El alcalde de Chicago, Brandon Johnson, firmó este sábado un decreto que un plan sobre cómo la ciudad intentará resistir la ofensiva migratoria planeada por el presidente Donald Trump en los próximos días.
La medida del alcalde proporciona orientación y directrices a las agencias y fuerzas del orden de la ciudad “en medio de la creciente amenaza del Gobierno federal”. CNN informó previamente que el Gobierno de Trump se prepara para llevar a cabo un importante operativo migratorio en Chicago la próxima semana, según varias fuentes familiarizadas con dichos planes.
La orden del alcalde “afirma” que la Policía de Chicago no “colaborará con agentes federales en patrullajes conjuntos, operativos de arresto u otras tareas policiales, incluyendo la aplicación de la ley migratoria civil”.
La orden también “insta” a los agentes federales de las fuerzas del orden que operan en Chicago “a abstenerse de usar mascarillas, a usar cámaras corporales y a identificarse ante el público con su nombre y número de placa”. Johnson reiteró que la Policía de la ciudad deberá usar un uniforme que los identifique claramente.
El decreto de Johnson también ordena a los departamentos municipales que “utilicen todas las vías legales y legislativas disponibles para resistir los esfuerzos coordinados del gobierno federal” que violan los derechos de los habitantes de Chicago.
La orden del alcalde exige, en última instancia, que Trump “desista” del despliegue de fuerzas militares en Chicago para controlar la inmigración, pero no está claro cuán efectiva será para detener los planes del presidente.
Esto marca el último de los intentos por contrarrestar los ataques del Gobierno contra las ciudades lideradas por los demócratas. La medida se produce cuando Trump ha indicado que ampliará su campaña policial en Los Ángeles y Washington a ciudades de todo el país.
CNN informó previamente que los planes del Gobierno para Chicago serían diferentes de la actual represión policial en la capital del país. En cambio, se espera que se asemejen al despliegue de la Guardia Nacional que Trump realizó en junio en Los Ángeles para sofocar las protestas contra las medidas antiinmigración. Trump enfrenta actualmente un recurso legal por dicho despliegue.
A principios de esta semana, Trump firmó un decreto para establecer “unidades especializadas” en la Guardia Nacional para combatir la delincuencia en las ciudades, aunque no está claro cómo funcionará eso en la práctica. La Guardia Nacional ya cuenta con fuerzas de reacción diseñadas para responder a incidentes que requieran apoyo policial o de seguridad en cada estado, territorio y en la ciudad de Washington.
Si Trump utilizara ciertas facultades presidenciales para desplegar la Guardia Nacional y las agencias federales de seguridad en ciudades estadounidenses, eso constituiría una medida sin precedentes que algunos expertos y líderes locales consideran ilegal.
Johnson condenó el posible plan de Trump de desplegar tropas federales en la tercera ciudad más grande de Estados Unidos en una entrevista con Anderson Cooper de CNN el lunes.
“Esto es claramente inconstitucional. Es ilegal y costoso”, dijo. “¿Hay más trabajo por hacer? Por supuesto que sí. ¿Es el envío de tropas militares a las ciudades una forma real de impulsar la seguridad comunitaria? En absoluto”.
CNN se ha puesto en contacto con la Casa Blanca para obtener comentarios sobre la decisión de Johnson.
El gobernador demócrata de Illinois, J.B. Pritzker, también criticó duramente a Trump por sugerir que desplegaría fuerzas federales en Chicago. A principios de esta semana, en una conferencia de prensa, acusó al Gobierno de “buscar maneras de sentar las bases para burlar nuestra democracia, militarizar nuestras ciudades y anular las elecciones”.
“Si realmente se trataba de combatir la delincuencia y garantizar la seguridad en las calles, ¿qué justificación podría tener la Casa Blanca para planificar una acción tan excepcional sin ninguna conversación ni consulta con el gobernador, el alcalde ni la Policía?”, preguntó Pritzker.
El vicepresidente J. D. Vance declaró el jueves, durante una visita a LaCrosse, Wisconsin, que el Gobierno quiere que los gobernadores y alcaldes “pidan ayuda”.
“No estamos muy lejos de Chicago. Chicago ha tenido muchos problemas de delincuencia. ¿Por qué hay alcaldes y gobernadores más enojados por la oferta de ayuda de Donald Trump que por el hecho de que a sus propios residentes les roben los autos o sean asesinados en las calles? No tiene ni un ápice de sentido”, dijo.
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