluir su mandato. Entre los proyectos inaugurados están una parte del Tren Maya, el Aeropuerto de Tulum, el Tren Interoceánico y el relanzamiento de la aerolínea Mexicana de Aviación.
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