Luego de las precipitaciones del pasado viernes que dejaron una serie de inundaciones repentinas, el Parque Nacional Death Valley se mantiene cerrado por los destrozos que este fenómeno meteorológico dejó en el lugar, donde las carreteras quedaron llenas de lodo y piedra dañando a varios vehículos.
Debido a la fuerza del agua hubo pedazos de escombros de la carretera que quedaron a mitad del desierto y escombros y lodo en varios de los caminos que recorren el parque, por lo tanto, es muy difícil transitar para quienes quisieran visitar el lugar.
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De acuerdo con los guardabosques del lugar, el mes de agosto es por lo regular el momento en que más actividad hay y este cierre les afecta en ese sentido, además no se reabrirá Death Valley hasta que sea considerado que las carreteras son seguras para los visitantes.
Los gardaparques también aseguran que por fortuna no había gente acampando o caminando la noche del viernes, ya que es muy común esta práctica puesto que las temperaturas por el día e incluso por la noche, llegan a rebasar los 100 grados.
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De acuerdo con las autoridades se han limpiado 20 millas de la carretera 190, que es la principal vía que atraviesa Deat Valley, pero aún falta limpiar 10 millas más donde hay mayor acumulación de escombros y lodo, por lo que se prevé esté reabierta el miércoles 17 de agosto.
Finalmente advirtieron poner atención a las indicaciones y al propio camino ya que las aplicaciones de geolocalización no están siendo muy acertadas en mostrar cuáles son las carreteras cerradas y esto lo podría llevar hacía un camino cerrado.